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Junio, 2022
—¡Felicidades, amor! —Me acerqué a Julián con una gran sonrisa, envolviendolo en mis brazos apenas lo vi fuera de los vestuarios.
Nos encontrábamos en Santa Fé debido a que Juli tenía un partido contra Unión y yo había decidido acompañarlo para también aprovechar y viajar hasta Rosario para ver a mi familia. Acababa de terminar el partido 5-0 ganando River y en mi corazón no podía caber más orgullo al saber que dos de los goles ganadores eran de mi novio.
No había podido ver el primer tiempo y mayoría del segundo debido a la cantidad de tráfico que había en Santa Fé por personas que querían ver el partido, ya estábamos con una delantera de dos goles, uno de Braian Romero y otro de un tal Fernández.
No tenía idea quien era el último debido a que no conocía a gran parte del plantel que entró en pandemia pero me sonaba muchísimo su nombre. Quizá nombrado de parte de Julián.
Afortunadamente, llegué para ver, con la peor de las vistas, pero llegué para ver los dos goles del amor de mi vida.
—Gracias, mi vida. —Me correspondió con una gran sonrisa, levantándome en los aires y dándome un par de vueltas. —Vení, aprovecho que estás acá y te presento a...
—¡Goleador! —La voz de Franco Armani lo interrumpió. —¡Eh, Tinita! —Se acercó a saludarla con confianza.
—Franquito. —Le sonrió, correspondiendo su saludo con el beso en la mejilla.
A Armani lo conocía hace ya un tiempo debido a que jugaba con mi hermano Lionel en la selección desde el 2018.
—¿Cómo están? ¿Ya se va la jermu? —Les preguntó sonriente, más que contento por la victoria de hoy. —Eh, Juli, felicitaciones por los goles, la rompiste, posta.
—Eh, sí, casi, en un ratito le busco un uber. —Sonrió incluso más al escuchar sus felicitaciones, podían pasar años y las felicitaciones de parte de sus ídolos iban a ser su mayor logro. —Gracias, Franco, no hacía falta.
—Si querés le digo a mi mujer que la lleve, se va ahora y te puede alcanzar al hotel. —Nos ofreció, sabiendo lo difícil que sería conseguir un uber a esta hora y con la cantidad de gente volviendo a sus casas, teniendo en cuenta que tendría que volver sola porque el plantel volvería en el micro.
—Uh, yo creo que sí, amor, va a ser re difícil irme sino. —Junté mis labios en una mueca.
—Bueno, ahora le digo, si querés acompañame y se van juntas. —Asentí, antes de acercarme a besar los labios de mi novio en modo de despedida.
—Bueno, está bien, cuidense y avisame cuando lleguen bien. —Murmuró, dándome un pequeño abrazo.
—Dale, te amo.
—Yo también.
°°°
Ya había pasado un mes desde que había ido a ver por última vez a Julián a un partido de River, había estado muy ocupada con temas de mi trabajo tras la próxima mudanza. En enero se había confirmado el pase de Julián al Manchester City y teníamos planeado el empezar una relación a distancia, o algo así, realmente Julián no me había dejado nada en concreto y sinceramente me inquietaba; el tema era que en menos de dos semanas comenzaba la mudanza y quería ayudarll lo más pudiera.
