CAPITULO XX

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¡Gracias a @itsmilena por hacerme este moodboard, me encantó! Sin más preámbulos, ¡a leer el capítulo!

Ya todas teníamos puestos los vestidos que compramos aquella vez, nos habíamos maquillado. Yo decidí no llevar lentillas. Anny me felicitó y las demás quedaron asombradas. Nos faltaba ponernos el birrete y la toga para salir hacia el instituto donde se llevaría a cabo la ceremonia de graduación.

- No sabía que eras heterocromática - Bella se giró para verme anonadada.

- Y es algo que odio, espero que no lo tomen a mal, pero lo hago por una simple razón - me encogí de hombros. Estábamos en la habitación de Bella, yo estaba sentada en la cama, Anny a mi lado, Dhara caminaba de un lado para otro, Gris estaba buscando las togas y nuestra querida Bella se retocaba el maquillaje.

- Pero ¿qué dices? Yo quisiera tener heterocromatía - Dhara se paró de golpe.

- Joder, con una sola mirada dejas a la otra persona impactada - habló Bella.

- Y son súper bonitos, además, ¿quién tiene un ojo color miel casi amarillo y el otro color esmeralda? - habló Gris entrando a la habitación con las togas en la mano.

- Nadie, solo Lis - comentó Anny, y yo reprimía una risotada. Todas estábamos súper bellas, a decir verdad.

- Bueno, dejemos de hablar y vamos a ponernos las togas - Bella se levantó del tocador.

Mi mamá, los gemelos y mamá Lía ya deberían haber llegado. Mi papá no quiso ir y eso me entristeció un poco porque, a pesar de todo, algo en mi interior presentía que asistiría, por muy resentido que estuviera conmigo. Pero no es así. Yo sabía que eso no sucedería.

- Tomen cada una una toga y un birrete - habló Gris. Hicimos lo que pedía y nos observamos.

- ¡Estamos hermosas! - exclamó Dhara y sacó su móvil - ¿Qué tal si nos tomamos una foto?

- Me parece súper bien - afirmó Anny - ¿Qué dicen ustedes?

- ¡Sí! - habló Bella. Dejamos las togas a un lado y me arrastraron hasta el espejo para tomarnos las fotos.

Estábamos en frente de la casa de Bella y ya íbamos sobre la hora, pero el taxi no llegaba. Nuestros celulares estaban explotando de mensajes porque todavía no llegábamos y solo faltábamos nosotras. Nos estábamos angustiando porque el taxi no llegaba aún.

- ¿Cuándo piensa llegar? - preguntó Bella hastiada.

- No sé, pero vamos poniéndonos esas cosas - Dhara señaló las togas.

- Sí, tienes razón - puntualizó Anny. Batallamos un poco, pero logramos ponérnoslas en nuestros cuerpos.

- Ay, pero esto tapa mi hermoso vestido - habló Bella, y nosotras pusimos los ojos en blanco. Después de unos minutos, llegó el taxi.

- Vamos chicas, que vamos tarde - habló Gris.

Abrí la puerta trasera del coche y me monté junto a Dhara, Gris y Anny. Íbamos súper apretadas, y Bella bueno, iba en el asiento de copiloto.

- Señor, ¿podría conducir un poco más rápido? - habló Gris.

- Por supuesto - habló el señor amablemente.

En cuestión de segundos, llegamos al instituto y la ceremonia ya había comenzado. Tuvimos que escabullirnos para llegar a nuestros asientos. En el lado derecho estaban los familiares y en el lado izquierdo estábamos todos los estudiantes. Ya habían pasado un par de compañeros al frente, entre ellos Dhara, Gris, Bella y Anny.

- Lis Parker, por favor, pasa al frente - y la estancia se llenó de aplausos. Me levanté de mi asiento y me dirigí hacia la tarima. Subí las pequeñas escaleras y estreché mis manos con las de los profesores. Me felicitaron y la profesora Aria me dijo:

- Lis, pasa al podio y da un pequeño discurso. Por cierto, muy lindos tus ojos - me guiñó un ojo y me empujó suavemente hacia el podio.

- Bueno - acomodé el micrófono para hablar mejor - primero que nada, felicidades a todos nosotros por cumplir otra etapa de nuestras vidas, en la que reímos, lloramos y conocimos a personas maravillosas durante este tiempo. Gracias a todos esos profesores que nos brindaron su ayuda, y a los demás que se jodan por no habernos permitido entrar en su clase por llegar un minuto tarde - y todos reímos con nostalgia. Hoy pudieron conocer mis verdaderos colores de ojos, muchos quedaron asombrados y otros simplemente morían de envidia. Y para concluir esto, espero que no nos volvamos a ver. Gracias.

Me separé del podio, casi llorando, y todos empezaron a aplaudir. Al bajar de la tarima, las chicas corrieron a abrazarme y sonreímos. Nos dirigimos juntas hasta el grupo de estudiantes y todos lanzamos nuestros birretes al aire.

- Así se cierra este ciclo. Muchas felicidades y que Dios los acompañe - habló el director. Nos despojamos de las togas y cada uno se dirigió a sus familiares para pasar el rato antes de la fiesta.

- ¡Muchas felicidades, mi Lis! - me estrechó en un abrazo mamá Lía. Al separarnos, mi mamá me sorprendió dándome un fuerte abrazo.

- Felicidades, hija - susurró en mi oído.

Estaban muy guapas las dos, a decir verdad, y los gemelos también. Solo tenían cinco años y ya eran muy guapos. Los dos tenían ojos azules y su cabello era una combinación entre el castaño y el rubio.

- Mami, ¿y qué tiene Lis en los ojos? - preguntó Liam confundido.

- Se llama heterocromatía, mi vida.

- ¿Sus ojos no eran color miel? - preguntó Max.

- No, yo solo usaba lentillas de ese color - respondí. No les convenció la respuesta, pero no siguieron indagando.

- Bueno, aquí a la vuelta hay un restaurante. Vamos a cenar y después vas a tu fiesta - habló mamá Lía, y no me pareció mala idea, así que fuimos al restaurante. Nos sentamos en una mesa que daba al ventanal, el camarero tomó nuestra orden y charlamos mientras nos traían la comida.

Me llegó una notificación en el móvil y lo saqué. Lo revisé y era Fred pidiéndome disculpas por no haber podido asistir, ya que tuvo que viajar de urgencia a Los Ángeles. La verdad es que todo esto me parecía extraño y estaba empezando a dudar de él.

- Lis, ¿escuchaste? - preguntó mamá Lía.

- ¿Ah? - guardé el móvil en el bolso de mano.

- Te preguntaba si tu fiesta quedaba muy lejos de aquí.

- No, de hecho está cerca.

El camarero nos trajo la comida y la empezamos a ingerir. Charlamos durante toda la comida. Al terminar, me despedí de mis mamás y los gemelos diciendo: "¡Adiós! Nos vemos en casa".

Mi mamá habló: "Lis, ve con cuidado". Me sorprendió su preocupación, pero solo asentí. Me di la vuelta y decidí ir caminando hasta la fiesta. El camino estuvo tranquilo, y después de caminar un par de calles llegué al sitio, que estaba hasta arriba de gente. Entré al salón y fui recibida con entusiasmo por Anny.

- ¡Estás aquí! - gritó Anny. La música estaba súper alta y no sabía qué canción estaba sonando.

- Sí, ¿y las demás?

- Deben estar por algún lugar. Vamos a bailar, suéltate y siéntete libre - me agarró por los hombros y me agitó.

- ¡Vamos! - pasó un chico con un vaso de alcohol, se lo arrebaté y me lo bebí de un solo trago.

- Esa es la actitud.

Fuimos hasta la pista de baile y bailamos sin parar. Más tarde llegaron las chicas y se nos unieron. Había perdido la cuenta de cuánto alcohol había ingerido, ya estaba borracha y esto apenas comenzaba. Me sentí libre y feliz. Por un minuto, me olvidé de mis problemas y solo me limité a bailar, a disfrutar algo que no hacía en años...

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NOTA DE LA AUTORA: ¡Hola! Aquí les dejo este emotivo capítulo. Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo al escribirlo. Ajusten bien esos pantalones porque se avecinan cosas muy interesantes. Sin más que decir, ¡nos vemos en el próximo capítulo!

Escudos para el CorazónTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon