Tus palabras de cristal

3. La nueva.

Taylor.

-Señorita Taylor, despierte- escucho ese susurro y abro los ojos lentamente encontrándome con una de las empleadas.

Levanto mi espalda del colchón quedando sentada sobre este.

-La señora Jessica me ha mandado a despertarla, dice que hoy empieza el instituto-frunzo el ceño y luego pestañeo para adaptarme a la luz.

Asiento con la cabeza y la empleada se echa hacia atrás para que pueda levantarme. Pongo mis pies en el suelo levantándome de una.

-Vaya al baño a darse una ducha, póngase la bata de baño que hay allí, cuando salga su uniforme estará planchado y listo para que se lo ponga- informa antes de salir de mi habitación.

Me encamino hacia el baño y entro en este, me miro al espejo y retiro algunos mechones de cabello que caen por toda mi cara , abro el grifo y pongo ambas de mis manos debajo dejando que en estas caiga un poco de agua para luego pasarlas por mi cara, término de asearme dandome una ducha y cepillando mis dientes . Cuando salgo me encuentro con el uniforme ya sobre mi cama.

Tiene que ser una broma.

El uniforme consiste en una falda completamente lisa, una camisa blanca de cuello que va acompañada con una chaqueta que llega a mi cintura donde en el lado derecho tiene un escudo el cual supongo que debe ser de la escuela, una corbata y unas botas antes de llegar a la rodilla, todo rosa.

¿No está por allí la boina?

Así ya sería una chica de esas que salen en las pelis.

Me río del uniforme y luego entró al vestidor para ponermelo. Me miró y pareciera que me hubieran vomitado millones de ositos cariñositos pero aun asi no me veo tan mal, desenredo mi cabello y lo dejo suelto solo por ser el primer día, ya tendré tiempo para hacerme mis colas de caballo mal amarradas.

Salgo de la habitación y bajó a la primera planta para entrar al comedor donde están Jessica y Hector desayunando.

"Buenos días"

Les muestro la tablet y ellos me sonríen para luego contestar.

Jessica me pide que tome asiento a su lado y eso hago, una de las empleadas deja un plato lleno de cosas deliciosas para mí y un vaso de zumo de manzana por lo que comienzo a comer.

-El uniforme te queda precioso- menciona Jessica- , el rosa te favorece, aparte de que tu te ves bien con todo.

Dile eso a tu sobrino arrogante.

-El chófer está afuera esperando por ti, debes entrar a las 9:30- comenta Hector-. Quiero que tu seas el orgullo de la familia Mcglair, pero eso no significa que te esté presionando a nada, tú solo se tu - termina de decir guiñandome un ojo- . Ahora desafortunadamente debo ir a trabajar, los proveedores no esperan por nadie.

Hector mete un último bocado en su boca y se levanta poniéndose su saco para luego rodear la mesa y dejar un beso en los labios de Jessica y uno en mi frente.

-Tay cariño, ya tienes que irte- informa Jessica y volteo a mirarla asustada.

Jamás he ido a la escuela con niños que tiene de todo, y según estoy informada a la escuela que voy es privada, la más cara e importante de toda Cataluña, donde están los hijos de las personas mas importantes del país y algún que otro chico que tuvo la fortuna de obtener una beca en tan lujoso sitio.