Capitulo 25.

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Narrador externo.

-Esta es la otra opción, ¿Qué opinas?- dio una vuelta para que se apreciase el conjunto.
-¡Me encanta! Ponte ese sí o sí- Ana asentía rápidamente mientras se ponía sus zapatos.

Carmen había estado pidiéndole consejo a cerca de que ponerse para esa noche. Estuvieron al rededor de unos veinte minutos probando combinaciones diferentes hasta que eligió lo adecuado.

-Avísanos si necesitas cualquier cosa- dijo antes de que la rubia saliera de la habitación.
-Si claro, no te preocupes- le dedicó una sonrisa y se acercó a abrazarla para después irse.

Al ser bastante más pequeña que el resto, Ana tenía toque de queda, por lo que salió antes en dirección a la feria. Mientras tanto, en la casa de Daniel, los chicos estaban solos, ya que sus padres habían decidido volver a ir a cenar fuera.

-¿Todavía no has terminado?- se quejó Adrian desde el marco de la puerta, viendo como su hermana continuaba arreglándose.
-Puedes pasar- dejó el colorete sobre el mueble del lavabo- mientras no ocupes esta zona- señaló con sus manos la totalidad del espejo y su hermano resopló.
-Mientras no ocupes esta zona- repitió las mismas palabras solo que con un tono de burla y comenzó a peinarse al lado de su hermana.
-¿Dónde tienes la plancha del pelo?- preguntó ella rebuscando entre las cosas del baño.
-¿Por qué debería saberlo?- Adrian le miró con una expresión dudosa.
-En mi maleta no cabía, la metí en la tuya en el último momento- reconoció entre risas y se fue en dirección a la habitación donde dormían todos, siguiendo las indicaciones de su hermano.

Al entrar pudo ver el dormitorio algo vacío, ya que solo se encontraba Plex allí. Los dos chicos restantes estaban ya arreglados en el salón, esperando a los demás.
Una vez cruzado el marco de la puerta, Dani pudo verla a través del cristal del espejo en el que estaba mirándose. Se giró y después de examinarla con la mirada, exageró una expresión de adoración hacia la chica.

-Que dramático- rodó los ojos con una sonrisa y se acercó a la maleta de su hermano.
-Es que estás guapísima- admitió en voz alta, ignorando que la puerta aún estaba abierta.

Al escuchar esas palabras la chica se levantó cerrando la maleta y analizó a Daniel de pies a cabeza. Iba vestido completamente de negro, a excepción de las zapatillas, que eran blancas.
Por un momento no pudo apartar la mirada, lo que provocó que no se diera cuenta de que se estaba acercando a él inconscientemente.

Posó sus manos sobre los hombros de este y las deslizó por su pecho suavemente, sin dejar de mirarle.

-Tu también estás guapísimo- susurró sabiendo que su hermano estaba en el baño de al lado.

A pesar de que este supiera lo que ocurría, seguía sintiéndose en la necesidad de no ser muy evidente cuando estaba junto a él.

Subió una de sus manos hasta la nuca del chico y empujó su rostro hasta que sus labios se encontraron en un corto beso. Dani,
quien estaba sonriendo debido a aquello, agarró la cintura de Carmen para besarla de nuevo, solo que esta vez, duró unos segundos más.

-Tengo que terminar de prepararme- le sonrió nuevamente y cogió la plancha del pelo para irse hacia el baño.
-¿Tan escondida estaba?- añadió su hermano al verla entrar, ya que había tardado un poco más de la cuenta por su encuentro con Daniel.
-No recordaba donde la había metido exactamente- soltó una risa nerviosa y pudo ver por el espejo que Plex estaba detrás de ellos, aguantándose las ganas de reír.

Al llegar a la plaza principal fueron directamente a pedir algo para tomar. El ambiente era el esperado, gente de todas las edades, buena música y atracciones. Los cinco se sentaron en unas sillas sueltas que encontraron y comenzaron a charlar sobre todo un poco.

-¡No me lo puedo creer!- se escuchó una voz algo chillona aproximándose a ellos- ¿Dani? ¿Daniel Alonso?

Todos se giraron para poder ver a una chica de aproximadamente su edad, de una estatura media y de color de pelo rubio. Venía rodeada de otras tres amigas más que aún no habían hablando. Archie, Carmen y Adri se miraron preguntándose de quien se trataba, sin embargo, Kruffy estaba negando con la cabeza disimuladamente.

-¿Paula?- Plex se levantó y se acercó a ella y a sus amigas, para saludarlas a todas.
-¿Quién es?- preguntó Archie al ver la cara de Marc.
-Pues a ver- quiso comenzar a explicarlo pero le interrumpieron antes de que pudiera hacerlo.
-Holaaa Kruffy- de nuevo la voz escandalosa desconcertó a todos los demás presentes.

Paula saludo a los otros dos jóvenes y se acercó a Carmen, la cual le estaba sonriendo.

-¿Y tú eres?- su tono tenía matices de superioridad, provocando que a la otra se le borrase la sonrisa.
-Carmen, encantada- se acercó a darle dos besos pero esta se separó. Carmen solo se aclaró la garganta.
-Ah, ¿y de dónde has salido tu?- dijo algo seca.
-Soy su hermana- señaló- y él es su amigo, así que supongo que el resto sabrás entenderlo sola- aquella chica le estaba causando muy mala impresión.

Ambas se sonrieron de forma forzada. Dani se acercó a ellas, poniéndose al frente. Notaba algo de tensión.

-Mm chicos ella es Paula, es una amiga mía de aquí- los demás asintieron.
-¿Amiga? ¿Estás seguro?- la chica se acercó a Dani mientras murmuraba aquellas cuestiones. Le agarró de brazo y comenzaron a caminar, con las otras tres chicas a sus espaldas.

Carmen estaba algo desconcertada, sobre todo por lo borde que había sido aquella tal Paula.

-¿Y bien?- volvió a decir Archie una vez que los cuatro se habían quedado solos.
-Es la ex y creedme, no la soporto- se echó hacia atrás, cayendo sobre su respaldo.

"¿Su ex? ¿Enserio? Lo que me faltaba" pensó Carmen. Kruffy miró a la chica ya que no había vuelto a abrir la boca.

-Fue hace años pero ella parece que aún no lo ha superado- trató de explicarle- siempre que la vemos es igual. Intenta ligárselo.
-Genial- susurró la hermana de Adri, pero ninguno pudo escucharla.

Ella solo contemplaba como Dani se movía entre la gente junto a ella y comenzaban a bailar mientras hablaban. Parecían ponerse al día. El chico le sonreía y se reía, pero en el fondo se sentía algo incómodo y no le había gustado la idea de dejar a sus amigos solos.

Al cabo de un rato el grupo de cuatro volvió a aparecer y se acercaron a la morena.

-Vamos a montarnos en los coches de choque, ¿Te vienes?- propuso Paula y ella accedió, quizás no era mala idea conocerla.

Aun que esa repentina amabilidad no duraría mucho...

La habitación de enfrente|| YoSoyPlexWhere stories live. Discover now