10. Un lindo gesto.

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Taylor.


Después del día en el departamento de Brad no volví a hablar con él y desde entonces ya ha pasado una semana completa, él no se ha aparecido por casa y gracias a Dios tampoco han hecho alguna reunión familiar donde esté obligada a verle.

Descubrí gracias a Jessica que el penthouse al que me había llevado Brad se lo regaló su padre hace un poco más de un año por su buen desempeño escolar y que el chico solo lo utiliza cuando quiere alejarse de su casa o hacer una fiesta con sus amigos.

El sábado de esta semana había llegado lo más pronto posible, y yo no puedo encontrarme más feliz, pues hoy al fin desde que me fui del orfanato podré volver a ver a Kyle.

Muero por ver a ese rubio pecoso.

Miro la cadena que me regaló cuando me fui del orfanato, siempre la guardo como una reliquia preciada para mi y amo como se ve puesta en mi cuello.

Cierro el zíper de mis botas y pasó ambas de mis manos por la parte interior de mi cabello  haciendo que este se abra un poco más y se vea mejor.

Bajo los escalones prácticamente corriendo y camino en dirección a la puerta de la mansión, según Hector el encargado de llevarme hasta mi próximo destino está afuera.

Salgo sonriendo de oreja a oreja, sonrisa que decae cuando reconozco el coche aparcado. Es Brad. No puede ser posible.

Miro a los alrededores, quizás alguno de los chóferes de la casa están aparcados un poco más allá y Brad habrá llegado justo ahora de casualidad, pero no, no veo nada más que su auto y los guardias de seguridad a un lado de la reja de entrada.

Escucho el claxon del coche de Brad y luego su voz.

—¿Te quedarás allí parada? . No tengo todo el día Taylor.

Resignada me acerco a su coche y le doy una sonrisa falsa antes de entrar en el asiento de copiloto y ponerme el cinturón.

No me digno siquiera a darle un saludo con la mano, ambos sabemos que las cosas están aún más incómodas entre ambos desde el día en su penthouse, además, no se como le hace para lograr que cada día mi odio por él aumente mas y mas.

El recorrido tarda bastante para mi gusto, solo quiero ver a mi mejor amigo de una vez por todas ,contarle que tal me ha ido aca afuera y preguntarle cómo siguen las cosas ahí dentro.

El teléfono de Brad comienza a sonar y a él parece importarle muy poco que yo escuche su conversación pues conecta su móvil a los altavoces del coche antes de contestar.

—¿Amor?

No tardo en darme cuenta de quién es la persona que acaba de hablar: Blue.

—Dime cariño —iugh.

—¿Estás disponible esta tarde? Me gustaría hacer algo contigo hoy, hace tiempo que no tenemos un buen momento a solas para ambos .

Brad se mantiene callado, luego me mira y por último vuelve su vista a la carretera antes de contestarle.

—Lo siento bebe, esta tarde estoy ocupadísimo ¿Lo dejamos para mañana?

Tus palabras de cristalWhere stories live. Discover now