Prisión

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Steven comenzó a recuperar la conciencia, su cuerpo se sentía entumecido, no podía moverse como le gustaría, sumado a la nublocidad de su mente, apenas recordaba lo que había pasado, estaba confundido, aún dormido.
Pasaron horas hasta que Steven finalmente recuperó completamente el conocimiento, vívido, pero aún con los músculos entumecidos, volteó para todos lados descubriendo dónde estaba, la Torre Oscura, recordando como un rayo lo sucedido, el escándalo en el salón, la voz de White.
Steven sintió frío repentinamente al recordar eso, pensando en las consecuencias, White estaría furiosa, pero él estaba igual de enojado, así que siendo terco como era, se negó a pedir disculpas, al final de cuentas no era su culpa.
Pasaron un par de días, Steven aún encerrado pensando en lo preocupadas que estarían las Gemas y Blue, al tercer día siempre lo dejaban salir gracias a la insistencia de Blue, pero está vez no parecía ser el caso.
Días encerrado y sin querer desistir de su voluntad, Steven se negó a rogar, no quería que White ganará.
— White, basta, esto es demasiado… — dijo el niño casi gritando pero con un tono que era un claro reto hacía la Diamante mayor.
Los días que siguieron fueron duros, al parecer White se había tomado en serio el reto del niño, solo una gema le entregaba una comida al día, durante esos momentos en los que la gema entraba y colocaba su alimento, Steven sentía que su cuerpo se volvía pesado, algunas veces sentía las descargas, sabía que era obra de White para que el niño no escapara.
Pasaron más días, y la voluntad de Steven poco a poco se quebró, las porciones de comida habían disminuido, pero lo peor fue cuando sentía las descargas con toda la potencia, White definitivamente no se estaba conteniendo.
— White… White… — gritó el niño mientras sentía que su cuerpo no respondía, tratando de ponerse de pie sin mucho éxito y cayendo mientras caía en la inconsciencia.
Steven estaba perdido en el tiempo, no sabía cuánto tiempo había pasado, la torre oscura no era muy conocida como el lugar donde el tiempo se distinguía fácilmente, pero Steven no quería perderse, no quería doblegarse, eso fue hasta que comenzó a sentir cosas diferentes a las descargas, diferente a la nublocidad, sentía que se entumecia, su respiración era muy pesada, y su cuerpo se sentía muy pesado.
— Por favor, basta… No… No puedo respirar… White… — rogó Steven desde el suelo de la torre oscura sin poder ponerse de pie.
En unos días más, Steven se vio incapaz de levantarse, sus músculos se sentían como si cargará toneladas, boca arriba el niño estaba viendo al techo, absorto en sus pensamientos, viendo la poca luz atenuada.
— "Me pregunto si esa luz es real…" — pensó el niño levantando una mano simulando alcanzar la luz — "¿Estoy muriendo? Se siente igual a cuando me quitaron mi…" — ante ese pensamiento Steven volteó al instante a ver su Gema — Pero sigue aquí…— Steven suspiró de alivio, sin embargo respirar dolía — Siento que me ahogo… —.
Analizando sus síntomas, Steven no tardó en notar que su sentir era parecido a lo que sintió cuando perdió su Gema, solo que su gema seguía ahí, Steven vio que poco a poco la luz de la gema se apagaba, con eso los síntomas llegaban.
— ¿Cuánto ha pasado? Mi cuerpo se siente entumecido… — murmuró él niño cansado.
— Puedes salir estrellita… Te espero en mi nave — sonó repentinamente la voz de White por toda la torre, mientras se abrían las puertas. Pero Steven estaba tan débil que pararse fue un reto, con mucho esfuerzo logró llegar hasta los pasillos del palacio rumbo a la nave de White.
— Steven… Qué bueno que estas bien… Traté de hacer lo mejor que pude para… — dijo Blue corriendo por el pasillo para encontrarse con el niño.
— Lo sé Blue… Perdón por las molestias… — mencionó Steven sabiendo que Blue de hecho no había ido pero siempre dejaba mensajes de apoyo en las comidas que Steven recibía en la torre.
— Nunca serás una molestia… — dijo Blue muy suave — Quiero que sepas que no importa lo que te diga White, mi opinión sobre ti nunca cambiara —.
Steven sonrió para continuar caminando, Blue ofreció ayudarlo pero el niño se negó, tenía que ir solo, no quería que Blue viera lo que White tenía preparado para él.
Sintió el camino cada vez más grande, más pesado, su respiración era pesada, los latidos del corazón frenéticos, y un zumbido en sus oídos, trago saliva y entró a la nave de White.
Justo frente a él, estaba White, se veía sería, con la pose T, y sin expresión alguna, Steven tuvo miedo, está Gema era la misma que le había quitado su Gema, está Gema lo controlaba, está Gema le dió oportunidades, está Gema tenía mucho poder, él solo era un niño, y aunque fue terco con su enojo, estando justo frente a ella, la causante de la molestia en primer lugar, Steven se sintió arrepentido, se sintió aterrorizado, era diferente retar a White de frente.
— ¿Sabes lo que hiciste mal? — habló finalmente White, tono serio, sin suavidad, frío.
Steven sintió que su gema se debilitaba, sintió que el mundo se le movía, su respiración estaba pesada, tragando saliva, Steven hizo el saludo Diamante y habló.
— Debí respetarte, lamento haber actuado mal… —.
— Si sigues comportándote así, tendré que desactivar parte de tu gema — dijo White nuevamente firme, aunque con un tono que parecía preocupado.
Steven se sintió muy mal, sentía que iba a vomitar, estaba temblando aquí justo frente a White, decepcionado de ella, decepcionado de sí mismo, por no poder hacer nada por las gemas corruptas, y también por haber decepcionado a White.
— Entiendo, lamento haberte decepcionado — dijo el niño bajando la mirada, cabeza gacha y sin la valentía de ver a la Diamante a la cara.
— Quiero confiar en ti, pero no se si pueda… Tal vez te di demasiadas responsabilidades… no estás preparado ciertamente — dijo White suavemente.
Steven no pudo evitar llevar sus pensamientos al peor de los casos, si lo devalúan de su puesto, entonces sus responsabilidades terminarían, con ello la libertad, la capacidad de ayudar a los demás y con ello la oportunidad de probarse a sí mismo.
— Pu… Puedo ayudar, siempre lo he hecho… Solo me equivoque un poco… — trato Steven, entrando en pánico y queriendo arreglar las cosas, sintiendo la ansiedad a través de su Gema.
— Pero me sigues avergonzando frente a la corte… Definitivamente tu programación defectuosa te está afectando… Tu me estas afectando — comentó White con un tono decepcionado, un tono que solo empeoró la angustia de Steven, realmente lo había arruinado.
— Lo lamento… Seré mejor, lo juro… — trató ahora casi al borde de las lágrimas, respirando pesadamente pero tratando de mantener la compostura.
— Lamentablemente no te creo y tampoco confío en tu palabra, por ahora estás suspendido de todas tus labores y serás vigilado hasta que comprendas tu lugar en la jerarquía — ordenó White.
Steven sintió que su mundo se caía, trabajó mucho para arruinarlo todo, se esforzó y solo logro que White lo odiara, no quería imaginar lo que pensarían las Crystal Gems si supieran como lo había arruinado, estarían tan decepcionadas, trago saliva y volteó a ver a White, sin bajar mucho de la espiral en la que se hundía poco a poco.
— Está bien — dijo en un susurro contenido.
— Puedes retirarte — ordenó White con su mismo tono frío.
— Gracias por tu piedad — mencionó Steven ahora arrodillado en señal de gratitud para después alejarse a paso tan veloz como su cuerpo le permitiera.
Steven evitó toparse con Blue y Yellow, sentía vergüenza de sí mismo, sentía vergüenza de su actitud, a Blue no le importaba, él lo sabía, Blue siempre lo aceptaría, pero aún sentía que verlo así la lastimaria, Yellow probablemente le daría un sermón y no estaba de humor para eso.
Como pudo, caminó hasta su habitación sin desmayarse o caer debido a su débil cuerpo.
— Steven volvió — vitorearon las guijarros felices de ver al niño vivo, pero su sonrisa se desvaneció al ver al niño con los ojos húmedos — ¿Pasó algo? ¿Podemos ayudar? — preguntaron las mini personitas, preocupadas.
Steven no pudo explicar antes de estallar en llanto, realmente se sentía estúpido, y las Guijarros le hacían sentir que él no las merecía, eran demasiado buenas y él, solo era un defecto, un fracaso, deberían odiarlo, y aquí estaban, Steven no podía ayudar a nadie ahora, con las limitaciones, ahora no tenía propósito hasta que White se lo autorizará, y haber perdido el privilegio de ayudar fue lo peor.
Steven se acostó en la cama, cansado, triste, enojado, decepcionado, y con gemas que realmente no merecía.
— "Tal vez el mundo estaría mejor si no existiera, así no decepcionaría a nadie" — pensó para sí mismo el niño.
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Sorpresa... capítulo

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