Tus palabras de cristal

12. ¡Esto es un secuestro!

Taylor.

Lamento la demora. Tuve un pequeño percance.

Le doy enviar al mensaje justo cuando estoy detrás de Bell y Kenny. El segundo se gira, sonriéndome cuando me ve antes de tocar el hombro de su amigo para que girase.

—No te preocupes por la demora, recién llegamos —me alivia Bell mostrándome su móvil donde se ve mi mensaje.

Le sonrío a forma de respuesta y les animo para comenzar a caminar por allí. A pesar de que ninguno de los tres conocemos muy bien las calles de Cataluña logramos llegar a la plaza inicial donde entramos a una heladería muy chula que se encuentra llena de personas.

Nos situamos frente al mostrador donde realizamos nuestro pedido. Kenny pide un helado de vainilla , Bell uno mixto de fresa y chocolate y yo uno de plátano, mi sabor preferido.

Nos sentamos en una de las mesas disponibles y apoyándome de mi móvil tenemos una charla bastante animada, justo como la que tuve con Vector el otro día en el cine.

—Estaba pensando que al salir de aquí podemos ir al centro comercial o no se —menciona el pelinegro.

Me parece bien.

Unos minutos después la chica que nos atendió en el mostrador se acerca con nuestro pedido, nos muestra un rostro amable y dice un par de cosas lindas al dejar el helado sobre nuestra mesa.

Llevo una de las cucharadas del helado a mi boca haciendo un gesto de satisfacción con la cara.

—Esto esta buenisimo —comenta Kenny apuntando con la cucharilla su helado.

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Camino junto a los chicos mirando los alrededores. Al final decidimos dejar la idea de ir al centro comercial y escogimos venir al parque de atracciones para matar el tiempo.

—Me gusta mucho este parque. En mi país jamas habia visto uno asi —los chicos miran el lugar como si estuviera encantado aunque yo no me quedo atras—. ¿Y si nos subimos a la montaña rusa?

Asiento con efusividad. Nos acercamos a comprar los tickets y nos ubicamos al final de la larga fila. Los minutos pasan rápido y nuestro turno de subirnos a la atracción llega más rápido de lo esperado. Bell y Kenny le entregan sus tickets al encargado y mientras espero a que ellos suban siento unos brazos que me elevan quedando como un saco de papas sobre los hombros de alguien.

El corazón se me paraliza.

ESTOY SIENDO SECUESTRADA.

¡¿Qué se supone que haga en este caso?!

En el convento no te preparan para esto.

Aunque no habría motivo alguno para que te preparen para algo así, obviamente en un convento no te iran a secuestrar. Si estás allí porque tus padres te abandonaron nadie iría a robarte.

Estoy en estado de shock, no sé ni como reaccionar. Claramente gritar no es una opción.

Mis traumas, mis chistes.

Reaccionó comenzando a patalear y a dar manotazos como una loca. Mi cuerpo se mueve de un lado a otro y siento que puedo caer al suelo en cualquier momento pero eso no provoca que me detenga. El miedo a ser raptada es mucho más fuerte que al de darle un golpe.