8. ¿Siete minutos en qué?

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Taylor.

¿Una fiesta?

¿Qué es eso? ¿Cómo será?

¿Qué se hará allí?

Todas esas eran las preguntas que rondaban en mi cabeza este sábado en la mañana, quería ya que llegase la noche para ver como era una fiesta y ahora solo puedo pensar en una cosa.

¡QUIERO IRME A MI CASA!

No se si todos tendrán la misma opinión  pero las fiestas son un puto asco, lo único que me gusta hasta ahora es la música a todo volumen.

Si llego a saber que una fiesta se resumía a música a todo volumen, adolescentes tomando, haciendo bromas o bailando me hubiera ahorrado la molestia de venir hasta la GRAN casa de Stella a comprobarlo.

—¿Quieres?— niego poniendo una mueca ante la pregunta de Fayla la cual me extiende un vaso rojo con un líquido que huele demasiado fuerte— ¿No vas a tomar nada Taylor? —niego de nuevo, jamás en mi vida he tomado y temo que con tan solo un trago de lo que dicen los chicos que es cerveza pueda emborracharme—. Tu te lo pierdes.

Mi amiga se aleja a la pista bailando y riendo con Vector. Lety al final ha decidido no venir, aseguró no querer estar en el mismo ambiente que Stella, dice que es más plástica que Barbie pero estoy segura de que allí hay algo más, aunque ese no es el punto.

Ante los ojos de los demás adolescentes de la fiesta debo parecer la chica más aburrida sobre la faz de la tierra pues estar sentada en un sillón en una fiesta que todos confirman que es la bomba para ellos no debe ser un plan muy cool, ni siquiera se si esa palabra se sigue utilizando. Estoy hablando como una abuela.

—Vaya que hace calor aquí— una chica se sienta a mi lado agitando su mano frente a su rostro para lograr obtener un poco de aire— Ah, hola, soy Sam— se presenta al darse cuenta de mi existencia a su lado.

Levantó la cabeza en un gesto a forma de saludo.

—Por lo que veo eres de pocas palabras— vuelve a hablar, esta vez enfocando su vista en la improvisada pista de baile.

"De hecho, no soy de ninguna palabra. Mi nombre es Taylor. Soy muda"

Le muestro mi celular con el mensaje. Me sentiría muy mal si la chica se llevase una mala impresión sobre mí.

—Ay, no sabes cuanto lo siento— se disculpa sin motivo alguno— . Pensé que pasabas de mi.

"No, que va"

Ella plantea decir algo más pero cuando lo intenta la "fabulosa" Stella comienza a hablar a través de un micrófono.

—De nada por haberles invitado a mi fiesta— esas son sus primeras palabras. Que modesta es esta chica— . Me alegro que la estén pasando bien, pero, llegó el tiempo de jugar a algo . ¿Qué os parece si jugamos a siete minutos en el paraíso?

¿Siete minutos en qué? Vaya juegos los que tiene esta gente.

—Debería jugar. Tal vez me toque con algún deportista guapetón— argumenta la chica a mi lado—. Espero verte en el instituto Taylor. Adiós.

Ella se levanta olvidando el calor que tenía hace un rato y se pierde entre el tumulto de personas sudorosas.

—Tienes que jugar si o si Taylor. A partir de ahora tienes prohibido volverte a sentar en alguno de los sillones.

No sé en qué momento Vector apareció frente a mi. Solo se que este vino para arrastrarme a ese juego de nombre extraño y que no se ira de aquí hasta que acepte ir con el. Viene muy dispuesto a no recibir una respuesta negativa de mi parte .

Tus palabras de cristalWo Geschichten leben. Entdecke jetzt