CAPITULO XLVII

10 1 0
                                    

Dos meses después.

Ya comenzaba a desesperarme. Siento que llevo mucho tiempo aquí y todavía no logro ser liberada. En este lugar hace mucho frío y desde aquel incidente, mi cuerpo no tiene ni una sola prenda de ropa. En ese momento, entra Heth al sótano con uno de sus escoltas.

- Hoy no estoy de humor para hablar contigo, así que dejaré a Groomer a cargo - habló.

Ese nombre me resultaba familiar, pero no recordaba de dónde...

- Mejor, porque tampoco quiero verte.

- Ay, mi Lis, no juegues con fuego - advirtió.

- Vigila a esta esperpento mientras no estoy, no la pierdas de vista.

Se alejó hasta llegar a la salida y se fue. Yo trataba de recordar dónde había escuchado ese nombre. Ese tal Groomer se mantuvo firme por unos minutos y luego se acercó.

- Aléjate, no te acerques - lo señalé.

- No te haré daño - alzó las manos en modo de rendición.

- Oh sí, claro que lo harás.

Se quitó la capucha y su rostro me pareció conocido, como si lo hubiera visto en algún lugar, en algún momento de mi vida.

- No. Estás equivocada, estoy aquí para ayudarte - giró el rostro para confirmar que nadie se aproximaba.

- ¿Qué quieres decir?

- Mira, no tengo mucho tiempo para explicarte, así que lo haré lo más rápido que pueda.

No quería hacerme ilusiones o tener esperanzas, pero era completamente imposible...

- Te escucho.

- Probablemente no te acuerdas de mí, pero eso ahora no importa. El caso es que este no es el primer secuestro que estos imbéciles hacen y yo soy un infiltrado de la SWAT porque queremos eliminarlos del mapa.

- Ya va, déjame asimilarlo, ¿eres un infiltrado? - él asintió - Pero, ¿por qué me quieres ayudar? Aún no lo entiendo.

No lo entendía de verdad, ¿qué quería decir con que no lo recordaba o que él quería ayudarme? ¿Será que antes nos conocimos?

- Sí, soy un infiltrado. Y con respecto a la otra pregunta, por dos razones - se acercó y se agachó hasta llegar a mi altura - solo quiero decirte que ahora sí te creo, Lis.

- Si no sabes nada de mi pasado...

- Olvídalo. Quiero que salgas de aquí con vida, por eso te ayudaré a salir - habló.

Estaba escuchando bien, porque no podía creerlo y no creo que sean alucinaciones mías.

- ¡Seré libre, seré libre! - exclamé con entusiasmo.

- Shhh, escucha con atención. Necesito que hagas todo lo que te pidan para no levantar sospechas. Son inteligentes pero tienen sus puntos débiles y esa es una. Tenemos que arriesgarnos. ¿Entiendes?

Tengo tantas preguntas atoradas en mi garganta que no sé por cuál empezar.

- Lo comprendo, pero ¿cuándo saldré y cómo saldré de este sótano? - pregunté.

Se escucharon unos pasos repentinamente. Groomer se puso de nuevo la capucha y tomó la postura que tenía antes. Otro de ellos entró al sótano con un plato de comida.

- Por órdenes vengo a entregar la comida.

- Yo me encargo de eso - habló Groomer.

- Pero...

- Por indicación de Heth, hoy soy el encargado de vigilar a la señorita Lis.

Entregó la comida y salió del sótano. Groomer me dio la comida con cuidado, algo que los otros no hacían. Comí desesperadamente.

- Ten cuidado, no te atragantes.

- Sí, ¿me responderás?

- Está bien, te daré una señal tocando la puerta del sótano. ¿Ves ese panel de control al lado de la puerta?

- Sí, ¿qué pasa con eso?

- Para salir, debes ingresar el código 334. Recuérdalo, esta será nuestra última conversación.

- Bien, ¿puedo preguntarte algo más?

- Claro.

- ¿Cuánto tiempo llevo aquí encerrada?

- Dos meses y una semana.

- ¡¿Qué?! - grité.

- Baja la voz - dijo mirando a su alrededor.

- Es mucho tiempo - susurré.

- Aguanta un poco más, esperemos que todo salga bien.

- ¿Por qué siento que nos conocemos de algún lado?

- Porque es así.

Entonces, si no nos conocíamos y yo no lo recuerdo, cada vez que pasa el tiempo descubro cosas que no recordaba o que no esperaba en absoluto.

- ¿Quiero saber eso? - pregunté con curiosidad.

- Olvídalo, lo importante es que logres escapar con vida.

- Oye, no es justo. Merezco... - Fui interrumpida por unos pasos que reconocía perfectamente. ¿Cuál sería mi castigo hoy? Golpes hasta sangrar, maltratos verbales o... No quería ni imaginármelo, pero ya sabía lo que vendría después.

Se abrieron las puertas y Harold hizo acto de presencia.

- Veo que estás acompañada hoy. También te dignaste a probar la comida de hoy. ¿Qué tal si te doy una recompensa?

Negué con la cabeza varias veces, pero pareció no importarle mi opinión, como siempre. Le indicó a Groomer que saliera y este me hizo un gesto de "sé fuerte".

- Espero que te guste, lo haré con todo el amor que te tengo.

Cerré los ojos y le entregué mi cuerpo, sintiendo un asco infinito. Pero era todo por ser libre, o al menos eso esperaba...

--------------------------------------------------------------------------------------------
NOTA DE LA AUTORA: ¡Hola! ¿Cómo están? Me imaginó que hasta este punto de la historia ya deben saber que "H" es Harold, el supuesto tío de Lis que se creía muerto, ¡qué loco, ¿no?! Y "Heth" es su hijo. Igualmente, aquí lo aclaré por si tenían alguna duda. Estamos a punto de llegar al gran final, ¿están listos? ¡Espero que sí! Espero que estén disfrutando al máximo la historia y sin más que decir, ¡nos leemos en el próximo capítulo!

Escudos para el CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora