4. Los obligados.

691 66 5
                                    

Taylor.


Salgo de la escuela para entrar en la limusina que me llevará a casa. El recorrido dura muy poco y apenas entro a lo que ahora es mi hogar el olor a carne con papas inunda mis fosas nasales.

Me dejé guíar por el olor llegando a la cocina para ver a Jessica parada delante de la estufa.

—Oh, hola princesa— saluda cuando se da la vuelta y me ve allí parada detrás de la isla— ¿Qué tal el primer día de clase?

"Un poco agotador, pero no estuvo tan mal"

—Hoy vienen tus tíos a cenar, por eso he decidido preparar yo la cena de hoy, está quedando para chuparse los dedos.

"¿Qué tíos?"

—Joana y Sebastian— responde volteandose para seguir con lo suyo y cuando ya no estoy en su campo de visión pongo los ojos en blanco.

Esos son los padres de Brad, y si ellos vienen significa que él también vendrá.

—¿Pasa algo?— niego con la cabeza y le escribo que iré a darme una ducha y a buscar la ropa que me pondré para la cena.

Me alejo de la cocina y subo escaleras arriba. Entró en la habitación dejando mi mochila sobre la silla del escritorio. Saco algunos cuadernos donde tengo tareas y las resuelvo rápido pues son fáciles , luego de eso entro al baño a por una ducha y al terminar me pongo la bata de baño para ir a mi clóset a escoger algunas prendas para ponerme.

Escojo un pantalón campana color negro , un top azul agua clara de un solo hombro , me pongo mis zapatillas y me hago un moño alto en mi cabello rubio .

Escucho toques en mi puerta justo en el momento en que terminó de acomodar el collar que me regaló Kyle por mi cumpleaños . La abro encontrandome con el demonio de ojos verdes vestidos con una camisa roja y un pantalón negro. Hasta para vestirnos somos opuestos.

Levanto ambas cejas dándole a entender una cosa "¿qué quieres?"

Él me sonríe hipócritamente y pasa a mi habitación sin invitación alguna. Abro la puerta un poco más antes de acercarme a él con la intención de echarlo pero eso no es lo que pasa.

Antes de poner una mano en su hombro él tomó mi muñeca ejerciendo un poco de presión en esta , deteniendo mi acción.

—Ni se te ocurra tocarme mocosa— miro mi mano siendo apretada por la suya y forcejeo para que me suelte, logrando que su mano se abra dejando en libertad mi muñeca y dejando a la vista el visible moretón en mi piel.

Tomó la pizarra portátil entre mis manos y algo dentro de mi me dice: Dale con la pizarra pero como no soy una chica agresiva solo escribo algo rápido.

"Sal de mi habitación excremento de mono"

—Eres muy original con los apodos — comenta sarcásticamente.

"No más que tú"

—Bien, mocosa no es un apodo para ti , mejor te dire...— pone su mano en su barbilla haciéndose el que piensa por un par de segundos—. Oh, ya se ¿te gusta vagabunda? Te pega mucho.

Le miro enfadada y a pesar de sus quejas pongo mis manos en su espalda para empujarlo en dirección a la puerta.

Escucho su risa pero aún así se deja ser empujado por mi y cuando por fin he logrado sacarlo de mi habitación escucho su voz.

—Jessica dice que bajes a cenar— informa dándose la vuelta—, nos vemos abajo vagabunda.

Vagabunda, lindo apodo — nótese el sarcasmo.

Tus palabras de cristalWhere stories live. Discover now