CAPITULO I

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Son las ocho de la mañana y la alarma no dejaba de sonar con esa estupida melodía de grillitos, si de grillos demasiado ridículo pero era lo único que lograba despertarme. Vale tenía que pararme ya si no quería llegar tarde al instituto, me faltaban tan solo meses para graduarme y no podía darme el lujo de llegar tarde o sacar bajas calificaciones por que eso solo equivalía a perder el año cosa que no podía dejar que pasara.

Ya lista baje al desayunar a la cocina donde me encontré con mis padres, mis hermanos "los tormentos" como los llamaba yo de seguro dormían todavía.

- Hola mamá, hola papá- solté sin ánimos pero como siempre no hubo respuesta alguna.

Me senté a comer mi desayuno con toda la tranquilidad del mundo, pero no lo logré porque ya se habían despertado 'los tormentos'. Y como no quería oír como chillaban al menos no hoy  salí por la puerta para esperar que el transporte público pasara por mi.

Mi instituto quedaba considerablemente lejos de mi casa, por lo que tarde una hora en llegar. Mire mi reloj de mano y ya eran pasadas las nueve de la mañana y mi primera clase comenzaba media hora después, pero como no quería pasear por los estúpidos pasillitos de mi instituto decidí acomodarme en el salón para esperar que los demás llegarán.

Diez minutos más tarde llegó mi paz, pero cuando se lo proponía podría ser como uno de esos granitos en el culo. Si estamos hablando de mi queridisima mejor amiga Anny.

- ¡Lis!-  Exclamó Anny con toda la emoción del mundo, lo contrario a lo que era mi estado de ánimo hoy.

- Hola Ann- dije con la intención de fastidiarla, ya que no le agradaba en lo absoluto su segundo nombre.

- Te lo dejaré pasar por hoy, porque mi ánimo no me lo demolera nadie hoy- dijo al mismo tiempo que tomaba asiento a mi lado.

- Vale, y que te tiene tan contenta ¿se podría saber?- pregunté con una pizca de curiosidad.

- No puede ser tan obvió- dijo  poniendo los ojos en blanco.

- No- respondí.

- Que faltan pocos meses para terminar esta tortura y eso me tiene de muy buen humor- me lo dijo a la vez casi dando saltitos sobre su asiento, claro eso era.

Y así pasé toda la mañana hablando trivialidades con Anny.

Al llegar ni siquiera me fije si alguien estaba en casa simplemente subí a mi habitación para darme una ducha, al salir del cuarto de baño el timbre de la casa suena.

- Vale lo que faltaba- dije al mismo tiempo que descendía por las escaleras para abrir la puerta.

Al abrir me encuentro con un repartidor de unos diecisiete años, que sostenía un sobre en sus manos.

-¿Es usted Lis Parker?- preguntó.

- Si- respondí con ganas de tirarle la puerta en la cara para poder dormir en paz.

- Esto es suyo, por favor firmé aquí- me extendió el sobre y al mismo tiempo con la otra mano me estiro un pequeño cuaderno, deje el sobre ha un lado para firmar la hoja correspondiente, después de varios segundos le extendí lo que me había dado.

- Que tenga buena noche- dijo antes de irse.

No me dio tiempo a responderle porque ya se había girado sobre sus talones para irse por donde había llegado así que  cerré la puerta, no aguante la curiosidad y abri el pequeño sobre donde solo había una hoja doblada por la mitad, y me sorprendió lo que estaba escrito.

"No te preocupes lis, esa tranquilidad que tanto te ha costado construir pronto se esfumara. Con cariño H."

Solte el papel sin darme cuenta.
Un mar de dudas y desconciertos me invadió. Mi mente se empezó agitar con miles de preguntas sin respuestas, no entendía lo que acababa de leer.

¿Quién demonios era H?.

Escudos para el CorazónWhere stories live. Discover now