Visitas de Steven

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Steven cumplio su promesa de no alejarse de su familia, pero la cosa estaba en que Steven sólo podía visitar la Tierra ciertos días cuando White no estuviera vigilando, las Gems hicieron de todo para convencerlo de que no debería volver al Planeta Madre, pero Steven era terco, tan terco como podía ser un Diamante. Se negaba rotundamente a dejar a muchas gemas solas y sin explicación, escuchar a muchas gemas afectadas por la “muerte” de su madre también jugó mucho en contra de las Gems, Steven no quería ser como Pink, y dejar a muchas Gemas sufriendo sin explicación.

Blue también había insistido en que el niño se quedase en el planeta Tierra, era lo mejor, pero Steven la había convencido de que de hecho sería lo contrario a mejor, no sabría como actuaria White ante eso, y sin Cluster, el castigo podría escalar más, White era de armas tomar.

— Sabes que si White nos descubre… seremos castigados ambos, ella podría destrozarme y podría matarte — dijo Blue preocupada.

— Lo sé, aun así quiero seguir adelante con esto, White eventualmente saldrá de su cabeza, pero mientras no lo haga y mientras mantengamos la productividad como siempre, entonces ella no tendrá que enterarse — dijo el niño ideando su plan perfecto.

— Esto es una locura ¿Lo sabías? — dijo Blue ahora con una sonrisa un poco nerviosa.
— Sé que puedo confiar en ti —.
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El plan se mantuvo en pie, Steven  visitaba al menos dos veces por semana al planeta Tierra, eso en sus tiempos libres, mientras Blue lo cubría y disfrazaba información para que Steven pasará desapercibido, las tareas en Planeta Madre estaban en escala normal y Steven mantenía su productividad, pero cuando iba a la Tierra se permitia por momentos ser el niño que el sabia que aun era, aunque conforme pasaba el tiempo, cada vez se hacia mas difícil volver al Planeta Madre.

— ¿Por qué debes volver? — preguntó Amatista decaída.

— Es difícil, pero yo vuelvo por Blue, las Guijarros, Cream, y mi corte… Son… Muchas cosas —  confesó Steven en una de sus constantes visitas.

— Blue ha cambiado realmente ¿Verdad? — dijo Perla.

— No te pediría que la perdones, pero trata de confiar en mí, vuelvo por el bien de todos, además en pocos días tengo que organizar una fiesta… —.

— Steven, quiero que nunca olvides lo mucho que te amamos — comentó Garnet.
— Yo también las amo — .
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Phebe Fryman siempre deseó ser el orgullo de su padre, quería ser de ayuda, así que se propuso a hacerlo, sin embargo, cuando le comentó a su padre sobre su interés en formar parte del negocio, su padre le asignó la tarea de botarga, la cual no era la mejor, era una tarea monótona, cansada y con gaviotas hambrientas persiguiendote para atacarte o tratar de comerte, cualquier persona normal habría renunciado, pero Phebe quería demostrar que podía ser un miembro importante de su familia, así que solo lo resistió.

En una de las visitas de Steven, paseando por Ciudad Playa se encontró con la extraña botarga que huía de las gaviotas hambrientas.

— Basta… No soy Comida — gritó el niño mientras se quitaba la parte superior de la botarga.

Steven vio a este pequeño niño de su edad aproximadamente, curioso de saber porque usaba ese disfraz ridículo, tal vez era como él y las Spinels, un bufón, pero eso ya no existía en la tierra, ¿o si?

— Hola, extraño niño dentro del disfraz — saludó Steven, al menos estaba mejorando en sus interacciones.

Phebe se sorprendió al ver a este extraño joven, parecía tener alrededor de 14 a 15 años, su edad aproximadamente, un poco más alto y con ropa casual como una camisa sin mangas de cuello alto, y unos jeans normales, lo realmente destacable eran sus ojos rosados con pupilas en forma de rombos y algunos mechones en su cabello del mismo color rosado.

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