CAPITULO XLVI

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LIS

Un martirio es lo que vivo todos los días. No tengo forma de escapar de esta especie de cárcel; me siento asfixiada en estas cuatro paredes y ya perdí la esperanza de salir ilesa de este sufrimiento en pena. Mi piel tiene innumerables cicatrices, pero cómo me encantaría que esas dichosas marcas no fueran para hacerme daño. Mi única manera de contar el tiempo es marcar líneas en una pared, pero hasta perdí la cuenta de eso. No sé cuánto tiempo llevo aquí, solo sé que para mí esto ha sido una completa eternidad. Es como si el pasado que me había propuesto dejar atrás volviera a atormentar mi presente de una forma muy aterradora. Y lo único en lo que puedo pensar es si lograré salir con vida de este asqueroso lugar...


Escudos para el CorazónWhere stories live. Discover now