9. Demasiado raro.

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Taylor

¿Su departamento?

Oh por dios.

Le tuvieron que acomodar unos buenos golpes y moverle el cerebro como para que me haya traído a su territorio.

—Me no apetecía manejar hasta tu casa— es su excusa ante mi rostro de confusión—. Ya le he avisado a mis tíos.

Me siento como una intrusa en este lugar pues justo ahora no se que puedo hacer. Brad lleva una mano a su rostro y se lo toca haciendo una mueca de dolor en el proceso.

¿Te puedo ayudar con eso?

Pulso el botón de enviar antes de que pueda plantearmelo por segunda vez. Su celular suena dentro de su bolsillo y refunfuña antes de sacarlo sin saber siquiera qué es un mensaje mio. Escanea su móvil y luego alza su vista para mirarme.

—Te lo acepto solo porque mañana no quiero parecer un saco de boxeo— murmura y se levanta para desaparecer de mi vista y volver segundos después con un botiquín  y algunos hielos.

Pone todo sobre la pequeña mesita de cristal que hay en el centro de la sala y se sienta en el amplio sillón subiendo sus pies sobre este. Me quedo parada en  mi lugar, solo observando como una tonta.

—Puedes acercarte, no muerdo —agrega.

Salgo de mi trance y me acerco al chico a pasos suaves.

Busco con la mirada una posición cómoda para poder sentarme a su lado y curarle los golpes pero simplemente no la encuentro pues en cualquier posición tendría que quedar casi sobre el chico.

Bien, pues de pie será.

Tomo uno de los hielos, lo envuelvo en un trozo de tela que encontré dentro del botiquín y lo pongo sobre una de las heridas de Brad. Me siento nerviosa sin motivo alguno y estoy comenzando a sudar a causa del calor que siento en estos momentos.

—Mueve el hielo o me vas a quemar Taylor —exige el chico y hago lo que me pide pero aun así sigue quejándose de distintas cosas.

Le doy una mirada de "¿Quieres callarte?" pero solo me ignora y sigue refunfuñando.

Termino de pasar el hielo por todos los moretones y procedo a echarle una crema para que no se le hinchen luego.

¿Por qué me defendiste?

*enviar*

—Por muy mal que me caigas no iba a dejar que ese chico te violara. Tus padres me matarían si eso hubiera pasado y yo no hubiera hecho nada.

Me quedo mirándole a los ojos fijamente , él hace lo mismo hasta que interrumpe el silencio con su horrible voz.

—Si no hubieras ido a esa tonta fiesta nada de esto hubiera pasado —suspira.

¿Ahora se supone que es mi culpa?

Lo siento, mi bola mágica está fallando y no me advirtió lo que sucedería si iba.

—Tú no estás apta para ir a fiestas, solo eres una niña tonta salida de un lugar donde jamás vivió la vida verdaderamente.

¿Qué vas a saber tú de lo que es la vida? Vives podrido en dinero. Solo eres un idiota.

—Puede que se un idiota —se encoje de hombros ignorando la mitad de mi mensaje —,pero sabes que no miento cuando digo que no sabes sobre nada.

Mejor cierra la boca.

Tus palabras de cristalDove le storie prendono vita. Scoprilo ora