Capitulo 36: ¿No saben que es el final del mundo?

61 8 104
                                    


Quinn

La primera vez que encontramos a Elton no era nada más que una pequeña bolita de pelos, tan pequeño que podía caber perfectamente en la palma de mi mano. Con el tiempo creció para convertirse en la criatura más hermosa y perfecta que podría existir ante mis ojos.

Todo el mundo habla sobre el amor, muchos guardan la esperanza de encontrar la compañía perfecta en otro ser humano, pero muy poco hablamos sobre el amor sentimos hacia nuestros compañeros más fieles: nuestras mascotas.

Elton ha sido mi compañero más fiel desde el primer momento, mi aliado, mi mejor compañía y mi mayor consuelo a lo largo de los años. Él estuvo allí para limpiar mis lágrimas, me acompaño en cada paso importante que di en Nueva York, mis estudios, mi primer trabajo, mi graduación. Cada día me esperaba en la puerta de mi casa y cada noche me acompañaba a la hora de dormir, protegiéndome de mis miedos.

Lo que hace tan especial a Elton es la conexión que compartimos, puede ser algo tonto, pero existe, esta ahí, ambos lo sabemos. El primer día que lo cuide en casa, llamaba a su nombre y puede que todo el mundo piense que es una tontería, pero el siempre respondía. Cada vez que llamo a su nombre Elton responde, como si me entendiera perfectamente, como si existiera una conexión especial que es algo solo de nosotros.

De alguna forma siempre he sentido que Elton puede comprenderme.

Recuerdo cuando Rory se mudó a conmigo y como le causaba gracia al principio la forma en la que siempre hablaba con Elton, como lo incluía en cualquier decisión, como hacia desfiles de moda en mi habitación después de un día de compras y como el siempre respondía, un maullido si aprobaba una prenda o solo bastaba con mover la cola para saber que la detestaba.

Nadie más podría entender esa conexión que nosotros compartimos, es por eso que no puedo perderlo. Corro lo más rápido que puedo hasta empujar las puertas de la clínica veterinaria.

—Fue envenenado, se encuentra bajo tratamiento. Su estado es crítico—informa Phillip—. Debemos ser pacientes y esperar a los resultados.

Estiro mi mano para acariciar el pelaje de mi pequeño gatito, parece débil como nunca antes lo había visto. No reacciona con mi voz, no está siendo él mismo. La simple imagen rompe mi corazón, no puedo tolerar verlo de esa forma.

—Debes resistir, amigo. Eres mucho más fuerte que esto—le digo—. No te puedes ir, ¿Qué haré yo si tú no estás? —balbuceo—. ¡Te necesito! Lamento que suene egoísta, pero eres la mejor persona que conozco, aunque no seas realmente una persona, pero eres el mejor...

Cubro mi rostro con mis manos.

—Te quiero, gatito—me limpio las lagrimas con el dorso de mis manos—. Lo siento, no puedo. No puedo hacer esto...

Hay un millón de cosas más que quisiera decirle, solo por si acaso, aunque pensarlo me destruya, pero no me siento capaz de decir algo más, siento que cada palabra me rompe un poco más. Debería estar rezando para que se recupere, pero si lo pierdo, no quiero que se vaya sin saber lo importante que es para mí, lo mucho que me ha ayudado desde el momento en que llego a mi vida. Su amor incondicional ha sido mi roca y mi mayor motivación durante todos estos años, necesito que sepa cuanto lo amo.

—Quizás sea más conveniente que esperes afuera, Quinn—me da tres suaves palmaditas en la espalda.

Phillip hace el amago de retirarse, pero tomo su brazo antes de que pueda marcharse, me aferro a la manga de su bata.

—Tienes que salvarlo—demando.

Su mirada se suaviza.

—Estoy haciendo todo lo que está en mis manos...

Alguna vez nosotrosWhere stories live. Discover now