Capítulo 35.

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Narrador externo.

-Y con esta última ya van seis- habló Carmen tachando con un bolígrafo un par de nombres en un papel.
-¿Seis qué?- preguntó su hermano desde el sofá al verla colgar el teléfono en la isla de la cocina.
-Llamadas que he hecho en menos de dos horas- suspiró- ahora entiendo porque Dani estaba tan agobiado- susurró para sí misma.
-Pensaba que Plex iba a encargarse de eso- añadió Kruffy entrando en el salón. Se le notaba más calmado que hacía unas horas.
-Era demasiado, así que me he ofrecido a ayudarle- la morena se dirigió hacia el sofá y se lanzó a él de espaldas.

Marc repitió su acción y se sentó a su lado. Carmen había estado bastante rato terminado de cuadrar las visitas de diferentes empleados a la EpicHouse, para poder solucionar los problemas provocados por las lluvias.

En su habitación, Daniel había caído rendido en cuestión de minutos cuando su novia salió de la habitación. Dormía profundamente a pesar del ruido que había en casa. Se sentía completamente agradecido con ella por haberle ayudado y por dejarle poder relajarse aquella tarde.

-¿Os apetece hacer algo?- Kruffy apagó la pantalla de su teléfono, aburrido de ver sus redes sociales.
-Me encantaría pero no hay nada que hacer- rodó los ojos Adrian- odio todo esto- añadió refiriéndose a la situación en la que se encontraba Madrid.
-La verdad que no era como esperaba pasar mis últimos días de verano- agregó su hermana desilusionada.
-¿Jugamos a algo?- Marc agarró el mando de la consola de la mesita que tenían justo delante.

Por lo general, ese tipo de cosas solían hacerlas en el cine, pero debido al estado de este, pensaron que lo mejor era subirse todo a la planta de arriba.

-Me encantaría chicos enserio- dijo Carmen frotándose los ojos- pero tengo que terminar algunas cajas para mañana.
-¡Ay no me lo recuerdes!- el moreno se acercó a ella y la abrazó de una forma bastante apenada- no quiero que te vayas- Kruffy apoyó su cabeza en el hombro de la joven y esta le acarició la espalda en señal de consuelo.
-Lo siento- rió un poco por la reacción de su amigo.
-¿Necesitarás ayuda con algo?- le preguntó. Carmen negó con la cabeza rápidamente y se despidió de ellos para ir a su habitación.

Al entrar su mirada se centró expresamente en su escritorio, el cual estaba lleno de sus últimas pertenencias por empacar.

-Mmm- murmuró viendo todo lo que había y abrió los ojos cuando tuvo una brillante idea.

Fue a la parte de abajo de su cama y levantó las sábanas. Sacó una caja de color azul pastel de un tamaño medio, la cual estaba decorada con un letrero y algunas pegatinas. Durante su estancia ahí, la había utilizado para guardar algunos recuerdos que iba recopilando. Tickets, entradas o cualquier pequeña cosa que bastase para tener algo de un día especial.

Carmen abrió uno de los cajones de su desordenado escritorio y de él cogió un par de folios de papel. Comenzó a doblar uno de ellos como si fuera un sobre y lo apartó hacia un lado.

De la caja azul pudo recopilar un par de papeles que le hacían acordarse de algunos de los planes increíbles que había vivido ese verano. Entre ellos no sólo había recibos, sino también fotos impresas y demás detalles. Los agarró todos con un pequeño clip de color rojo y los introdujo dentro del sobre.

Por último, comenzó a escribir sobre una de las hojas que había sacado anteriormente y aquello le llevo un par de minutos. Para finalizar, introdujo todo en aquel sobre casero y lo colocó en su mesita de noche, bajo la lámpara que había sobre ella.

Pasó el resto de la tarde recogiendo lo que había sido su habitación esos últimos 3 meses y logró que todo cupiese bien en las cajas de cartón que había conseguido.

Se lanzó sobre la cama, agotada por ello y miró al techo con la mente en blanco. Esos dos últimos días le estaban resultando algo raros. Tenía una sensación de que debía hacer algo, pero no estaba segura de que se trataba exactamente ese sentimiento.

Sus pensamientos se esfumaron en cuanto pudo ver como su puerta se abría. A pesar de haber apagado todas las luces, la que aun quedaba encendida en el pasillo y lo poco que iluminaban las farolas, pudo distinguir perfectamente a quien había entrado.

Una silueta alta con el cabello desordenado y un perfil que le resultaba imposible no reconocer.

-Hola- habló ella de forma bastante calmada, mientras se movía a un lado para hacerle sitio.
-¿Qué hacías? ¿Te he despertado?- preguntó Daniel sentándose en el filo de la cama de su novia. Se podía notar un cierto tono de culpabilidad al pensar que había interrumpido su descanso.
-No te preocupes, no iba a dormirme- sonrió- menos sin haber cenado- ambos se rieron y acto seguido se aproximaron un poco más- estaba terminando de guardar todo- Carmen alargó el brazo hasta la pequeña lamparita de noche y la encendió.

Al iluminarse un poco el dormitorio, Plex miró a su alrededor. Le costaba asimilar como las puertas correderas del armario dejaban ver un interior totalmente vacío, como las estanterías ya no estaban decoradas a su estilo y las fotos que tenía con él y el resto de sus amigos habían desaparecido.

-Tu has conseguido dormir un poco ¿no?- preguntaba ella, sin embargo, Daniel parecía estar sumergido en su propia burbuja.

Recordaba con ternura el día que sin apenas conocerse se había ofrecido ayudarla a preparar ese dormitorio. El chico cambió su expresión a una más animada al toparse con el recuerdo de Carmen fisgando en su vestidor ya que necesitaba herramientas.

-Si he podido, ¿lo demás esta todo hecho?- contestó tras segundos en silencio. La morena asintió.
-He colgado un pequeño calendario en la nevera, así todos estaréis enterados- sonrió y el se acercó a darle un beso en la mejilla- tengo que bajar a hacer la cena- se levantó por completo.
-¿Nos la vas a hacer tú?- cuestionó entre bromas, pensando que esta se negaría rotundamente.
-Os hice el desayuno por acogerme, así que ahora toca la cena de despedida- estaba sonriendo pero en el fondo le había costado decir esas palabras.
-¿Puedo ayudarte?- propuso Plex con la sonrisa de un niño entusiasmado.
-¡Claro! Será más divertido si es contigo- le rodeó con los brazos.

Daniel se inclinó para besarla, agarrando su rostro con una de sus manos y situando la otra entre su pelo. Se separaron para mirarse a los ojos y entendieron que quizás debían de darle un poco más de tiempo a lo que estaba ocurriendo. La cena podría esperar.

Carmen bajo sus manos por la espalda de Plex y las introdujo por debajo de su camiseta mientras él continuaba besándola. Se le notaba entregado en aquello, como si quisiera demostrarle lo bien que lo hacía.

Dani colocó sus manos en la cintura de su novia y en un acto desesperado la acercó aun mas a él, a pesar de que la distancia ya era bastante corta. Podía notar su respiración agitarse conforme el beso aumentaba.

Por falta de aire se separaron, aunque volvieron a juntar sus labios en un corto beso, cómo hacían cada vez que eso ocurría.

-Voy a echar de menos esto a todas horas- afirmó Plex, entre suspiros debido a la situación.
-Créeme, yo también- reconoció ella aun estando a corta distancia el uno del otro.
-Oh ¿me necesitas?- insinúo alzando las cejas.

Carmen le volvió a besar al escuchar esas palabras deslizarse de la boca de Plex con un aspecto de superioridad.

Este último volvía a intentar que sus cuerpos se juntasen más, sabiéndole a poco lo cerca que estaban. La chica se separó rápidamente de él, dejándole con ganas de continuar.

-O a lo mejor me necesitas tú a mí- sonrió victoriosa y se separo por completo para poder ir a la cocina.

El alto simplemente asintió y la siguió sin ninguna pega.

La habitación de enfrente|| YoSoyPlexWhere stories live. Discover now