21.- Monstruos

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21.- Monstruos

|Midoriya POV|

    

Bostece, cansado, luchando para no quedarme dormido en mitad de la clase de Nezu-sensei. Pero es que la física se me daba fatal. Podía memorizar biografías enteras, fechas e incluso eventos importantes en la historia de Japón, pero las fórmulas físicas seguían siendo un enigma para mí.

Cuando el timbre sonó, anunciando el final de la clase de Nezu-sensei, este nos informó que mañana tendríamos un examen de lo explicado en clases. Miré horrorizado mi cuaderno, totalmente en blanco, sobre mi pupitre. Oh, mierda

-¡K-Kaminaki, necesito un fav…!– me callé al ver que el rubio sentado a mi espalda estaba totalmente dormido sobre su escritorio.

Miré hacia los puestos delanteros donde Mina solía sentarse, pero ella no estaba. Llevaba sin venir varias semanas, al igual que Todoroki-kun. Suspiré con nostalgia.

Tomé mis cosas y salí del aula, caminando hacia la zona de la piscina. ¡Si no puedo estudiar, al menos dormiré un rato! Es tranquila y casi nadie va ahí durante el almuerzo, por lo que es perfecta para dormir una siesta rápida. Pero, curiosamente, cuando llegué, escuché a alguien tarareando una canción.

Me asomé a la alberca y vi a una chica de larga cabellera negra flotando boca arriba en el agua, con los ojos cerrados. Esa melodía que tarareaba

-A mí también me gusta The Fray.– digo sin pensar, haciendo que ella deje de tararear para mirarme. Sus ojos lucen bastante triste y apagados.

-¿Quién eres?– me preguntó, nadando hacia la orilla para salir del agua.

-Me llamo Izuku Midoriya, soy un estudiante de segundo.– respondí. –¡P-Perdona por haberte interrumpido! Yo solo….–

Me quedo helado al ver una enorme cicatriz, similar al zarpazo de algún animal, que surcaba toda su espalda y parte de sus brazos por debajo del traje de baño. Ella pareció percatarse de mi intensa mirada y se cubrió con una toalla.

-Es horrible ¿no?– comentó con tristeza.

-Yo… no quisiera ser grosero ni irrespetuoso, pero…–

-Quieres saber qué me hizo esta cicatriz.– completó ella, sentándose en la orilla de la piscina, con los pies metidos en el agua. –Dime, Midoriya-kun ¿crees en los monstruos?–

-¿Monstruos?– repito, confundido.

-Sí, como….. hombres lobo.– dice lo último en voz baja, como si temiese que alguien más la escuchara.

Me senté junto a ella, negando con la cabeza. Ella sonrió con tristeza.

-Crees que estoy loca ¿verdad?– dijo algo bajito.

-¿Qué…? ¡No, para nada! Es solo que la idea que existan los hombres lobo me parece algo…– me callé al darme cuenta de lo que iba a decir. Ugh

-Yo también pensaba que era una locura, hasta que lo conocí.– susurró con una sonrisa apagada, mirando a algún punto del agua. –Él… parecía un chico normal, como tú y yo. Pero podía transformarse en un lobo gigante.– narró.

-Como… ¿Jacob de Crepúsculo?– sí, Midoriya, que no note que eres un nerd.

Ella rió, de una forma tan elegante y dulce que no encajaba con su demacrado aspecto.

-Sí, algo así.– aseguró. –Solo que más grosero, arrogante y testarudo. Y con el pelaje cenizo.– siguió. –Pero aún así, Kacchan era un buen chico.– agregó.

-¿Puedo preguntar cómo lo conociste?, ¡S-Si no te molesta contarme, claro!– me había dado curiosidad todo el asunto.

-Lo conocí… cuando mis padres se separaron. Mi padre me llevó a acampar para distraerme del asunto del divorcio y, a la primera noche, fui a explorar el bosque. Y ahí lo vi, en medio del lago, sentado.– una sonrisa genuina se dibujó en sus labios. –Su cabello, su ancha espalda, ¡todo en él me acabó hipnotizando! Y cuando se giró a verme, sentí que perdía el aliento al contemplar esos hermosos ojos rubí.– suspiró enamorada. –Aún recuerdo su voz preguntarme "¿Quién diablos eres tú, extra?"

Reí divertido cuando ella colocó más grave la voz y frunció el ceño, imitando a la reacción de Kacchan.

-Luego de eso, iba cada noche al lago solo para verlo. Pero, una noche… no lo encontré a él, sino a un enorme lobo.– continuó. –Creí que me mataría cuando vino hacia mí, pero no lo hizo. Él… se transformó.–

Podía imaginar la escena en la que Jacob se transforma delante de Bella, pero distorcionándola lo suficiente como para que que encajara con lo que narraba la morena a mi lado.

-Él se atrevió a mostrarme su naturaleza porque me amaba y confiaba en mí… pero yo… no pude evitar contárselo a mi padre, creyendo que se alegraría también. Pero no fue así.– su voz comenzó a disminuir, apenada, y sus ojos grises comenzaron a llenarse de lágrimas. –.. Mi padre me siguió una noche y le disparó a Kacchan en el brazo… y… y él…– rompió en llanto.

La abracé con ternura, acariciando su largo cabello negro. Sus manos apretaron mi uniforme, con fuerza, mientras lloraba pidiendo perdón una y otra vez. Pero no a mí, sino…. a Kacchan.

Aún había más en esa historia, algo más profundo, algo… que estaba lastimando a esta chica por dentro. Y algo me decía que esas heridas en su espalda eran de ese momento, luego de que su padre le disparase a Kacchan. Ojalá… pudiese encontrar la manera de ayudar a esta chica.

Good BoyOù les histoires vivent. Découvrez maintenant