32. La gala.

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Taylor.

Es mi tercera noche aquí en Nueva York ,y sin embargo, las noches me siguen pareciendo extraordinarias.

Me rocío el nuevo perfume por todo el cuerpo. Me río con ironía mientras lo hago. Se supone que el perfume huele a mi, es algo gracioso que yo lo use. Me aparto el vestido un poco dejando la abertura en mi pierna mas notoria.El vestido es largo, de color azul, muy bonito en verdad. Me he dado cuenta de que la mayoría de los vestidos elegantes siguen casi los mismos patrones de diseño, no me disgusta pero es loco lo mucho que gasta la gente por vestidos que en ocasiones son muy parecidos entre sí.

Guardo mi móvil dentro del bolso y salgo de la habitación de hotel. Mis padres me están esperando en el primer piso y en cuanto me ven comienzan a halagar lo linda que me veo. Les agradezco y les devuelvo el cumplido yendo a sus espaldas cuando comienzan a caminar. Una limusina nos recoge en la entrada.

La imagen familiar esta noche es muy importante. Apenas nos bajamos del vehículo las luces de los flashes me cegan. Hay una alfombra roja por la cual comenzamos a caminar para poder llegar a la entrada. Jessica saluda a algunos camarógrafos, al igual que Hector, mientras que yo solo me mantengo entre ambos en un intento de no llamar mucho la atención.

El portero abre la puerta para nosotros y soy la primera en entrar al lujoso lugar. Adentro todo está decorado muy elegante y no hay tanta gente como creí que habría. La música que suena es suave, creo que es algo clásico.

—Por aquí linda —Hector pone su mano en mi espalda baja y me guía hasta unas personas que no conozco —. Saludemos a un par de personas.

Llegamos junto a una pareja joven. El chico es dueño de una tienda de ropa famosa, lo reconozco de las revistas y la chica parece ser una actriz pues a ella la he visto en par de comerciales.

—Es un gusto verlos de nuevo. El nuevo perfume es una maravilla —la chica se extiende hacia adelante y saluda a mis padres —. ¿Es su hija?

Jessica asiente —Su nombre es Taylor. Es la inspiración del nuevo perfume.

—Es sorprendente —ella camina a mi y me saluda .

El chico, que parece ser su pareja repite su acción y nos saluda a todos. Los adultos intercambian un par de palabras antes de que la otra pareja pida permiso para retirarse y marcharse.

Seguimos saludando a un par de personas más antes de ir a la mesa principal donde nos sentaremos por esta noche. Allí, sentada bebiendo una copa de champagne está Joana junto a Sebastián que tiene su mirada fija en su móvil. ¿Dónde está Brad?

Mi pregunta se responde por sí sola cuando volteo mi rostro hacia la derecha y lo veo hablando con una chica rubia de alta estatura. El nota mi mirada y mira hacia donde estoy. Me sonríe mostrando sus blancos dientes ocasionando que la chica también gire a mirarme porque él no le está prestando atención.

Desvío la mirada y tomo asiento en una de las esquinas de la mesa y tomo un vaso con agua que hay sobre la mesa para darle un sorbo. El agua me refresca la garganta y dejo el vaso sobre la mesa antes de apartarme el cabello de los hombros pues tengo calor a pesar de que el lugar está climatizado.

Brad vuelve a la mesa luego de unos cuantos minutos y se sienta alejado de mí, en la única silla vacía del lugar. Me comienzo a poner nerviosa sin motivo y sonrío inconscientemente bajando el rostro cuando siento su mirada sobre mi.

Un hombre trajeado sobre el escenario llama a Héctor para que diga unas palabras. Mi padre se levanta dejando un beso en los labios de Jessica antes de subir al escenario. El hombre le pasa el micrófono y Hector da unos cuantos toques sobre este, verificando que se escuche bien.

Tus palabras de cristalWhere stories live. Discover now