15. Tarde de hamburguesas.

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Taylor.

Abro mis ojos con lentitud adaptándome a la claridad de la habitación. Intento moverme para estirarme pero me resulta imposible, hay algo super pesado sobre mi que no me deja hacerlo y sin tener que detenerme a adivinar mucho por instinto sé lo que es.

El brazo de Brad.

¿Él no estaba apurado por irse?

Me volteo para quedar cara a cara con él y lo encuentro aun dormido, con la boca levemente abierta y un mechón rebelde de cabello cayendo sobre su frente.

Mi mano vuela a su frente de donde apartó el mechón de cabello haciéndolo a un lado.

Pareces una tonta mirándolo.

Reaccionó ante la voz de mi conciencia y llevó mi mano a su nariz para pellizcarla.

De alguna forma tiene que despertar.

El abre los ojos sorprendido sobándose la nariz.

—¿Estás loca?— pregunta con voz ronca—¿ Acaso no te enseñaron cómo despertar a una persona?

Le sonrío con hipocresía y para terminar con mi trabajo llevo con dificultad mi mano a su pecho y lo empujó levemente hacia atrás. Entre que está más dormido que despierto y que está en la esquina de la cama cae al suelo y comienzo a reirme como foca con retraso al escuchar su quejido y apreciar que quedó como pegatina en el suelo.

—Veo que eso es un no— susurra para sí mismo y pasa las manos por su rostro tallandolo para luego soltar un suspiro y levantarse.

Brad me avisa que irá a su habitación y yo aprovecho para entrar al baño, me lavo los dientes con uno de los cepillos nuevos de los cajones. Escucho un ruido afuera pero no le doy mucha importancia, abro el grifo de la ducha y me doy un baño relajante.

Salgo del baño envuelta en una toalla y me encuentro el vestido que estaba usando la noche anterior totalmente limpio y seco sobre uno de los sillones junto a ropa interior nueva y mis zapatos.

Me espanto al ver a Brad sentado sobre mi cara y me pongo algo incómoda al darme cuenta de que voy solo en toalla y que él no aparta la vista.

—Yo vine a...— habla algo entrecortado y veo como traga grueso—...traerte la ropa para que te la pusieras. Voy a la cocina a pedir que nos preparen el...desayuno.

Asiento frenéticamente porque solo deseo que salga de aquí y poder respirar con tranquilidad.

Él se levanta de la cama y camina hacia la puerta no sin antes pasar por mi lado y rozar nuestras manos.

Suelto todo el aire que estaba reteniendo cuando sale de la habitación y corro a ponerme mi ropa porque no deseo que me vuelva a ver en toalla.

Unos minutos después cuando ya estoy completamente lista tomo mis cosas y bajó a la planta de abajo hasta llegar a la cocina.

Brad está apoyado sobre el mesón mientras que con una de sus manos lleva fruta a su boca.

Cuando me ve entrar intenta decir algo pero las palabras no salen por lo que tiene que carraspear un par de veces antes de poder enunciar una frase completa.

—Sé que no te gusta la fruta— señala su plato y se gira para coger otro y ponerlo frente a mí—, así que mandé a que hicieran tortitas para ti.

Amo las tortitas. Podría comerlas todo el tiempo.

Le agradezco con la cabeza y tomo una para llevarla a mi boca, degusto el sabor y están buenísimas. Por dios, podría morir del placer que me generan estas cosas. Tomó otra del plato y le doy un mordisco al haber acabado con la primera. Cierro los ojos y suelto un gemido inconsciente del cual me arrepiento.

Tus palabras de cristalOnde histórias criam vida. Descubra agora