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"Yo ya la conocía, la loca baila sola en esa esquina, y cuando me ve me silba melodías, dice que si lo malo pega fuerte y deja heridas, el corazón transforma la canción en su mejor guarida."

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14 de Diciembre, 2022.
Doha, Qatar.

Ya era de madrugada y aún seguía esperando a que Enzo apareciera en mi pieza, había escuchado mi audio más no había hecho más que dejarme en visto y contestarme solo con un sticker dos horas después. Me preocupaba ya que sabía que todavía no estaba solo.

amor <3

estás?

estoy en mi pieza
en un rato voy
espérame

bueno

Suspiré y decidí esperar un poco más, necesitaba sacarme las preocupaciones del pecho y la única manera era hablándolo con él, contarle lo que tanto estaba maquinando desde temprano acerca de su relación y lo que pasaría con respecto a nosotros post-mundial que tanta ansiedad me estaba causando.

Al pasar más de media hora decidí dirigirme a su pieza debido a lo preocupada y ansiosa que estaba, podía sonar exagerada pero Enzo aún no aparecía y no podía evitar pensar en las peores situaciones existentes. Sin embargo, todo empeoró cuando al querer bajar del ascensor, me encontré con la persona que menos pensé ver en esos momentos.

—Por fin te conozco, Martina, ¿no? —Valentina se acercó a mi, sin dejarme bajar en el piso de la pieza de los chicos y presionando el de planta baja.

—Esa misma. —Me crucé de brazos, sin querer cruzar miradas con ella en ese estrecho espacio.

—Me imagino que ibas a ver a Enzo. —Dejó salir una risa que no logró más que confundirme. —Disculpá que les robe tiempo juntos, yo también necesitaba estar con él. —Suspiró falsamente, haciéndome fruncir el ceño ante sus palabras.

Si su intención era insinuar algo y ponerme celosa, lo estaba logrando, más no pensaba demostrárselo ni un segundo.

—Tranquila, con él tengo tiempo de sobra. —Le sonreí forzosamente, antes de volver mi mirada al frente y ver como se abrían las puertas del ascensor, dando vista a la sala de espera. Nunca había estado tan incómoda en mi vida.

—Solo una cosa te voy a decir, Tini. —Se giró una vez fuera del ascensor. —No te ilusionés con Enzo. —Declaró, desestabilizandome por completo. —No importa con cuántas se meta, él siempre va a volver a mí, porque soy su mujer y la mamá de su hija, así que tené cuidado porque si no me dejó por nadie, mucho menos me va a dejar por vos. —Me dedicó una última mirada de pies a cabeza antes de irse de una vez por todas, dejándome completamente perpleja en esas cuatro paredes.

Presioné el botón de mi piso aún intentando asimilar aquellas palabras y recuperarme de lo que acababa de escuchar, aún completamente helada ante la situación.

Y es que era algo que desde el principio siempre entendí, Enzo tenía una familia e iba a ser muy difícil que se separara de un día para otro, incluso peor sabiendo la figura pública que era. Pero de alguna manera prefería pretender que nada nos iba a suceder; prefería creerle y pensar que todos esos planes que teníamos juntos a futuro y que tanto soñábamos cumplir, se cumplirían, y tendríamos esa vida que tanto nos gustaba imaginar.

RECUERDO. | JULIAN ÁLVAREZ, ENZO FERNÁNDEZ.Where stories live. Discover now