Los últimos dos días habían estado un poco raros, más que nada tensos, hoy era el partido contra México y realmente la ansiedad nos mataba a todos, estabamos confiados pero tampoco nos queríamos confiar de más como la última vez. No cometeríamos el mismo error. Aunque también había una situación de bronca, debido a un video que se viralizó de mexicanos burlando las Malvinas, que hasta llorar de impotencia me hizo. Si podía matar un mexicano lo haría.
No había vuelto a pelear con Julián, de hecho, me había estado hablando todo el día, me contaba sobre sus entrenamientos y lo que hacía con los pibes, más no nos habíamos vuelto a ver ya que no tenían permitido ver a la familia estos días y yo había salido con Anto y Carola para recorrer Qatar y sacarnos las preocupaciones del próximo partido.
Por otro lado, me había alejado de Enzo, tras un par de mensajes le había dejado en claro que lo que había pasado no había sido más que un error, que quería empezar a hacer las cosas bien con Juli y que empezaba a ver una iniciativa de su parte, a lo que recibí sus clásicas burlas y no nos volvimos a cruzar, con lo cual estaba agradecida porque sabía que si me lo cruzaba no iba a poder negarme.
Ahora nos encontrabamos yendo al estadio, había sacado entradas para esta vez ver el partido en tribuna, había cambiado de camiseta y si cambiaba de cábala, cambiaba bien. No usaría la 9, pero tampoco la 24 como Enzo me había pedido, usaría la 10 como antes. Claramente jamás estuvo en mis intenciones usar la 24, si ya me mataban en el día a día en las redes no quería imaginarme si me veían con la remera del mejor amigo de mi novio más los problemas que tendría con Julián.
Suspiré una vez más en busca de mi asiento, aún intentando ubicarme en la tribuna, hasta que me encontré con personas conocidas, que me sacaron una sonrisa.
—¡Tinita! —Me acerqué rápidamente y abracé a Máximo, que no veía desde la joda y no en mis cinco sentidos.
—¿Cómo están, chicos? —Pregunté, con una sonrisa, saludando también a Agus y a Mariano.
—Acá, tomando el sol. —Contestó Agus, sacándome una pequeña risa.
—Dale, bobo, ¿cómo los trata Qatar?
Estuvimos hablando hasta que empezó el partido, me contaron sobre lo que estuvieron haciendo estos días, más allá de ir de joda y me di cuenta de lo mucho que los había extrañado. Me había alejado debido a mi relación y a la distancia horaria que había entre Argentina y Manchester y no podía evitar pensar en los “que hubiera pasado si” y todas las situaciones a su lado que pude haber formado parte.
igstories. tiniimessi. | 2min ago.
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A leomessi, juliaanalvarez y 187.500 personas más les ha gustado tu historia.
Los chicos me convencieron de quedarme con ellos y sinceramente me servía más, me sentía más segura con ellos que estando sola con Carola, ya que mis papás habían querido estar en el palco con sus nietos, no los juzgaba. Vi a mi mejor amiga llegar con un par de cosas, sorprendiendose al ver a nuestros amigos.
