Capítulo 1.

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Marzo

Narra Carmen.
Nada me estaba saliendo como había planeado aquella tarde. Mis tacones estaban a punto de fallarme debido al resbaladizo suelo por el que estaba corriendo, y para mi suerte, me había dejado el paraguas en casa.

Llegaba tarde a un evento al que me habían invitado algunas semanas atrás. Había dedicado todo mi día a preparar mi pelo, maquillaje y ropa, sin embargo, parecía que el mundo estaba en mi contra. El coche que debía recogernos a mi y a otras amigas había tenido un problema y aunque un taxi parecería la mejor opción, solo los invitados y el personal autorizado podía entrar en el recinto.

Todo estaba yendo fatal, pero conseguí llegar unos veinte minutos después de que se hubiera dado comienzo al evento. Al llegar le expliqué lo ocurrido al personal de la entrada y sin ningún problema me acompañaron a la sala en la que estaba sucediendo todo. Era un gran auditorio y estaba lleno de gente, aunque realmente fue intuición mía. La iluminación solo permitía que se viera el escenario y apenas pude distinguir algún rostro conocido, sin embargo debido al murmullo pude llegar a la conclusión de que tenía un gran aforo.

Cuando por fin llegue a mi asiento, agarré el paquete de bienvenida. Por lo que nos habían especificado en el correo, cada fila de asientos recibiría un pequeño detalle con el logotipo de la marca; en mi caso fueron unas gafas de sol azules con un símbolo en una de las patillas.

Una vez acomodada y con todo guardado, comencé a atender a las personas del escenario. Pero algo me distrajo, mi teléfono acababa de encenderse.

-¿Has conseguido llegar a tiempo?-Se trataba de un mensaje de mi hermano, el cual estaba al tanto de todo lo que me había pasado esa tarde.
-Si y madre mía Adri, estoy sola, hay tres butacas a mi lado vacías-le contesté.

Estaba sentada en uno de los extremos y por tanto las otras personas que había en la fila estaban demasiado lejos como para interactuar con ellas.

-Va a ser un poco aburrido, no encuentro a nadie que conozca...- volví a escribirle a mi hermano, por lo menos eso me servía de distracción.
-Bueno al menos no te has perdido mucho- rodé los ojos. El no entendía lo mucho que había perdido de contenido al haber faltado a la alfombra de bienvenida y a las pequeñas entrevistas que hacían ahí.

Al cabo de dos minutos, pude ver desde el rabillo del ojo, como una parte de esa gran sala se iluminaba. La puerta por la que había entrado minutos antes, había vuelto a abrirse. Mi atención se disparó y más al ver que las personas que habían llegado tarde se estaban sentando al lado mía. Pero, de nuevo, no pude reconocerles debido a la falta de luz.

El evento habría sido de lo más aburrido si no hubieran estado los chicos que se sentaron al lado mía. Aunque seguía sin saber de ellos, iban soltando algún que otro comentario sobre el discurso que nos estaban dando. Eran graciosos y la verdad que se me hizo entretenido.

-No entiendo para que sirve todo esto, no nos están explicando nada de utilidad- dijo uno de ellos, el que más cerca estaba de mi- si saliese yo, haría más que todos ellos juntos.
-La verdad que lo haría mas interesante- le contesté, interactuando por primera vez con él. El chico se río y continuó hablando conmigo un rato más.

Aquello duró una hora más y al finalizar se nos invitó a un pequeño salón para poder tomar algo, por lo que quede allí con mis amigas. Antes de salir del gran auditorio quise esperar a que encendieran las luces para ver quienes eran los amigos nuevos que había hecho. A pesar de haber estado todo el tiempo hablando con ellos, se me había pasado el hecho de preguntarles por sus nombres.
Segundos antes de que se encendieran todos lo focos, mi bolso calló al suelo y me agache a cogerlo. La sala se iluminó de repente.

-Y bueno, ¿vais a quedaros a lo de ahora?- dije mientras me giraba para ver sus rostros, pero ya se habían ido.

Me quede sin saber quiénes eran. De inmediato mientras buscaba por aquella sala a donde podrían haber ido, encontré a lo lejos a mis amigas, ya reunidas cerca de la salida y decidí ir con ellas.

La noche fue bastante divertida al fin y al cabo y llegue a mi casa muy cansada. Al entrar saludé a mis padres y fui directa a mi habitación para dormir un poco. Me puse el pijama y me lave un par de veces la cara.
Agarré el teléfono de la mesilla de noche y comencé a subir las historias en las que había sido mencionada en el evento, respondí algunos mensajes de mis seguidores y hable un rato con mi hermano.

A pesar de que él y yo ya no vivíamos juntos, ya que se fue de casa para estar con sus amigos, seguíamos hablando todos los días. Pero a la mañana siguiente, recibí la noticia que haría que nos separásemos aun más.

-¡¿Cómo que vas a dar la vuelta al mundo?!

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