Good Boy

22.- Noticias gratas

22.- Noticias gratas

|Midoriya POV|

    

Dejé a la chica desahogarse sobre mi pecho, mientras me dedicaba a acariciar su cabello para calmarla. Ni siquiera sé cuánto había pasado, pero imagino que ya habría sonado la campana para volver a clases; aunque daba igual.

Cuando se tranquilizó un poco, ella se separó de mí, secándose las pocas lágrimas que quedaban por sus mejillas enrojecidas e hinchadas. Le dediqué una sonrisa.

-P-Perdona…–

-No pasa nada. Está bien llorar cuando no puedes más.– sonreí.

Ella sonrió también, aunque con algo de dificultad.

-Yo… debo irme.– dijo, levantándose. –Fue agradable tener a alguien que me escuchara sin juzgarme.–

-Pues… siempre que quieras hablar, sabes dónde estoy.–

Ella comenzó a caminar hacia los vestidores de la piscina, pero se detuvo antes de entrar.

-Por cierto… Me llamo Momo. Momo Yaoyorozu.– dijo y entró.

Su nombre me resulta extrañamente familiar. Aunque no tuve casi tiempo para pensar cuando mi teléfono comienza a vibrar en mi bolsillo, y lo saco, viendo el mensaje que Kaminari me había escrito.

«¡¡¡¡¡Shoto eztá aki!!!!!»

Casi dejo caer el teléfono al agua por la impresión, pero por suerte lo ataje a tiempo. Kaminari me envió una foto, algo borrosa, en la que se veía a Todoroki-kun entrando en la preparatoria. ¡Había venido! Corrí, saliendo de la zona de la piscina, buscando por los pasillos al medio albino.

Por suerte di con él saliendo de la oficina del director junto a su padre. Me detuve, jadeando exhausto, cuando llegué hasta ellos.

-T-Tod… Todor…– joder, me quedé sin aliento con la carrerita.

-Parece que haz perdido tu condición, Midoriya.– se burló Enji, riendo.

-¿Estás bien?, ¿quieres que busque agua?– me preguntó Todoroki-kun, preocupado. Le negué con la cabeza.

-Tú… ¿vas a… volver?– le pregunté, aún jadeando.

-Sí, por eso vine a hablar con el director. Por suerte parece que ambos podremos salvar el año si aprobamos los finales.– me explicó, sonriendo.

-¿Ambos?– repetí, confundido. ¿De quién más hablaba?

-Si… Kirishima también quiere continuar ahora que lo encontraron.–

No sé si era debido a la reciente carrera que había dado por los pasillos o por la mención de Kirishima-kun, pero sentía que no podía respirar. Incluso el rostro de Shoto comenzó a tornarse borroso hasta que desapareció en la oscuridad.

Cuando volví a abrir los ojos, me encontraba en la enfermería, con Kaminari, Uraraka y Todoroki-kun mirándome preocupados.

-¿Qué pasó…?– pregunté, sentándome sobre la camilla.

-Te desmayaste y no estuve para grabarlo, ¡eso pasó!– respondió Kaminari, recibiendo un codazo por parte de Uraraka.

-¿Es cierto?– le pregunté a Todoroki-kun.

-Sí, mi padre te trajo carg…–

-Lo de Kirishima-kun.– especifiqué.

Uraraka y Kaminari miraron a Todoroki-kun, sin entender de lo que hablaba; hasta que el medio albino suspiró, desviando la mirada.

-Sí. Hoy en la mañana encontraron a Kirishima con vida y lo llevaron a casa.– dijo.

Uraraka comenzó a temblar por la noticia y, aún así, buscó su teléfono para llamar a Mina e informarle. Y cuando sentí que mis lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, Kaminari me abrazó por los hombros, también con algunas lágrimas en los ojos.

-¡Joo! Ese idiota nos dió un susto ¿verdad, Midoriya?– comentó.

Asentí con la cabeza, luchando por frenar las lágrimas de felicidad que bajaban por mis mejillas.

Perder a Kirishima había sido lo peor que nos pudo ocurrir y, pensar en la posibilidad remota de que hubiese muerto, era devastador. Cada día lo pasábamos pensando cuándo nos dirían que le habían encontrado sin vida en alguna parte del bosque. Pero finalmente tenemos algo: la noticia que deseábamos oír.