Capítulo 33

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—Vaya cara que llevas

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—Vaya cara que llevas.

—Es la única que tengo —renegó alzando sus hombros.

Zafer se sentó en el mismo sofá de la zona vip de aquel casino o antro, ya daba igual, era constantemente gente entrando y saliendo, mientras León observaba todo desde el segundo piso.

Su camisa desaliñada, sus piernas abiertas y un vaso casi cayendo de su mano, pero su mirada puesta en cada persona que ponía un pie en ese recinto. Era la misma rutina todas las noches, controlar el casino, seguir trabajando con la entrada de los túneles y estar a disposición de cualquier orden que sus hermanos dieran.

Podía ocurrir una llamada de Emilio pidiéndole su presencia en alguno de los almacenes, controlar los cargamentos de petróleo o armas que pasarían. También de Donovan exigiendo un informe semanal de lo que pasaba en el casino, como por ejemplo las peleas clandestinas que ya habían dejado de existir en ese deposito.

Era parte de su castigo. No oír la voz de su hermano durante dos semanas, pero tener que dar explicaciones de cada paso que daba, cada decisión, y ese era motivo suficiente para no hacer otra cosa que estar sentado en ese incomodo sofá todas las noches.

No tenía comunicación con ninguno de sus hermanos, más que lo justo y necesario.

Sergei luego de su discurso había desaparecido a donde sea viviera, Emilio de regreso con toda su familia a Houston la mañana siguiente que Donovan llegó cortando de raíz con la fiesta. ¿Y él? de regreso a su apartamento cerrando aquella cabaña con llave y olvidándose que salía de ella solo.

Jamás llevó una alianza, aun así, su mano parecía insípida, deplorable con tantos tatuajes y anillos sin sentidos. Aun debía digerir la manera en la que Stella terminó con todo emboscándolo mientras él fingía que el tiempo y el silencio entre ambos viviendo en una misma casa solucionaría las cosas.

Debió estar atento a todas las alertas que esa mujer ponía, a los llantos y lamentos, a las miradas suplicantes. ¿Qué se supone que debería expresar en esos casos cuando ni siquiera él comprendía qué palabras usar para describir lo que había jurado no sentir?

Lo único que podía expresar en ese momento era el vacío agudo y avasallante que desprendía su alma, una sensación de abandono que jamás había experimentado antes.

No tenía con quien hablar, y nunca le había importado hablar con nadie.

No tenía donde dejar sus manos quietas en una fuente de calor que tranquilizara por un segundo la locura que era su cabeza, y nunca le había importado como descargar tanto rencor.

No tenía excusas para hablar con Stella ahora que no tenían unión alguna y toda la verdad estaba a la luz, y nunca se había imaginado dedicando tiempo al matrimonio como sus hermanos.

Entrañaba lo que por tanto tiempo aborreció de la vida de Emilio y Donovan. Y pese a que lo suyo fue una farsa, extrañaba como lo hacía sentir; como si tuviese el mundo en sus manos solo porque esa mujer caminaba a su lado.

Reputación macabra © (Markov IV)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin