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"Todo el mundo me aconseja que me ponga a mí de primero, si estuvieran en mis pies no lo dirían de nuevo, les daría mis ojos para verte y mis manos para tocar tu piel."

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8 de Diciembre, 2024.
Buenos Aires, Argentina.

Ya había pasado un mes desde que los chicos habían comenzado a convivir con nosotros y varias cosas habían sucedido.

Por ejemplo, al parecer Julián había decidido comenzar a insinuarse y el primero en darse cuenta había sido Agustín, que no tardo en contarme y cagarse de risa al respecto, como si no quisieran bajarle la novia.

Enzo, por otro lado, había estado muy distante, por más que habían esas miradas o comentarios fuera de lugar, no había pasado más que eso. Habíamos salido todo juntos de joda o las organizabamos nosotros en casa pero más que eso no habíamos podido hacer debido a lo pendiente que teníamos la gente de nosotros al haberse enterado que se encontraban viviendo en nuestra casa.

Me encontraba con Maxi en la sala en una pequeña videoconferencia que estábamos teniendo para el lanzamiento de mi nuevo álbum, que sí, saldría mañana, 9 de Diciembre, completamente apropósito. Y sinceramente me sentía nerviosa, era un álbum lleno de valor sentimental y con canciones que había escrito a lo largo de estos dos años, acerca de todo lo que había sufrido y mi proceso de sanación.

Mañana ya lo podrían escuchar y tanto Julián como Enzo escucharían todo lo que me había guardado estos años.

—Sí, igual ya estamos terminando los arreglos del show y solo quedaría comenzar a ensayarlo y ver los detalles. —Comentó el tucumano ante las dudas del equipo.

—Yo ya hablé con Nani y mañana van a estar las coreografías posibles. —Avisé, mientras ataba mi pelo en una colita baja.

—Bueno, entonces no tengo mucho más que decirte más que descanses, Titi. —Asentí al escuchar a mi amiga y manager, Josefina. —Mañana tenés todo el día entrevistas y a la noche empiezan los ensayos generales de los shows.

Asentí una vez más, teniendo en cuenta lo complicados que serían estos días.

—Bueno, nos vemos mañana entonces. —Nos despedimos de todo el equipo y finalmente pudimos soltar un largo suspiro.

Llevabamos dos horas en la reunión y ya era estresante el día de por sí. Necesitaba liberarme

—¿Dónde están los chicos? —Pregunté, cerrando mis ojos ante el cansancio.

—No sé, me dijo Agus hace diez minutos que estaban viniendo. —Suspiró y lo escuché marcar su celular, imaginándome que lo llamaría al cordobés.

Habían salido a comprar hace más de una hora y me preocupaba el hecho de que tardaran tanto en comprar las boludeces que tenían planeadas comprar.

Segundos después se escuchó la puerta de entrada, haciéndome abrir mis ojos y sonreír de inmediato al ver a mi novio pasar por la puerta seguido de el resto de los chicos, que al parecer habían decidido comprar el supermercado entero.

—¿Tanto? —Reí levantándome y estirándome levemente en mi lugar ante la inmovilidad que tuve por horas.

—Pasaron cosas. —Rió el cordobés, acercándose a dejar un beso en mis labios. —Compré vino. —Murmuró en mi oído, haciéndome sonreír de inmediato. Pasarían cosas ésta noche y no quería hacerme cargo.

RECUERDO. | JULIAN ÁLVAREZ, ENZO FERNÁNDEZ.Where stories live. Discover now