Good Boy

01.- Acampando

01.- Acampando

|POV Kirishima|

¡Dios! Me ha costado un montón convencer a mis padres de dejarme ir con unos amigos a acampar a las montañas. Según ellos era peligroso venir debido a los avistamientos recientes de lobos por la zona, pero en cuanto les he dicho que también vendría Shoto Todoroki, el hijo del guardabosques, se han quedado más tranquilos.

Miro de reojo al medio albino, sentado en la parte trasera del coche, y sonrió.

-¿Qué sucede?- cuestiona él, tan serio como de costumbre.

-Nada. Solo me alegra que me dejaran venir gracias a ti.- respondí, encogiéndome de hombros.

-Gracias a mi padre querrás decir.- bufó Todoroki por lo bajo.

Vale... mi amigo no se lleva muy bien con su padre, para nadie es un secreto. Su padre, Enji Todoroki, no es precisamente un hombre de familia; siempre había estado enfrascado en su trabajo, según dicen.

-¿Y quienes más se apuntaron? Además de nosotros, claro.- pregunté, cambiando de tema.

-Creo que solo Midoriya, Mina y Uraraka.- respondió.

-¿No vienen Sero y Kaminari?- aquello me sorprendió un poco pues, de nuestro grupo de amigos, esos dos no se pierden ninguna salida.

-No. Parece que Sero se lesionó el tobillo mientras escalaba y Kaminari se quedó a cuidarlo.-

Nunca entenderé esa obsesión de Sero por irse de escalada, pero supongo que cada quien tiene sus gustos.

Estaciono el coche en el pequeño estacionamiento cerca de la caseta del guardabosques donde nos espera un hombre algo y robusto, con el cabello rojizo y una cicatriz que recorre su ojo derecho. Escucho a Shoto suspirar con molestia antes de bajar.

Yo apago el coche y, rápidamente, lo imito, saliendo del coche.

-¿Qué quieres, viejo?- escupió Shoto sin delicadeza alguna. Oh, no... ahí vamos de nuevo.

-Ten más respeto, Shoto. Recuerda que gracias a mí tus amigos y tu podréis acampar en esta zona.- espetó Enji, cruzándose de brazos, serio e intimidante. Uff, es que este tipo da grima.

-Es difícil olvidarlo cuando no dejas de repetirlo.-

-Vamos, Shoto. Tratemos de llevar la fiesta en paz ¿si?- sonrío, tomando al medio albino por los hombros. Él asiente, despacio.

-Bien. Las cabañas están por ese lado.- explicó Enji, señalando a nuestra izquierda donde habían varias cabañas pegadas a la caseta principal. -Os quiero ver en las noches ahí. Nada de iros a explorar por el bosque al caer el anochecer. Es peligroso.- advirtió.

-Por los lobos ¿no?- Enji asintió ante mi pregunta y se dió media vuelta para marcharse.

-¡Ah! Una cosa más.- se giró hacia nosotros de nuevo, esta vez más serio. -Vuestras amigas se quedarán en la cabaña junto a la suya. Tienen prohibido entrar ahí ¿quedó claro?-

-Sí, señor.- respondimos Shoto y yo a coro, mientras sacábamos nuestras cosas del coche y las llevábamos a la cabaña que nos había indicado Enji.

No era mal sitio. Era bastante amplia, con un par de literas de madera, un refrigerador pequeño y un televisor de plasma. ¡Incluso tenía aire acondicionado!

Dejé mi maleta sobre una de las literas de arriba y me tiré sobre el colchón de abajo, sonriendo tontamente, tarareando una canción inexistente. Shoto me miró, en silencio, antes de esbozar una pequeña sonrisa.

-Pareces un crío.- comentó, inclinándose para acariciar mi cabello.

-¡No te burles! Hace mucho que no acampo, es normal que esté emocionado.- dije, haciendo pucheritos. Él rió, sentándose a mi lado en el colchón.

-Lo sé. Por eso quiero que sea divertido para todos.-

-Y estoy seguro que lo será.-

Cerré los ojos en cuanto sentí los fríos labios de Shoto sobre los míos, en un beso suave y tranquilo. Me giré sobre la cama, sin romper el beso, para poder tomarlo por la cintura y acercarlo más a mi cuerpo.

Traté de profundizar el beso, pero un carraspeo nos hizo separarnos para ver a un sonrojado Midoriya, mirándonos.

-¡Oh, bro, llegaste!- sonreí, levantándome de la cama para saludarlo.

-Sí... en mal momento, como siempre.- escuché murmurar a Shoto por lo bajo.

Saludé al peli-verde, dándole un fuerte abrazo y chocando puños con él. Shoto se mantuvo al margen, como de costumbre, cruzado de brazos sobre la litera. No le agradaba que fuese tan cariñoso con Midoriya, y me lo había dejado claro en varias ocasiones. Pero, vamos, era mi mejor amigo ¿cómo no tratarle con cariño?

-¿Aún no llegan los demás?- preguntó Midoriya, mirando las otras literas vacías.

-No lo sé. Enji nos prohibió acercarnos a la cabaña de las chicas, así que es difícil saber ellas si llegaron o no.- respondí.

-Con lo escandalosa que es Mina, créeme que sabremos cuando llegue.- sonrió Midoriya, dejando su maleta en la litera junto a la mía.

Y, como si Midoriya la hubiera invocado, escuchamos la voz de Mina justo al lado, tan enérgica como de costumbre.

-¡¡¡ESTE LUGAR ES COMO UN MINI HOTEEEEEEEL......!!!-

-Sin dudas ya llegó.- bromeé, dándole una palmada en el hombro a Midoriya.

Salimos de la cabaña y vimos a Uraraka, luchando para subir su maleta por las escaleras que daban a la cabaña.

-¡E-Espera, Uraraka-san!¡Ya te ayudo!-

Midoriya pasó a mi lado para ir hacia Uraraka y ayudarla con la maleta. Aunque, por la mueca que hizo, supongo que ésta pesaba más de lo que parecía a simple vista.

-¿No vendrás a saludar a las chicas?- le pregunté a Shoto que seguía recostado en la cama, cruzado de brazos. ¡Parecía un crío regañado!

Él solo levantó un brazo y me mostró el índice, negando. Suspiré y volví dentro, con él, abrazándolo.

-Vamos, no seas aguafiestas. Estamos aquí para divertirnos.- susurré, dándole un beso en la mejilla, viendo el adorable sonrojo que aparecía en su rostro al hacerlo.

-N-No seas zalamero, Eijirou.- advirtió, tratando de sonar serio.

-Entonces no seas tan celoso. Sabes que te quiero a ti.- le giré un poco el rostro y le di un corto beso en los labios. -Solo a ti, Shoto.- asegure.

-¡¡¡KIRISHIMAAAAAAA!!!¡¡¡SHOOOOOOOTO!!!-

-Será mejor que salgamos antes de que ella entre aquí.- comenté. Él asintió, riendo en voz baja.

🐺🐾🐺

¡Hola, gatitos!

Hasta aquí el primer capítulo de este nuevo fanfic lleno de weas raras, narradas desde el punto de vista de los protas 🙃

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