EPÍLOGO

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LIS

Nos posicionamos, apuntamos a la puerta y al abrirla, disparé sin piedad. Era una cuestión de supervivencia, ellos o nosotros. La duda se desvaneció al apretar el gatillo y los cuerpos cayeron al suelo.

- Tenemos que salir de aquí- dijo Groomer, asentí y salimos corriendo.

Mientras avanzábamos, encontramos más personas y seguí disparando con odio, desconociéndome en ese momento. Era mi método de supervivencia, todo o nada. Continuamos avanzando con precaución entre los cuerpos y la sangre. En ese momento, Groomer sacó un celular. Las luces se volvieron tenues, pero eso no nos afectó.

- ¿Qué piensas hacer? - pregunté alarmada.

- Pedir refuerzos.

- Y si llegan, ¿cuánto tiempo tardarán?

- Ellos están esperando esta señal, así que no deberían tardar mucho.

- Buen punto.

- Sigamos avanzando.

No voy a mentir, ya me sentía cansada y la pistola era pesada, pero me obligué a seguir adelante.

No pasaron minutos cuando escuchamos el refuerzo de Groomer a lo lejos en todo el recinto.

- Somos el equipo de Operaciones Especiales SWAT de Norteamérica - gritaron a través de un megáfono.

- Son ellos - habló Groomer un poco aliviado.

- Igual no hay que bajar la guardia- golpeé su hombro.

Luego escuchamos un grito lejano, eran Heth y sus escoltas señalándonos.

- ¡Hay que separarnos! - gritó Groomer.

Con miedo y dolor, nos separamos tomando rumbos diferentes. Corrí durante un buen rato hasta que me percaté de que estaba a salvo. Revisé el arma y me di cuenta de que me había quedado sin cartuchos. Lancé mi arma en algún lugar y busqué en los cadáveres hasta encontrar una que estaba totalmente cargada.

Esta casa era como un laberinto, cada camino te llevaba a otro sin encontrar una salida. Estaba empezando a desesperarme cuando llegué a un punto con dos caminos y no sabía cuál tomar, pero tuve una corazonada con el de la derecha, así que seguí mi instinto. Sin embargo, nunca imaginé encontrarme a Groomer en el suelo, quejándose del dolor con Heth encima de él.

- ¡Groomer! - grité. Heth se levantó del cuerpo de Groomer para verme.

- Así te quería ver.

- ¿Qué le hiciste? - pregunté alterada.

"Espero que no esté muerto, no todavía" era lo que repetía en mi cabeza.

- Solo le di una "ayuda" a nuestro compatriota - se encogió de hombros.

- Lis... yo... - habló Groomer y Heth pateó sus costillas.

- Cállate.

- ¡Déjalo hablar! - dije con un nudo en la garganta.

- Te quiero, mejor amiga... -intentó decir Groomer.

Y lo recordé, me acordé de todos esos momentos hermosos que pasamos juntos, recordé el día que nos enojamos porque él no me creía que mi tío abusaba de mí. Recordé lo buenos amigos que llegamos a ser.

Ahora sus palabras tomaban sentido en mi cabeza, él por fin creyó en mí...

- Groomer, ¡NO! - apunté con mi arma a Heth. - Por tu culpa te odio.

- Siempre me has odiado, ¿cuál es la diferencia? - Contraatacó.

- Game over, hijo de perra - Cargué el arma con odio y desprecio.

Él cerró los ojos, anticipando la escena. Respiré hondo y jale el gatillo, pero la bala se desvió de rumbo, luego se escucharon disparos al aire.

- Eso te lo digo yo a ti - habló Harold con desprecio.

Caí de rodillas al suelo.

Es cierto lo que dicen, que cuando estás a punto de morir, tu vida pasa como una extraña y bella proyección en tu mente.

Reviví todas mis etapas, e incluso aquellas que no llegué a vivir. Me vi profundamente feliz y cerré los ojos con lágrimas recorriendo mi rostro.

Me dispararon nuevamente, pero esta vez directo al corazón.

A pesar de mis intentos por protegerme, la vida me jugó una mala pasada. Los escudos no fueron suficientes para proteger mi corazón.

Mi cuerpo ya había quedado sin vida, pero, sin embargo. Se llevó a cabo la completa destrucción de mi ser.

Hoy es y será mi muerte, pero mañana quizás la de ellos...

Yacía en el suelo. Y mis signos vitales por fin se desvanecieron...

Escudos para el CorazónWhere stories live. Discover now