39. El plan de estar a solas, arruinado.

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Taylor.

Las caricias en mi cabello me tienen media dormida pero aún así intento mantener mis ojos bien abiertos escuchando lo que Brad dice.

—¿Alondra? —pregunta, como si no lo hubiera entendido —. Es un nombre bonito.

~Pues si. De tener una hija le pondría así.

—Si yo tuviera una niña le pondría Melody, y de ser un niño se llamaría Erick —pronuncia. Me volteo poniendo las palmas de mis manos una encima de otra sobre su pecho antes de apoyar mi mejilla sobre estas. 

Estoy acostada entre las piernas de Brad en uno de los sillones de la sala y puedo asegurar que no hay lugar más cómodo en el mundo.

Brad se queda mirándome a los ojos y sonríe.

—¿Sabes algo? —pregunta poniendo un mechón de cabello tras de mi oreja —. Siempre he creído que tu mayor magia es que me hablas a través de tus ojos, son tan expresivos, tan bonitos, que todo aquello que no puedes decir ellos lo dicen por ti.

~Eres un romanticón.

Es una justificación para que no sienta mi corazón desbocado ante sus palabras.

—Por ti podría decir cursiladas el día entero —da un toque en la punta de mi nariz.

Me inclino un poco hacia adelante y tocó mis labios con los suyos en un suave roce y me echo hacia atrás cuando intenta profundizar el beso. Me río de su rostro y él abre la boca para protestar pero el sonido de un coche entrando en el garage nos alerta. 

Me pongo de pie de un salto y Brad a mi lado hace lo mismo. Con su brazo derecho me pone detrás de él, dejándome a sus espaldas. Camina hacia la puerta que da al garaje pero antes de poner su mano en la manilla esta se abre permitiéndonos ver a nuestros amigos. Del otro lado de la puerta están Vector, Fayla y Lety con sonrisas de oreja a oreja.

—¿Qué hacéis aquí?

Vector que es el que está justo frente a Brad frunce el ceño al escuchar el tono de voz de su amigo.

—Si. Yo también me alegro de verte, amigo del alma —comenta sarcástico y hace a Brad a un lado adentrándose en la casa —. Hola, Tay.

Me parece raro que ellos no se extrañen de verme aquí, porque ningún parece estar confuso por mi presencia.

—No quise sonar borde pero, en serio, ¿qué hacen aquí? —vuelve a preguntar Brad intercambiando la mirada entre sus amigos 

—No fuiste al instituto ni ayer, ni hoy, cosa que no es muy propia de ti así que fui a tu casa y tu mamá me contó todo —comenta Vector mirando todo alrededor —. Este lugar se ve exactamente igual que la última vez que vine hace años.

—¿Qué te dijo mi madre exactamente?— cuestiona Brad.

—Eso —dice sin ponerle mucha atención al tema mientras se deja caer sobre uno de los sillones —, lo de que estabas abrumado por todo el tema con Blue, y que eso te tenía triste —giro a ver a Brad con el ceño fruncido. ¿En serio le puso esa excusa a sus padres para venir conmigo aquí?—. Luego me dijo que Taylor había ofrecido acompañarte y que ambos habían venido aquí. Así que decidimos venir.

—¿Cómo vas con eso? —habla Lety por primera vez desde que llegaron.

—Esto, bueno, —se rasca la nuca aparentemente nervioso. Eso le pasa por decir mentiras —, estoy mejor. Creo que estos dos días aquí me han servido para desconectar un poco. 

—Me alegra escuchar eso —menciona Fayla y le da un pequeño apretón en su hombro a modo de apoyo —. Trajimos una mochila con ropa para quedarnos hasta mañana aquí, queremos demostrar nuestro apoyo pero si prefieres que nos marchemos y te dejemos solo , lo entenderemos.

Tus palabras de cristalOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz