CAPITULO XIII

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Hoy hace un frío terrible, como para estar todo el día en mi habitación tumbada en la cama leyendo un buen libro. Acepte la salida, solo porque hace un tiempo que no se nada de Fred.

- ¿Osea que te vas a Los Ángeles?- me pregunto intrigado, nos encontrábamos sentados en unas de las bancas de aquel parque de la cuidad.

- Si, ya tomé la decisión.

- Es que todavía no logro entender ¿Por qué tan lejos?.

- Porque allí queda mi hogar, bueno no exactamente en esa cuidad, pero me voy lejos de aquí porque solo quiero sanar, quiero volver a sentirme viva. No sé, si logras entenderme.

- Si, claro que si.

- Es más, ya me cansé del color gris que acompaña esta cuidad- los dos nos reímos.

- Y.. ¿ Donde has estado todo este tiempo?

- ¡Ah! pues en Los Ángeles, vivo allí.

- ¿Entonces qué haces aquí?

- Estoy aquí por cuestiones de trabajo.

- Entiendo, espero que para el día de mi graduación estés aquí.

- Seguro- dijo con una gran sonrisa, el era como unos tres años mayor que yo, pero era un encanto. Mi amigo.

- Lis...- parecía dudoso en querer decirme lo que tenía en mente pero al final lo dijo- ¿ Que tal si nos vamos juntos a Los Ángeles?

- No sería mala idea, pero yo me voy después del verano.

- Y yo estoy aquí hasta esa fecha, ¿qué dices?- volvió a preguntar.

- Ya lo veremos después- me levante del banco- Hablamos luego, Fred, no te pierdas.

El solo asintió y yo me dirigí hacia casa, fue un trayecto tranquilo pero con pensamientos no pedidos.

Minutos más tarde, ya me encontraba en casa, abrí la puerta y me encontré a mi familia viendo una película, y claro yo no era parte de eso ya que ninguno me avisó de ello.

Fui esta mi habitación, me quité el abrigo y las demás prendas de ropa. Fui hasta el cuarto de baño y tomé  una ducha caliente y muy larga, ya lista. Me enrolló en una bata, luego me tumbó en mi cama con un libro.

No sé en qué momento pasó tanto tiempo, ya eran las doce de la madrugada, dejo el libro a un lado, bajo a la cocina por un vaso de agua. Todos ya estaban durmiendo.

- En que momento se me pasó la hora- dije en voz alta.

Volvi a mi habitación me senté en el escritorio y empecé a investigar a alguien, solo por simple curiosidad, tenía tanto tiempo que no sabía de el, que no daba ni señales de vida. A veces me pregunto si me odio por lo sucedido, a veces soy tan ingenua al pensar que me comprende, también me pregunto si seguirá viva. No se los voy a negar ojalá ya le allá llegado el karma, yo tengo mis razones para decirlo.

Encontré lo justo y necesario, guarde todo en el computador y lo apagué.

Me acosté en la cama y poco después quedé rendida en sueño.

En medio de la oscuridad, me encontraba en un lugar desconocido, escuchando aterradores gritos que parecían ser mi propia voz. Al girarme, lo vi a él de espaldas, sosteniendo un cuchillo ensangrentado. Mi corazón se heló al ver un cuerpo que era yo de niña. El miedo me invadió y comencé a correr sin cesar, adentrándome en un bosque espeso. Pero fue inútil, él me alcanzó y me acorraló contra un árbol, apuntando el cuchillo lleno de sangre hacia mi cuello, susurrando: "Así como terminé yo, acabarás tú".

Me levante asustada, prendí la pequeña lámpara que estaba en la mesa y noté que estaba temblando, me repetía una y otra vez que solo era un sueño que nada de eso me sucedería. Logré calmarme un poco haciendo ejercicio de respiración.

Las pesadillas no eran tan frecuentes, pero cuando lograba atraparme una, sentía que una parte de mi se quedaba allí.

Hace unos años, mi psiquiatra me recetó los antidepresivos, que dejé de tomar por supuesto. Primero porque ya no tenía los pensamientos suicidas y porque te hacen sentir como la mierda.

Sabia que tenía que volver a retomar las citas con el psiquiatra, porque estaba empeorando a nivel emocional, pero me negaba rotundamente por una razón.

Tenía que empezar de nuevo, contar todo lo que sucedió ese día, explicar cómo ocurrió y por qué lo hice, pero aún no estaba preparada para eso.

No podía dormir después de tener una pesadilla, así que di vueltas en la cama durante toda la madrugada.

Me levanté y cogí el celular que estaba en la mesita de noche. Lo encendí y vi que eran las seis en punto de la mañana. Después de ducharme, ordené un poco la habitación que estaba un poco desordenada.

Abrí el armario, me puse unos vaqueros y una camisa holgada. Me hice una coleta, agarré mi mochila y bajé las escaleras.

Dejé una nota en la cocina diciendo que me iba temprano y que los quería. Salí de la casa y el aire frío golpeó mi cara. Fui a la parada del transporte público para esperarlo, estaba muy temprano.

Hoy iba a ser un día súper ajetreado, ya que es el último día de clases. Hoy se presentan los exámenes finales y realmente espero aprobarlos todos, porque si no, todo se va al traste.

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NOTA DE LA AUTORA: Estimados lectores, bienvenidos. Espero que disfruten de esto tanto como yo, y se sientan parte de ella.
Lis es alguien que a su corta edad a tenido que pasar por mucho, tanto físico como emocional, una chica que es muy simpática pero la vida la a golpeado de la peor manera.

Aquí les dejo algunas preguntas:

¿Lis a quien estará investigando? 

¿Por qué tomó alguna vez antidepresivos?     

¿Cual será su pasado?

¿Por qué fred después de tanto tiempo decide volver aparecer?

Dejen sus teorías en los comentarios, los estaré leyendo todos.

Aprovechen este viaje y los retos que lis enfrentará  ¡Nos vemos en un nuevo capítulo!

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