No es ella, pero es su Gema

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Cuando Yellow vio al individuo junto al robot detector, se llevó una gran decepción, ella esperaba algo grande, algo majestuoso, no un ser diminuto y regordete que violaba cualquier estándar físico que se tenía en su planeta, se supone que un Diamante no se ve así, pero el dispositivo no pudo equivocarse ¿Verdad?

– Vaya, vaya, ¿Así que este es el ser que la máquina detectó? Ciertamente no es lo que esperaba – Dijo Yellow mientras se acercaba a paso recto.

Steven estaba paralizado, ¿Así que a esto le temían las Gems? No estaba sorprendido, esta mujer parecía muchas cosas menos amable, conforme se acercaba a paso militar pero relajado y constante, Steven sentía que su mundo se ralentizaba, no podía procesar nada y solo tembló sin apartar la mirada de la gran figura que se cernía sobre él.

– Tu, tú también eres una Gema... – dijo Steven al notar finalmente la piedra incrustada en su pecho.

Yellow seguía sin creer que el detector la había redirigido a esta criatura, y para descartar sospechas soltó una orden.

– Muestrame tu Gema –.

Steven no estaba seguro de querer seguir esa orden y aunque pudiera, estaba aterrorizado que no se podía ni mover. Yellow se comenzaba a impacientar estaba perdiendo la templanza y cuando llegó un punto en donde Steven no hizo nada, Yellow lo elevo con una mano y buscó a tientas el lugar, descubriendo la gema en el ombligo, levantó la camisa y finalmente la vio con sus propios ojos, pero eso era inaudito, la gema que vio no parecía la de un diamante, se parecía más a la gema de la líder rebelde, Rose Quartz.

– "Esto no tiene sentido, el dispositivo marco que era un diamante, y no fue solo uno, fueron dos dispositivos, es difícil pensar que sea un error, pero si lo que me marca el dispositivo es cierto, quiere decir que" – Pensó Yellow confundida, conmocionada y aún en shock.

– Ehh... disculpe señorita mujer gigante, ¿Qué... qué hizo con mis amigas? – preguntó Steven.
Yellow lo volteó a ver a la cara ahora mostrando un poco su expresión de shock para pasar a la serenidad.

– Por favor no les haga nada, no sé qué es lo que busca, pero si es algo que podamos darle entonces... –.

– Necesito que vengas conmigo – dijo Yellow sin titubear.

– ¿Qué? Pero... pero ¿Qué hay de mi papá? ¿Y las chicas? Yo no... – Steven trató de protestar hasta que se interrumpió cuando Yellow reveló una burbuja con Gems que él reconoció – ¿Tu las mataste? – replicó paralizado.

– Oh por las... no las he quebrado, si es lo que te preocupa... pero si no cooperas entonces morirán verdaderamente – dijo Yellow mientras sostenía la burbuja.

– Si... si te acompaño ¿No las lastimaras? – dijo el niño de solo 8 Años.

– Como seres perfectos tenemos prohibido faltar a nuestra palabra, eso nos haría menos relucientes – Yellow vio la expresión confundida de la criatura que pasó a una expresión determinada.

– Está bien, pero primero quiero que las liberes –.
Yellow simplemente reventó la burbuja que contenía a las Gemas y Steven salió corriendo hacia donde habían caído verificando que no estaban rotas o agrietadas, aún había cosas que no entendía pero si la mujer gigante había mencionado que mientras las gemas no se rompieran, estaría bien, entonces no tenía mucho de qué preocuparse, con un suspiro vio de reojo a la mujer amarilla y luego a las gemas.

– ¿Puedo llevarlas a un lugar seguro? Prometo que volveré – dijo Steven a Yellow.

La mujer entrecerró los ojos hacia Steven, no parecía confíar mucho, pero asintió un poco de mala gana.

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