Videollamadas

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Las horas se volvieron días, los días se volvieron semanas, las semanas meses y Steven seguía bajo confinamiento y vigilancia, sin embargo, estar con Spinel era reconfortante, ella era lo más parecido a una hermana menor, las Gemas comúnmente se portaban como hermanas mayores, sobreprotectoras, carismáticas y algunas muy confiadas, Spinel era como una niña, la hermanita consentida, le gustaba jugar, se emocionaba cuando le contaban historias y era muy apegada a quienes les daba su confianza, pero también era muy dependiente, había un terror genuino cuando Steven se alejaba o no volvía por un par de días, en cierta forma le recordaba a Steven a sí mismo, pero no tenía mucho sentido, Spinel tenía razones muy justificables para temerle al abandono, Steven no ¿Verdad?
Steven ciertamente empezó a entender porque su madre quería escapar a como dé lugar del jardín, era aburrido, Spinel lo hacía pasable, pero aún así parecía que ella también se aburría pero no decía nada para no dañar el ambiente y siempre sugería un juego, probablemente para evitar que Steven también se cansará de la monotonía.
Un día mientras jugaban veo veo, que en este punto era repetitivo porque en ese lugar solo se veían las mismas estrellas y las mismas plantas, restauradas por Steven y Spinel meses atrás, Steven tuvo varios pensamientos, algunos relacionados con escapar, otros con la obediencia, se habían quedado ambos boca arriba viendo el domo de cristal que mantenía vivo el jardín, Steven tan abrumado por el silencio y por sus pensamientos.
— Mi cerebro está fundido — declaró el niño Diamante.
— Puedo ver qué estás aburrido, la verdad , yo también — dijo Spinel por una vez abandonando su tono juguetón.
— No es por molestarte Spinel, pero no tengo nada que hacer… White dejó de asignarme tareas y Yellow solo me envía aquí — le siguió Steven está vez sentándose mientras veía a Spinel.
— ¿No te gusta estar conmigo? —.
— No es eso… Simplemente siento que no estoy haciendo nada, siento que nadie quiere estar conmigo — trató de recuperarse, lo que menos quería era alejarme de otra gema que al menos lo quería escuchar.
— Yo quiero estar contigo — dijo Spinel con una sonrisa y poniéndose de pie sin dejar de ver al niño gema.
— ¿De verdad? — preguntó Steven con una sonrisa que después fue reemplazada por una mueca de culpabilidad — Pero estuviste aquí por mi culpa — dijo finalmente, después de todo era difícil mirar a Spinel y no arrepentirse de “sus errores pasados”.
— Aún estoy molesta por eso, pero no te culpo a ti, culpo a Pink, tu antigua programación, tu eres Steven, se vuelve más fácil después de las primeras semanas… y lágrimas — dijo la pequeña Gema con una sonrisa tan genuina como la de una niña inocente.
— ¿Y si jugamos este juego que ví en la televisión? — cambio de tema Steven tratando de aligerar el ambiente
— ¿Tv? — preguntó Spinel confundida.
— Bueno, aquí lo llamamos las tabletas de Diamantes, pero versión terrícola, en fin, el juego consiste en que nos lanzamos está pelota al otro y el otro tiene que atraparla y volverla a lanzar… En este momento no tenemos pelota, pero puedo hacer burbujas, prácticamente es lo mismo — sugirió Steven mientras invoca una burbuja rosa y le explicaba a Spinel la magia de un juego tan simple, lo que fuera necesario para dejar de pensar en todo al mismo tiempo.
— Suena divertido — salto Spinel dejando que Steven le enseñara este nuevo juego terrícola.
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Steven había notado los comunicadores del jardín, se veían viejos, pero tenía sentido, eran de la primera era antes de la primera colonia de Pink, aún así quería verificar si esas mismas máquinas podían funcionar y si de alguna manera podían ser monitoreadas por White, no había aprendido la lección aparentemente, porque aún seguía empeñado en ver a su otra familia, la que White y Yellow desaprobaba y por la cual perdió a Blue.
Aún así no se dió por vencido y decidió armarse de valor y preguntar a Spinel, si ella no tenía respuesta entonces tal vez lo averiguaría.
— ¿Se puede hacer videollamada desde este panel sin enviar señales a la colonia? — preguntó Steven mientras, tanto gema como híbrido jugaban cartas, juego que Perla le dió a Cream para que Steven se entretuviera con las Guijarros y Cream mientras no estaba haciendo cosas de Diamantes.
— Este panel está tan abandonado como este lugar… Existe posibilidad de que no funcione o de que tal vez lo haga… — dijo Spinel sacando una escalera de Diamantes.
— Cierto… Nunca supiste de mi hasta hace poco y el mensaje según entiendo White lo transmitió a todas las colonias hace 6 años, además Yellow dijo que trató de contactar con este sistema, al final optó por el comunicador habitual, ella sabía que esto no funcionaba, por eso me envió a un lugar abandonado por el imperio… — reflexionó Steven mientras sacaba una corrida de  cinco — Aún así quiero hacer el intento —.
La curiosidad no quedó solo en ese punto, Steven trato de hacer que los comunicadores funcionarán, intento lo básico, usar su registro de Diamante e incluso la fuerza bruta pero nada de eso funcionó, la verdad necesitó de un cerebro extra.
— Hola Peridot, disculpa, te puedo pedir un favor — dijo el niño interceptando a la Peridot que le ayudó con el Cluster y a quien le tenía más confianza en que no lo delataría.
— ¿Qué se le ofrece Pink Diamond? — dijo Peridot tratando de sonar formal.
— Veras, hay una cosa que necesito que hagas, pero que no quiero que ninguna de las otras Diamantes sepa, es súper confidencial y eres la única Peridot ingeniera a la que le tengo confianza — dijo el niño con un susurro y una sonrisa vivaz.
Peridot de alguna manera era fácil de influenciar, siempre quería probar que era capaz q pesar de ser más pequeña que las otras Peridots, y el estatus de ser amiga de un Diamante era algo que ella apreciaba, Steven tal vez la manipulaba, o tal vez hablaba en serio, Peridot no lo sabía, pero sabía claramente que si Peridot se metía en problemas el nuevo Pink no dudaría en poner las manos en el fuego por ella o cualquiera otra gema involucrada.
— Muy bien, ¿En qué puedo ayudar? — dijo Peridot confiada y cautelosa de las paredes que podían escuchar.
Le plan fue simple, Peridot iría al jardín, verificaría el comunicador y si llegara a funcionar simplemente tendría que modificarlo para que cualquier mensaje de la Tierra no fuera monitoreado, y al instante fuera borrado de la base de Datos en general.
— Ohh, es una nueva amiga — dijo Spinel saltando una vez que vio a la Peridot llegar con un par de robonoidez.
— Una Spinel, de verdad deben estar tratando de distraerte si te asignaron una para que no te hicieras cargo de la Colonia y tú corte — dijo Peridot un poco pensativa.
— Oh, no es mía, es en realidad de mi antigua programación, solo que se quedó atrapada aquí por 6 milenios… Además no es tan malo relajarse de vez en cuando, deberías intentar un día de estos — dijo Steven.
— Oh no, soy una gema ocupada, hago esto solo porque me gusta mantener un estatus y relaciones positivas con las autoridades diamante — declaró Peri mientras verificada el comunicador.
— Si, relaciones Diamante — dijo Steven con una leve sonrisa que se veía muy falsa y desviando su mirada a una esquina, expresión que Spinel no tardó mucho en notar.
Peridot siguió trabajando en el comunicador, haciendo ajustes, pruebas y más ajustes, hasta que finalmente le dió el punto bueno mientras realizaba la última prueba y con ello la primera comunicación con la Tierra no monitoreada.
— Viva… Funciona… Funciona — salto Spinel muy feliz de finalmente ver a las gemas de las que Steven hablaba con tanto fulgor, amor y que sobretodo le sacaban la sonrisa más genuina al niño, no como la gema que lo había hecho sentir solo una autoridad más, después de encargaría de Peridot.
La señal comenzó a transmitir imágenes un poco borrosas con algunas interferencias, hasta que finalmente se vio al otro lado a una Perla arcoiris, y al fondo una construcción.
— ¿Quién… Steven? — dijo Perla confundida pero al mismo tiempo aliviada.
— Perla… Es bueno verte… — dijo Steven, mientras sus ojos comenzaban a brillar con lágrimas no derramadas, y con una sonrisa de alivio que solo hizo que Spinel se sintiera mal por su amigo.
— ¿Qué pasó? Hace meses que no sabíamos de ti — dijo Perla ahora frenética y con un aire de preocupación genuino.
— ¿Esa es la Perla de Pink?… Hola Perla — dijo Spinel, reconociendo finalmente a la Gema del otro lado, y también encantada de ver qué muchas gemas que antes eran amigas de Pink, seguían siendo amigas de Steven.
— ¿Spinel? No puede ser, la última vez que te vi fue hace 6.000 años — declaró Perla desconcertada.
— Si puede ser… Y lo es… Estoy con Steven — dijo Spinel sin darle mucha importancia al comentario de Perla.
— Digamos que me metí en problemas y todo resultó ser peor… no sé si volveré a verlas chicas… El único lugar fuera del palacio al que tengo acceso es aquí en el jardín… — dijo Steven decaído, tratando de no mostrar más su desesperación y su sentimiento de culpa, tal vez sentía culpa por lo que pasó, por no hacer mucho o tal vez por seguir haciendo lo que se supone que no debería hacer.
— ¿Y qué pasó con Blue? — dijo Perla indagando y sin saber que había abierto una herida reciente en Steven.
— No quiero hablar de eso ahora — dijo el niño apartando la mirada del monitor y tratando de centrarse en el presente.
— Encontraremos una manera de ayudar o de estar contigo… Podemos tal vez visitarte en el jardín, es decir, el portal espacial esta funcional, podemos hacerlo — dijo Perla como sugerencia, lo que fuera necesario para poder abrazar al niño frente al monitor.
— Eso parece una buena idea… pero no se si monitoreen los movimientos que se hacen a través de los portales — dijo Steven está vez volteando a ver a Peridot en busca de alguna respuesta.
— En teoría se puede, y con las circunstancias como están, probablemente lo hagan, pero puedo hacer que los registro del jardín sean eliminados de manera que solo se registre los movimientos de aquí al Planeta Madre y viceversa — dijo Peridot viendo posibilidades en su tableta digital.
— ¿De verdad puedes hacer eso? — dijo el niño asombrado de la capacidad de Peridot para hacer algunas trampas.
— Oh claro que puedo, soy una de las Peridots más inteligentes de la segunda Era, inclusive puedo construir una máquina funcional con artilugios que encontré en tu planeta Colonia — dijo Peridot alardeando de su intelecto y talento.
— Entonces puedes ayudar a Steven, si ayudas a Steven significa que eres su amiga, y si eres amiga de Steven entonces eres algo parecido a un amigo — vitoreo Spinel saltando alrededor de Peridot.
— Di, lo que sea, simplemente aléjate de mí — declaró Peridot un poco irritada.
— Entonces es un plan, cuando esté listo puedes avisarme Peridot, y yo por lo pronto seguiré comunicándome con ustedes por este medio de vez en cuando, y yo les aviso… — dijo Steven a Perla.
— Entiendo, yo les avisaré a los demás — declaró Perla antes de colgar la llamada y de esa manera volver a estar solo las gemas presentes en el jardín.
— Perla se ve genial… cambió mucho desde la última vez que la ví — dijo Spinel tratando de romper el hielo.
— ¿Así que este es el dichoso jardín del que tanto hablaban? Ciertamente es un poco… pequeño, entiendo porque querrías escapar Steven — dijo Peridot tan casual.
— Ven vamos a mostrarte el lugar — dijo Spinel sin pedir permiso y tomando a Peridot de su extensión robótica mientras la conducía al pequeño espacio que era el jardín.
Steven solo sonrió con cariño ante semejante vista de dos gemas que parecían completamente distintas, no había captado hasta después de un rato que Peridot le había llamado Steven, al analizarlo su sonrisa solo se extendió, Peridot al menos estaba comenzando a verle como algo más que una autoridad, o al menos eso quería creer.

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