02.- Alerta de lobos

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02.- Alerta de lobos

|POV Kirishima|

  

-¿A dónde vamos?¡A bañarnos en el lago!¿A dónde vamos?¡A bañarnos en el lago!– cantaba Mina, al estilo Dora La Exploradora, caminando frente a nosotros. Tras ella iba Shoto, asegurándose que la peli-rosa no tomara el camino equivocado.

Mientras que Midoriya, Uraraka y yo íbamos tras ellos. Aunque el peli-verde a veces se detenía cuando veía un insecto extraño, o una planta, ¡o lo que fuese!

-Vamos, brócoli, no te quedes atrás.– insistí, empujándolo por los hombros para que siguiera caminando.

-P-Pero Kirishima…–

-Nada de "pero". Si te quedas atrás no te podremos encontrar con ese cabello de arbusto que tienes.– bromeé, haciendo reír a Uraraka.

Al cabo de unos minutos, acabamos llegando a un inmenso lago de agua cristalina. ¡Hermoso! Los árboles que había alrededor le daban cierto toque de fantasía y, por lo lejos que quedaba de las cabañas, casi nadie venía a este lugar.

-¡Es bellísimooooo!– chilló Mina, dando saltitos de alegría, como si fuera una niña. –¡Gallina el último!–

-¡Espera, Mina, no……!– muy tarde. Ya se había lanzado al lago con todo y la ropa que llevaba. Suspiré.

Uraraka también se lanzó al agua con la ropa que llevaba y Midoriya se quitó la camisa antes de seguirlas. Yo me quité la camisa y el pantalón que llevaba, quedando en ropa interior, luego miré a Shoto, quién se sonrojó un poco al verme.

-¿No vienes?– pregunté, intrigado, al ver que seguía sin desvestirse. Él negó con la cabeza, haciéndome sonreír con cierta malicia, mientras lo abrazaba por la espalda.

-Eijirou, ni lo pienses…– me advirtió, serio, leyendo mis intenciones.

Pero antes de que se librara de mi abrazo, me lancé con él al lago. Salgo a flote rápidamente, sintiendo el agua fría chocar contra mi cuerpo haciéndome temblar. Busco a Shoto con la mirada, hasta que lo veo salir a flote también, peinando su cabello hacia atrás para quitarse el exceso de agua.

-¡Kirishima Eijirou esto me lo vas a pagar!– gruñó, mirándome con enojo.

-¡Hey! Amenazar a tu novio no es nada varonil.–

No tuve tiempo a reaccionar cuando Shoto me salpicó agua a la cara, haciéndome reír. ¡Era tan adorable cuando se enojaba a lo tsundere!

-¡¡¡GUERRA DE AGUAAAAA…!!!–

En cuanto Mina gritó aquello, todos comenzaron a arrojarse agua entre sí. Y, aprovechando la distracción, me sumergí en el agua, buceando. El agua que choca contra mi piel desnuda se siente increíble y, los gritos de mis amigos, ahora eran solo pequeños ruidos distorsionados por el choque de los pequeños remolinos que se forman al agitar el agua.

Salgo a flote y me sacudo el exceso de agua, apartando mi cabello que cae sobre mi rostro de lo largo que está. En cuanto miro alrededor, me doy cuenta que no están los demás. ¡Vaya, parece que me alejé de donde estaba!

Aunque tampoco le doy importancia mientras me acerco a la orilla y me siento en unas piedras que forman una curiosa silla. O quizás soy yo buscándole una forma.

-A Shoto no le vendrá mal estar con ellos un rato.– digo, rezando para que, al volver, Mina halla logrado hacer que mi amargado novio se divierta un poco.

El rumor de los árboles a mi alrededor es bastante relajante y, sumado al sonido de las cigarras, me siento en completa paz. Cierro los ojos, dejándome embriagar por esa inmensa tranquilidad que se respira en este lugar, hasta que el crujir de unas ramas me hace abrir los ojos y girarme.

-¿Quién está ahí?– pregunté.

Pero, al ver entre los árboles un intenso pelaje claro, mi cuerpo se paraliza. ¡No podía ser! Tragué saliva al ver como un enorme lobo salía de entre la maleza, mirándome con unos fieros e inusuales ojos carmesí, mientras me mostraba sus colmillos en un claro gesto de amenaza.

-T-Tranquilo.– alcé mis manos en señal de rendición, como si él fuese a entenderme. Un gruñido brotó de su garganta en respuesta. –No voy a hacerte daño ¿de acuerdo?

Otro gruñido, esta vez más feroz que el anterior, me hizo retroceder asustado. Y ahora veía como el lobo comenzaba a acercarse a mí, despacio, pero sin dejar de gruñir ni mostrarme los colmillos.

Tomé todo el aire que pude, antes de lanzarme al agua, escapando de aquel animal. "¡Mejor morir ahogado que morir devorado!" pensé antes de comenzar a nadar, tratando de divisar a mis amigos sin atreverme a salir a flote, aún cuando mis pulmones ya estaban comenzando a doler por contener tanto tiempo la respiración.

Sin poder posponerlo, salgo a flote, tomando aire con prisa; con el cabello cubriéndome el rostro de nuevo. ¡Joder, voy a cortarlo en cuanto pueda!

-Kirishima ¿estás bien?– me aparto el cabello de la cara, viendo a un preocupado Midoriya, mirándome. –Luces algo agitado ¿pasó algo?

-Debemos irnos de aquí, ¡ya!– grité aún agitado. Midoriya me miró sin entender antes de seguirme a la orilla donde estaban los demás, sentados cómodamente.

-Hombre ¿dónde te metiste? Ya te íbamos a reportar como "persona perdida".– dijo Mina al verme.

-¡Nos vamos ya mismo!– dije, aunque por lo alterado y lo alto que estaba hablando, aquello sonó más a una orden.

-¿Qué…?¡Pero si acabamos de llegar!–

-¡Y si nos quedamos seremos comida de lobos!–

¡Miedo! Eso es lo que veía en los rostros de todos y, en parte me culpaba un poco por no tener más tacto al decirlo, ¡pero había un maldito lobo cerca! Y nada nos garantizaba que su manada no estuviera por aquí también.

-Vamos, debemos avisarle a mi viejo.– habló Shoto, tan inalterable como de costumbre.

Las chicas tomaron sus cosas casi corriendo y nos largamos de aquel lago, teniendo cuidado cuando entramos al bosque que había entre el lago y las cabañas.

Por suerte, Deku sabía identificar los rastros de los animales y, según él, no había nada que indicara que hubiera lobos cerca. Pero sí otra persona, ¡joder!

-Adelántese, yo iré a buscarlo para avisarle.– dije, seguro.

-¿Qué?¡¿Estás loco?!– gritó Deku, asustado.

-¡Sí ¿y si el lobo se lo comió?!– continuó Mina.

-Estaré bien. Tendré el teléfono a la mano en todo momento, por las dudas.– sonreí, comenzando a correr por el lugar donde Deku había indicado que iban las huellas.

No sé cuánto tiempo corrí en medio de los árboles, quedándome quieto cuando escuchaba algún ruido extraño, hasta que di con un chico más o menos de mi estatura…… ¡¿desnudo?!

-D-Disculpa…– me maldije por ponerme nervioso y, más, cuando aquel chico se giró hacia mí.

Tenía el cabello cenizo, totalmente empapado, cayendo sobre su rostro tan atractivo; sus ojos parecían dos rubíes intensos. Y su cuerpo, ¡por Dios! Este chico sin dudas era fan del gimnasio, solo bastaba con ver sus pectorales tan marcados y voluminosos y sus brazos obviamente trabajados; siendo recorridos por finas gotas de agua que bajaban, delineando cada curva de su magnífico cuerpo.

-Tú… ¿estás bien?– su voz sonaba algo aspera y agresiva, aunque su mirada parecía confundida. –Te estabas ahogando.–

-¿Eh?–

Good BoyWhere stories live. Discover now