Epílogo

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5 años después.

Taylor.

Estar en un avión de vuelta a España me revuelve todos los recuerdos de mi vida allí, incluso todos los recuerdos dolorosos de mi infancia que no recordaba hace cinco años y que por suerte y desgracia, ya están presentes en mi mente.

—¿Estás bien, hija? —mi madre pone su mano sobre mi pierna .

Asiento —Sí madre. Todo en orden.

Mi voz sale ronca y aunque llevo un poco más de 3 años pudiendo hablar aun siento la emoción de la primera vez.

—¿Estás nerviosa por volver a España? —pregunta mi padre, sentado en el otro asiento al lado de Jessica.

—Luego de haber viajado por todo el mundo supongo que volver a España será un juego de niños —murmuro ojeando la revista que tengo entre mis manos.

Superar todo lo que pase, recordar mi infancia y aprender a hablar me tardó dos años y medio, y a pesar de querer regresar a casa desde el instante en el que el doctor afirmó que estaba todo en orden no pude negarle a Hector y Jessica llevarme a conocer varias partes del país, no puedo negarles nada luego de todo lo que han hecho por mi. Gracias a todos esos viajes tengo hermosas fotos en mi instagram.

Intenté contactarme con Brad más de varias veces. Cada día una llamada distinta o más de cinco mensajes enviados, nunca contestó, durante cinco años nunca quiso saber de mi. No deje de insistir nunca, incluso ayer le llamé con la esperanza de que contestara para avisarle que hoy estaría de regreso, como era obvio, fue en vano. Se que esta bien porque mis padres se han contactado con los suyos por temas de la empresa o temas personales, esta bien porque en raras ocasiones escuche su voz de fondo, se que esta bien porque lo he stalkeado en sus redes, y parece tener una nueva chica, eso me rompió el corazón, aun asi no deje de insistir.

En varios momentos me arrepentí de no haber tocado su puerta esa mañana, explicarle porque debía irme para que no pensara que lo estaba abandonando, muchas veces me pregunté qué hubiera pasado en ese entonces , si él hubiera esperado por mi hasta mi regreso pero lo que pasó en el pasado, en el pasado está y sinceramente el que hubiera pasado no existe, solo es una excusa tonta que ponen los cobardes que nunca se atrevieron a hacer justo lo que querían.

—A la familia Mcglair se le pide que por favor abrochen sus cinturones porque estamos a punto de aterrizar —la voz del piloto del avión se escucha a través de los altavoces.

Abrocho mi cinturón y miro por la ventanilla. El descenso me causa cosquillas en el estómago y para mi suerte es más rápido de lo que creí, esta parte del vuelo siempre me pone nerviosa.

Me quito el cinturón y me levanto de mi asiento moviendo mis piernas acalambradas. Estar sentada en un avión durante 13 horas no es nada agradable aunque los lugares turísticos de Japón valieron toda la pena para haberlo elegido como último país para visitar. Es obvio que no conocí todos los países pero sí la gran mayoría.

En tres años estuve en Francia, Italia, Rusia, Alemania, Argentina, Corea, Brasil, Cuba, Chile, Inglaterra, México y por último Japón. Teniendo una estancia de tres meses por cada país. Conocí lugares increíbles, todo era muy deslumbrante.

Bajo del avión sintiendo la brisa cálida de Cataluña. Uno de los choferes nos está esperando afuera del aeropuerto para llevarnos a casa. Me subo luego de que Jessica lo hiciera y Hector se acomoda a mi lado antes de que el chófer ponga el coche en marcha.

No puedo creer lo rápido que ha pasado el tiempo, me fui de España a unos meses de cumplir dieciocho y ahora estoy a punto de cumplir 23. Es una locura todo esto.

Tus palabras de cristalWhere stories live. Discover now