CAPITULO V

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Estaba rebuscando en mi armario algo de ropa para ponerme y nada llamaba mi atención, así que agarré lo primero que vi, llegué hasta el espejo y me observé.

Para ser una elección al azar me encantó, tenía una falda de cuerina negra, un top engomado negro y unos botines de tacón negro, si todo negro pero me encantó como se veía  en mi cuerpo, resonaron unos pequeños golpes en la puerta de mi habitación así que fui abrirla, era Anny.

- Te ves encantadora- fue lo primero que dijo al verme.

- Y ni hablar de ti, estás guapísima Anny.

Tenía un vestido blanco corto ajustado al cuerpo, unos zapatos de tacón gris, el pelo lo tenía en una coleta alta y ni hablar del maquillaje, sus ojos color gris destacaban a lo lejos.

- Ya lo sé - me guiñó un ojo.

- Veo que todavía no te has hecho ni el maquillaje, ni te has arreglado el cabello.

- Que me recomiendas, ¿un maquillaje sencillo y con el pelo suelto?- le pregunté mientras sacaba el maquillaje.

- Si el pelo suelto quedaría mejor, y con un maquillaje sencillo quedarás perfecta, te ayudó?- dijo y yo agradecí por eso.

Tardamos unos pequeños minutos en arreglarme, me iba a poner las lentillas color azul cuando dijo.

- No te las pongas, me encantan tus ojos heterocromático- fruncí el seño dudativa.

- Anny no..

- Que? Deja de sentir inseguridad por tus ojos si son hermosos y únicos.

- Tú no entiendes- dije apartando la mirada de la suya.

- Cariño no sientas inseguridad por eso y si es por tu pasado como me contaste aquella ves y que me dejaste con una gran duda de lo que te había ocurrido aquel día, la misma palabra lo dice no. Es solo el pasado vive el presente y enseñale al mundo lo increíble que puede llegar hacer Lis Parker Turner.

Me reí a carcajadas y ella me imitó, si es cierto el pasado ya era el pasado, pero como explicarle a ella que esos demonios todavía me perseguían día a día si ni siquiera sabe lo que me ocurrió y mejor así.

- Anny gracias, pero no es tan fácil como crees así que mejor optó por ponerme mis lentillas.

- Bueno vale como quieras te espero abajo.

Al bajar un rato después, estaba la familia completa, papá, mamá y los tormentos los salude a todos y me dieron el permiso para salir, no me dijeron a que hora llegar ya que les importaba una mierda pero si me dijeron que Anny me esperaba en su auto que estaba aparcado al frente de mi casa.

Me despedí de mi familia salí de la casa y me dirigí hacia el auto, abrí la puerta me acomodé en el asiento de copiloto y cerré la puerta, el carro se puso en marcha.

Durante el viaje nada fue incómodo ya que con Anny todo fluía, nos pusimos al día de que hicimos nuestro fin de semana, entre otras cosas.

- Ya llegamos- dijo mientras aparcaba el coche, y nos bajamos.

Era una mansión sin duda alguna, me quedé asombrada, tenía dos plantas y era de color blanco y negro.

- Quita esa cara, que no va hacer la primera vez que vengas- dijo Anny mientras se dirigía a la entrada principal.

- ¿Que?.

- Si como escuchaste, a partir de hoy me vas acompañar- dijo al instante que me dirigía una mirada rápida - Mueve el culo que la fiesta no espera por nosotras.

Fui hasta donde estaba ella en pasos rápidos para no perderme, había mucha gente y la muy condenada caminaba rápido.

- Aarón mi amor- gritó emocionada, le lancé una mirada molesta.

- Espera, no entiendo que hace Aarón aquí?.

- ¿Quien crees que nos invitó a esta menuda fiesta?- dijo con sarcasmo. Debí esperarme algo así, claro que su dichosito novio iba a venir, no me caía mal pero algo me decía que ese chico no era alguien bueno.

- Bueno te dejo sola, voy a estar por ahí por si quieres buscarme- me dijo la muy cabrona, era primero mil veces el antes que yo.

Se alejaron los dos agarrados de la mano rápidamente. De fondo sonaba ( It Goes Like) Nanana de Peggy Gou. Al rato me cansé de bailar y me conduje hasta la barra y me pedí un mojito.

Me perdí un bien rato en mis pensamientos, ya estaba casi borracha y cuando me levanto para buscar a mi amiga alguien me coge del brazo y me frena.

- Hola mucho gusto, soy Fred y tu ¿eres..?

- Soy Lis- quería salir corriendo de ahí, me quité su mano de encima con toda la intención de pasarle por un lado e irme para mi casa de una buena vez.

- Te llevo a casa?- me preguntó. Y  como yo estaba muy borracha le dije que sí.

El chico no era que me daba mala vibra si no que era yo, no me gustaba el contacto físico y más si se trataba de hombres, no podía ni abrazar ni rozar manos con un hombre porque me daba un ataque de pánico, y era justo eso lo que me estaba ocurriendo en ese mismo instante.

Al encontrar la salida salí a paso apresurado, necesitaba que el aire de esa noche fría me golpeará la cara, necesitaba mantener la compostura, no podía mostrar cierta debilidad.

El chico no se rindió y me siguió como me dijo, se encargó de llevarme a casa, durante el trayecto se hizo un silencio incómodo y yo simplemente me limité a mirar por la ventanilla, esa noche estaba oscura sin estrellas y sin rastros de la linda luna.

No se en que momento me quede dormida, cuando abro los ojos ya el coche estaba aparcado frente a mi casa.

- Bueno Lis, no quería asustarte ni nada simplemente te vi en la fiesta me pareciste muy guapa y pensaba que podríamos ser amigos, pero ya veo que no eres fácil, eh.

- Tranquilo, no me asustaste solo que decidiste llegar en el peor momento.

- Anny es tu amiga no?.

- Si claro.

- Bueno también es la mía, me podrías dar tu número?- fruncí el seño.

- Dame tu móvil- me lo dio y yo le anoté mi número- ahí tienes, y gracias por traerme a casa.

Me bajé del coche sin darle oportunidad de responderme y entré en casa, subí hasta mi habitación, me despoje de la ropa me quite el maquillaje las lentillas me puse mi pijama, y me tumbé boca arriba en la cama.

Me hice un ovillo en ella y lloré recordando el maldito pasado que me perseguía constantemente.

Escudos para el CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora