Capítulo 5

2.8K 380 142
                                    

Stella no entendía qué estaba pasando o qué era lo próximo en pasar, pero aquellas dos mujeres no dejaron de hablar desde que se metieron a la cocina, con gestos exagerados y el enojo detonando en cada una de sus expresiones

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Stella no entendía qué estaba pasando o qué era lo próximo en pasar, pero aquellas dos mujeres no dejaron de hablar desde que se metieron a la cocina, con gestos exagerados y el enojo detonando en cada una de sus expresiones.

Todavía seguía cuestionándose su participación en esa locura, su capricho en seguir ahí por el bien de su pastelería y no correr a la policía local y efectuar la denuncia correspondiente. Era impulsiva, no ignorante, bastó estar algunos minutos frente a esa familia para darse cuenta que toda la policía estaba de su lado, que podrían tener incluso al gobierno acodado con ellos, y que con solo pararse fuera de la institución policial sabrían que estaba allí.

Eleanor carraspeó deteniendo sus quejas, respiró hondo y mostró su mejor sonrisa.

—Tú, Stella, no te preocupes. Haremos de cuenta que has sido invitada por nosotras, que de haberlo sabido ten por seguro que lo hubiésemos hecho, pero León es una caja de sorpresas...no teníamos idea de que tenía pareja —parloteó acariciando la espalda de su hija dormida en su regazo.

¿Cómo esa niña lograba conciliar el sueño en medio de ese caos?

—Gracias, pero no creo que esto vuelva a repetirse.

Eleanor arqueó su ceja.

—¿Qué dices? No terminarás tu relación solo porque Emilio y Donovan son unos animales, de ninguna manera —recalcó con carácter.

Oh, si supiera...

—Si prefieres que pase el tiempo y volver a darnos una oportunidad como familia, es comprensible —aludió Amelia de brazos cruzados, más calma de lo que fue en la sala.

—No, no —negó bufando —. Es que...no me siento cómoda, y no quiero saber a qué se dedican. De hecho, ni siquiera lo sé, nunca lo supe —tartamudeó en medio de una crisis. Necesitaba salir de esa casa del terror.

—Oh.

—Vaya.

El silencio se adueñó de esa inmensa cocina casi del tamaño de su apartamento.

La mafia ¿rusa? No quería detenerse a pensar en ello, ya la primera palabra le daba pánico.

—En ese caso será mejor que León hable contigo y te explique.

Nunca. Ese psicópata iba a estar lejos de su vida.

—Ya puedes ir haciéndote a la idea con todo lo que ocurrió ¿no? —comentó Amelia como si ella fuese un animal indefenso que llegó a su puerta y necesitaba cobijo.

—Y lo que va a ocurrir —rechistó Eleanor rodando sus ojos.

—¿Ocurrir de qué?

Aquella mujer tiró uno de sus rulos salvajes detrás de su oreja y se acercó hasta la mesada a la que Stella se aferraba como si su vida dependiera de ello.

Reputación macabra © (Markov IV)Where stories live. Discover now