CAPITULO XI

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HETH

Estoy ansioso ya por llevar mi plan a cabo, pero lo bueno se hace esperar no?

- ¿Me trajiste la información que te pedí?

- No- se sentó en el suelo.

-¿Como que no? Eres imbecil o qué, necesito saber si al fin va a salir del país.

- Bueno debes entenderme, tu querida..... En fin lo que sea, no suelta información tan fácil- Lo mató, demasiada ridiculez para mi gustó.

- Si llevas días desaparecido, te dije claramente que no te apartaras de su lado, pero claro como eres el más grande de los imbeciles hiciste lo contrario.

No se que hacer con el, a veces provoca... Mejor se los dejo a su imaginación. Este plan se hubiera arruinado por su mala cabeza, gracias al cielo no me fío de nadie y llevo la delantera de todo.

- Bueno igual pensaba escribirle hoy para salir juntos.

- Al menos tienes neuronas- dije abriendo una carpeta con la información que el imbecil ese no pudo conseguir.

- ¿Que es?- señalo la carpeta.

- Y todavía preguntas, no estoy para tus mierdas así que cállate y déjame leer.

- Me voy- se dirigió hasta la puerta.

- Que bien, y procura la próxima vez que vengas traerme algo que me sirva.

Baje mi vista a las hojas y vi lo que necesitaba. Para tomar esa decisión tuvo que haber pasado por un momento de desesperación, es que la conozco muy bien, demasiado bien diría yo. Y soy capaz de decir que duda, pero nada la va hacer cambiar de parecer.

Cerré la carpeta, me levanté del sofá y me encamine hacia el pequeño bar de aquel apartamento. Me serví un poco de whisky y me lo bebí de un solo trago.

Cuatro largos años tratando de buscarla hasta que di con su paradero, a veces tengo mis dudas sobre si quiero seguir con esto, pero luego recuerdo a mi padre tumbado en esa cama con el pecho bañado en sangre, muerto.

Fueron años duro, de aceptación, mi madre quedó mal después de ese incidente hasta que la pobre se quitó la vida, ¿y yo?. Cada día que pasaba me llenaba de rencor, la venganza. Eso surgió después.

Estaba perdido en mis pensamientos, hasta que el celular suena, lo descuelgo y me lo llevo a la oreja.

- ¿Te sirvió de algo lo que te envié?

- De mucho, ya se lo que tengo que hacer a continuación y tu me ayudarás bryon.

- No me llamó bryon- Atacó.

- Como sea, no me interesa tu nombre.

Los investigué a cada uno con anticipación, tenía que ver a quien iba a implicar en esto, no soy tan estúpido asi que tranquilos, ninguno va abrir la boca.

- Aprovechando que me estadía en londres se alargará un poco, nos reuniremos para terminar de explicarles el plan- volví hablar.

- Vale- colgó, déje el móvil en la mesa.

En unos días tendré que volar de nuevo a Idaho, así que en cuento antes les expliqué a ese par de inútiles lo que tienen que hacer mejor. Más les vale hacer las cosas bien porque para eso les pago.

Odió esta cuidad, casi todos los días llueve, no entiendo, de tantos países y ciudades los parker tuvieron que elegir a Inglaterra.

No es un país horrible para nada, solo que yo prefiero lo colorido, por eso me mudé de Idaho.

Llamé a Bryon o como se llame para indicarle el lugar y la hora del encuentro, lo mismo hice con.... Vamos a llamarlo ben porque tampoco me acuerdo de su nombre, bueno ni me importan sus nombres.

- Paciencia solo paciencia, que falta poco- le dije a una gata que estaba en la terraza.

-Mi is, faltan tan solo meses para nuestro reencuentro. Por los momentos no te molestaré tanto, pero estoy atento a todos tus movimientos- pensé.

Solo queda esperar el tiempo necesario, y todo saldrá perfecto, mi plan no tiene falla.

Espero que cuando me vea en su rostro se refleje alegría y no confusión o extrañeza. Que iluso JAJAJA.

Escudos para el CorazónHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin