🔥♥️Capitulo 50♥️🔥

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—He preparado un baño aromático —dijo seductoramente arrastrándolo hacia el inmenso
jacuzzi.
Wangji se perdió en la piel lisa, tersa y suave de Wei Ying y dejó que el lo sumergiera poco a poco.
El agua estaba caliente, pero él era un volcán. Lo miró de arriba abajo y no pudo evitar un ronquido de deseo.
—Es tan grande que parece una piscina —comentó el ajeno al modo en que él lo miraba. —
Esta casa es espectacular y no me puedo creer que sea mía.

Wangji dio un paso hacia el y se pegó a su cuerpo por la espalda. Wei Ying apoyó el peso en él y dejó que lo acariciara y lo tocara a su antojo.
—Es toda tuya, Wei Ying. Te has convertido en un hombre rico —lo besó en el cuello con dulzura.
—Es extraño —murmuró el cerrando los ojos, preso del deseo.
—¿El qué? — Wangji pasó los pulgares por sus pezones y después le lamió el hombro.

—Mi nueva vida. Esta intimidad... — Wei Ying se giró y se agarró a sus hombros. —Todo lo que nos sucede a ti y a mí cuando estamos juntos.
—Es natural entre aquellos que están destinados a compartirse — Wangji sonrió y le rodeó la
cintura para alzarlo y besarlo a placer. El cuerpo de Wei Ying reaccionaba al suyo con tanta naturalidad que lo tenía fascinado. Le pasó la lengua por los labios, más blandos después del beso.

—Entonces... —desvió la mirada para no enfrentarse a sus ojos inquisidores. —¿Vamos a
compartirlo todo, dices?
Wangji lo miró fijamente e intentó adivinar por qué la cautela teñía su voz.
—Lo quiero compartir todo contigo, sí.
—Te acompañaré a interrogar a Wen Xu.
—Contaba con ello —dijo él rindiéndose.
—Bien. Es un buen comienzo —aseguró el sonriéndole complacido. —Pero quiero algo más.

—Sí. ¿Qué quieres, Wei Ying?
—Comparte lo que viste en los vídeos de las bases de datos de la empresa de Ruo Han —el lo
abrazó con más fuerza al ver que tensaba la espalda. —Enséñame lo que le hicieron a mis padres, Wangji.
—No.
—¿No? —un brillo de advertencia iluminó los ojos violeta de Wei Ying.
—No, Wei Ying. No me hagas esto —dijo con la voz desgarrada por la preocupación. —No quiero
mostrarte algo así.
—Pero yo quiero verlo —suplicó sin inflexiones en la voz. —Eran mis padres, Wangji.
—Te hará daño —hundió su cara en su cuello y acarició su espalda para consolarlo. —Y no lo puedo permitir. Se supone que estoy aquí para protegerte y no para...

—Basta, Wangji. Soy adulto —su voz era en sí un desafío. —Si me niegas esto, no nos llevaremos
bien —deslizó la mano hasta su entrepierna y sintió cómo él se endurecía al contacto. —Déjame entrar. Ahora —lo miró fijamente y entró en su mente como un invasor.
Wangji alucinaba. Wei Ying estaba arrasando con su cabeza y con su sentido común. Lo tenía en sus recuerdos y él estaba literalmente en sus manos. Se había apoderado de su mente y de su cuerpo, y se sentía violado.
Iba a matar a su hermano.
—Joder, Wei Ying... —el era muy fuerte y no podía sacarlo de su cabeza.

—No te cierres —susurró el aplastándose contra su cuerpo y enredando su otra mano en la melena de él. Se puso de puntillas y lo besó, introduciéndole la lengua de una manera agresiva.
Wangji se encontró con que no podía resistirse a el. Era un torbellino. Wei Ying estaba dentro de él, hurgando en sus recuerdos, en sus sentimientos. Estaba en su nariz, su olor lo enloquecía y su contacto era apabullante.

Wei Ying seguía masajeando toda la largura de Wangji, pero no disfrutaba del contacto, el iba a lo que iba. Encontró una puerta mental cerrada y la empujó, pero él se resistía.
—Detente, amor... —le pidió él.
—Déjame, Wangji. Quiero verlo —gruñó furioso y le mordió el labio mientras movía la mano sobre su verga más rápidamente.

Wangji cerró los ojos e intentó echar la cabeza hacia atrás para gemir de placer, pero Wei Ying lo
amarraba del pelo para exigirle obediencia.
—Deja de resistirte, por favor... —rogó el soltándole los labios teñidos con dos puntitos de
sangre que el le había hecho.
—Estás jugando duro —dijo Wangji excitado por la pequeña batalla de voluntades.

Sangre y Colmillos (El libro del Wei Ying)Where stories live. Discover now