026.

1.2K 78 40
                                    

"Hacer el amor y después preguntarte, ¿Cómo dormiste, bebé?".

°°°

4 de Diciembre, 2022.
Doha, Qatar.

Nuevamente había dormido con Enzo.

No había querido dejarme sola y estaba agradecida, no hubiera podido quedarme sola. No me había dejado tocar mi celular en toda la noche y se había encargado de hacerme sentir bien hasta que me dormí. Era impresionante lo bien que la pasaba a su lado con solo su ocurrente presencia y sus ganas de hacerme sentir bien.

Abrí mis ojos nuevamente, solo para encontrarme con su semblante tranquilo, la única manera que había de verlo así era dormido, lo puedo asegurar. Sonreí levemente, acercándome aún más al calor de su cuerpo.

No sabía en que momento había sucedido pero ya no me disgustaban ni extrañaban estas situaciones, al revés, me hacía quererlas a diario.

Llevé una mano a su pelo, dejando suaves caricias allí antes de comenzar a dejar pequeños besos en su rostro. Era simplemente hermoso. Pude sentirlo moverse, acercándose a mi cuerpo y pasando sus manos por mi cintura.

—Buenos días. —Susurré, uniendo nuestros labios en un pequeño beso.

Recibí un pequeño sonido adormilado de su parte junto a un pequeño apretón en mi cintura. Era su día libre, como siempre después de cada partido, y muy probablemente lo pasaría con su familia. Cosa que por alguna razón me molestaba.

Decidí dejar aquellos pensamientos de lado y simplemente disfrutar de tenerlo conmigo, aunque no fuera por mucho tiempo ni lo más adecuado. Su cabeza se escondió en mi pecho, dejando pequeños besos allí y sacándome una pequeña sonrisa, hasta que lo vi conectar su mirada con la mía.

—Si son buenos días. —Murmuró sonriente, tomando mi cadera para subirme sobre él.

Me incliné sobre él con una sonrisa, chocando accidentalmente nuestras pelvis y dándome cuenta de la erección que comenzaba a crecer, para nada apropósito. Uní nuestros labios y sin más comencé moverme sobre él, soltando un gemido ahogado al sentir sus manos pegarme aún más a él, logrando que lo sintiera a través de la tela de su short al tan solo tener mi ropa interior.

Sus manos se dirigieron a mi camisón, sacándolo y dejándolo a un costado para dirigir sus labios a mis pezones, atrapando uno entre sus dientes y sacándome un pequeño chillido.

—Enzo... —Jadeé, sintiendo sus manos apretar mis glúteos. Que hijo de puta.

Llevé mis manos a su short, ganando que las tomara entre las suyas para evitar mis acciones antes de darnos vuelta y quedar él sobre mi. Tomó el borde de mi ropa interior y la bajó, deslizando sus besos por mi abdomen y dejando mi piel erizada a su paso. Bajé la mirada y no pude evitar morder mi labio inferior ante la imagen frente a mi, si había algo que me pasaba con Enzo eran las ganas que le tenía y que no se me iban.

Dejé escapar un suspiro ante la cercanía de la cara de Enzo con mi intimidad, dejando salir un jadeo al sentir su lengua chocar contra esta sin pudor, pasándola por mis pliegues y robando gemidos de placer de mi boca.

—Mierda. —Puteé al sentir como su lengua se centraba en mi clítoris, haciéndome sentir en las nubes con tan solo su lengua. Era impresionante lo bien que lo hacía.

—La boquita, caprichosa. —Me retó, levantando la mirada y conectándola con la mía. Mamita.

Se sostuvo mejor de mis muslos y volvió a su trabajo, comenzando a succionar y lamer a su antojo, haciéndome temblar en segundos. Por más que inconscientemente intentaba cerrar mis piernas o moverme, las manos de Enzo se encargaban de dejarme en mi lugar para poder hacerme lo que quisiera sin interrupciones. En cuestión de segundos, pude sentir mis piernas temblar, dando aviso de que mi orgasmo se acercaba y lo suficiente como para que Enzo se alejara de golpe.

RECUERDO. | JULIAN ÁLVAREZ, ENZO FERNÁNDEZ.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن