Capitulo 13💔

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Cuando Wangji empezó a beber, su cuerpo exento de calor humano y su corazón que no había palpitado nunca así por nadie enloquecieron. Con una mano lo agarró de la nuca para beber mejor de el, con la otra amarraba su cintura mientras seguía embistiéndolo con penetraciones lentas y profundas. Sentía que la piel se le erizaba, que se elevaba de la cama con Wei Ying... Asombrado descubrió que lo estaba haciendo, que eso estaba pasando.

Su poder había estallado al probar su sangre, dulce y caliente, y ahora estaban levitando sobre la cama y no flotaban hasta el techo porque el estaba cruelmente atada a los barrotes del cabecero como si fuera una prostituta a la que le gustaran esos juegos eróticos avanzados.

Wei Ying tenía el cuello echado para atrás y su larga y bonita melena, caía como una cascada negra en dirección a las almohadas.

Wangji empezó a percibir imágenes de la vida de Wei Ying. Eran secuencias algo borrosas, pero no había duda de lo que revelaban.
Sus recuerdos empezaban a la edad de siete años... Una noche empezaron a pincharlo, lo
diagnosticaron diabetes del segundo tipo. Venía un hombre mayor a su casa, un hombre que a
tenor de las imágenes acabó tomándole cariño...

Wei Ying practicando natación. Era un niño deportista y en el colegio, tenía buenos amigos. Se llamaban A-Qing y A-Ning. Crecieron juntos, se querían como hermanos...
Vio otra imagen de Ruo Han mirándolo sin ningún interés. Él le decía que el había sido el culpable de la muerte de su madre. Él no lo quería. Y el a él tampoco. Había aprendido a ser indiferente hacia él, a no luchar por su aprobación o por su cariño. El corazón de su padre estaba cerrado para el y el se resignó a no reclamarlo... Ruo Han no quería a su hijo. Y pensar que lo habían tomado para hacer sufrir a ése cabrón...

Wei Ying estaba triste por la muerte de su doctor, Francesc. Un hombre mayor, pero bondadoso a
los ojos de el. Un hombre que parecía quererlo realmente...
Con diecisiete años, Wei Ying era ya una belleza reclamada por todos los ojos masculinos que se
posaran en el. Había aprendido varios idiomas y Ruo Han le ofreció un puesto de trabajo en su empresa. Al ser polígloto podría desempeñar el papel de vínculo de relaciones externas de la empresa. Y así fue. El creía trabajar para una organización que se encargaba de suministrar material de quirófano a los hospitales, así como sustancias para recuperar a una mayor velocidad a los que salían de los postoperatorios. Era muy eficiente. Tenía un muy buen sueldo, y además... además creía firmemente en lo que hacía. No tenía ni idea de lo que era realmente Newscientists.
Ni de las actividades reales de su padre y de sus trabajadores. Para el, Ruo Han era el ingeniero, el inventor de todas esas máquinas. Y el vendía y exportaba todo el material...

Wei Ying ya era mayor de edad. Estaba en la verbena de San Juan con sus dos amigos y el les decía que quería ser pedagogo. Que iba a estudiar la carrera, quería enseñar valores y moralidad en las escuelas, trabajar con los niños desde bien pequeños...Apretó más los labios entorno a su yugular, pero empezó a beber delicadamente esta vez más.
Los cuatro años siguientes, el crecía en madurez y belleza, pasando las mañanas en la empresa, las tardes en la universidad, y las noches en su casa esperando a que un nuevo doctor
llamado Wen Xu, lo visitara y lo pinchara...

Wen Xu el doctor. ¿Wen Xu el doctor? No podía ser. Lo pinchaba todas las noches. Le sacaba una gota de sangre de sus dedos y miraba el nivel de azúcar en su sangre. Maldita sea, aquella noche lo había pinchado también, por eso él había detectado su olor a kilómetros de distancia. No había ninguna sirvienta que oliera así. Sólo el.

Wei Ying recogiendo un cachorro de huskie en las carreteras de la Conrería. Era Brave.
Una última conversación. Con A-Qing, con Wen Xu... El iba a marcharse, estaba harto de la
constante vigilancia de su padre. Él estaba obsesionado con el. Wen Xu le aconsejó que hablara con Ruo Han. A-Qing lo llamó para decirle que habían decidido pasar el verano con el en Londres...

Sangre y Colmillos (El libro del Wei Ying)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora