CAPITULO II

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Nota: Querido lector, antes de empezar a leer, me gustaría que reprodujera la canción (sia- Big girls cry). Siento que con esta canción, lis se identifica mucho. Ahora, no quiero robarles más tiempo. Que comiencen a disfrutar de la historia.

Decidí ignorar de una vez por todas lo que acaba de ocurrir hace unos días, ya que me había dejado demasiado descolocada esa nota, lo olvidé por completo al entrar a la cocina. Olía rico a café recién hecho, pero preferiría prepararme un té para relajarme, revise los estantes y no encontré nada frustrada salí de la cocina. Iba a dirigirme escaleras arriba cuando siento que se abre la puerta de entrada, dejando a la vista a mis padres, eran ellos.

- Necesitamos hablar - dijo mi padre en un tono tranquilo.

No sabia que querían hablar conmigo pero algo me decía que nada bueno iba a salir de sus bocas.

- Claro - respondí.

Ya mi mamá se encontraba sentada en un sofá negro del salón, papá que no se había apartado de la puerta procedió a quitarse su abrigo y lo colgó en el perchero de pared; en Londres se recibía el invierno en noviembre y se despedía en marzo, y estábamos a principio de enero.

Durante esos segundos seguí todos sus movimientos con mis ojos, esta que se detuvo en medio del salón. Me devolvió la mirada con sus característicos ojos color esmeraldas para luego dirigirse al sofá, es guapo claro que sí, es alto, musculoso y muy inteligente a sus 38 años ya había logrado todo lo que un día se habia propuesto, en cambio mi mamá era rubia con ojos de un color miel verdoso, no era muy alta pero parecía una jodida estrella de Hollywood.

Sali de mi transe cuando me di cuenta que llevaba minutos en el mismo sitio así que entre al salón y me senté frente a ellos.

- Ya han pasado 4 años, y no podemos seguir así- inicio la conversación mi mamá.

- Son ustedes los que ni un monosílabo me regalan- respondí -hablamos muy poco y cuando lo hacemos es por los gemelos.

No entiendo a que venía todo esto, ellos nunca dan su brazo a torcer.

- Necesitamos llevarnos bien por esa misma razón- contraatacó mi papá.

- Claro después de 4 años deciden que lo mejor es llevarnos bien?- pregunté molesta.

Recuerdo que meses después de lo que pasó mi mamá dio a luz a dos lindos niños nadie sabía que estaba embarazada esta que llego de urgencias al hospital y ese mismo día rompió aguas, uno era rubio con ojos esmeralda como los de papá y ese era liam, el otro tenía el cabello negro con ojos color miel y ese era Max. Ellos llegaron sin avisar y se convirtieron en las paz de todos pero todavía quedaba el remordimiento y la culpa en esta familia.

- Solo hacemos esto por los niños, ellos no saben nada de lo que pasó y tampoco deben enterarse- me respondió elavando el tono de voz.

Ellos se habían encargado de todo para dejarme a un lado, ya no significaba nada para ellos.

- Vale, lo hago por los gemelos y también porque me hace ilusión que al menos intentemos que todo vuelva hacer como antes- respondí temiendo a la respuesta que se avecinaba.

- Nada volverá hacer como antes- dijo entonces mi mamá - tu te encargaste de todo esto, de arruinar la linda familia que éramos - ahora quien hablo fue mi papá, sus palabras eran puñales para mi corazón.

- Sólo tenía 12 años no sabia lo que hacía- dije con lágrimas en los ojos, me resistía a dejarlas salir.

- Ya nada cambiará lo que hiciste, ¡llorar no te sirve de nada coño!- Me grito mi papá.

- Ya loghan es suficiente- dijo mi mamá

Claro que para el no eran suficientes sus palabras, ellos me estaban volviendo a hundir de donde me estaba costando salir.

- Los quiero, y me arrepiento del todo el daño que les hice pasar- dije con toda la sinceridad.

- Y nosotros a ti no, los únicos a quienes queremos son a los gemelos- dijo papá.

Y antes de irme a mi habitación soltó lo último que quería escuchar.

- Estamos esperando a que te gradúes para que empieces a trabajar y tu misma te puedas pagar la universidad ya que no nos haremos responsable de ti, y una vez que no vivas más en esta casa olvídate de que tienes familia- dijo tajante.

- Espero que cuando me perdonen no sea demasiado tarde- dije bajito para que no me escucharan.

Me di la vuelta y me encamine hacia las escaleras, mi habitación era la última del pasillo y antes de llegar a ella pasé por la habitación de los gemelos.

- Mis lindos tormentos- dije en un susurró le di un beso a cada uno en la frente y los dejé dormir plácidamente.

Al llegar a mi habitación me tumbe en la cama, me arrope con las sábanas y empecé a llorar desconsoladamente.

En que momento el dolor los segó, sentía que cada día que pasaba me ahogaba por la estúpida culpa.

Todos cometemos errores por eso somos humanos, pero tal vez era verdad todo era mi culpa, yo era la culpable de todo o eso me hacían creer.

Del amor al odio solo hay un paso y eso era lo que mis padres habían hecho, dejaron el amor que sentían por mí aún lado solo para odiarme.

Algún día me perdonarán ¿cierto?

O tal vez no....

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