14.- En lo más bajo

163 18 0
                                    

14.- En lo más bajo

|Midoriya POV|

   

Golpeteo mi cuaderno con el lápiz, creando un ruido constante al chocar. Desde hace días he estado llamando a Todoroki-kun, pero no responde, y si llamo a su casa, atienden sus hermanos diciendo que se encuentra indispuesto. Me preocupa. Desde la desaparición de Kirishima no ha ido a la preparatoria y, según Fuyumi-san, apenas sale de su habitación.

Suspiro, dejando el lápiz sobre el escritorio, recostándome hacia atrás sobre la silla, quedando ligeramente en el aire. Han pasado varias semanas y no ha habido noticias nuevas sobre Kirishima, es entendible que todos nos sintamos desalentados.

-Pero no podemos rendirnos.– susurré.

-Izuku, hijo…– me giro hacia la puerta de mi habitación, viendo a mi madre asomada en el marco.

-¿Sí, madre?–

-Tienes una llamada de Sero-kun.–

Me levanto de un brinco, esquivando a mi madre para correr a la sala y atender el teléfono.

-¡Sero!, ¿hay noticias…?–

-De Kirishima no, bro. Pero… de Shoto sí que hay. Y no muy buenas que digamos.–

-¿Eh?, ¿por qué?–

Escucho a Sero suspirar con pesadez y, durante algunos segundos en silencio, reviso que la llamada no se halla cortado.

-¿Ser…?–

-… anoche lo vieron en el barrio de Stain.– dice al fin, casi en un susurro.

Siento mi sangre helarse ante aquel nombre. ¡Stain es uno de los más grandes mafiosos de todo Japón! Ni siquiera mi padre, en todos sus años en la policía, logró encerrar a Stain pese a toda la evidencia que había en su contra. Nadie quería testificar por miedo. Y el solo pensar que Todoroki-kun está en el territorio de ese sujeto, me hace estremecer.

-Voy a buscarlo.– dije.

-¿Qué…? ¡Midoriya ¿estás loco?!, ¡si Stain te reconoce…!–

-Lo sé, pero no puedo quedarme sentado sin hacer nada.– lo interrumpí. –Todoroki-kun era lo más importante para Kirishima. Si algo le pasa, él no nos lo perdonaría.–

Cuelgo la llamada y vuelvo a mi habitación para tomar una chaqueta y ponérmela, susurrando un "volveré pronto" a mi madre antes de salir de la casa. El barrio de Stain queda algo lejos de aquí, por lo que decido no llevar mi bicicleta e ir en taxi.

El conductor pone mala cara en cuanto le digo nuestro paradero, pero igual comienza a conducir en silencio, mirando ocasionalmente atrás por el retrovisor, asegurándose de que no haga nada sospechoso. A los 10 minutos, llegamos y, tras pagarle al conductor, me bajé corriendo.

Las luces de neón resaltaban como luciérnagas pese a que ya estaba amaneciendo y, aún con lo peligroso del lugar, varias personas transitan con normalidad, chocando contra mí sin siquiera notarme. ¡Rayos, está a reventar! Así no creo encontrar a Todoroki-kun.

-D-Disculpe…– llamo a una chica que pasaba. –Estoy buscando a este chico ¿lo has visto?– pregunté, mostrándole una foto en mi teléfono. Ella negó.

Le agradezco antes de preguntarle a otra persona que pasaba, obteniendo la misma respuesta. Y así varias veces más, ¡nadie había visto a Todoroki-kun! Quizás ya había vuelto a casa o, quizás los rumores no eran ciertos. Todoroki-kun no puede estar aq….

Me detengo en seco cuando, al pasar por un callejón, veo a Todoroki-kun siendo besado por un hombre visiblemente más alto que él, con una maraña de cabello negro y una larga bufanda rojiza. ¡Oh, mierda! Doy un paso dentro del callejón, siendo bloqueado por un hombre algo más bajo, con una extraña máscara blanca cubriéndole el rostro, que se pone frente a mí, cruzándose de brazos.

-¿Buscas algo, brócoli?– cuestionó con seriedad.

-A ese chico.– dije, procurando que no me temblara la voz.

Stain se apartó de Todoroki-kun, para mirarme. Pero yo solo me fijé en el estado de mi amigo que parecía ido, apoyado en la pared como si pudiera caerse si se alejaba de ella. ¡Estaba fatal!

-Tendrás que esperar tu turno, chico. Esta zorrita aún no acaba conmigo.– sonrió Stain, tomando a Todoroki-kun por la cintura, pegándolo a su cuerpo para volver a besarlo.

-¡Él viene conmigo!– le grito, haciendo que ambos adultos me miren con interés.

-¿Ah, si?, ¿y si no te lo doy?–

Saco la pistola de mi padre del bolsillo de mi chaqueta y la apunto a Stain que, solo sonríe con diversión. Mis manos tiemblan un poco por los nervios, pero me mantengo firme. El tipo de la máscara también me apunta con una pistola, lo cual me hace sudar frío.

-¡¿Cómo te atrev…?!–

-Déjalo, Compress.– interrumpió Stain, riendo, posando su mano sobre el hombro de su compañero. –Me gusta. El chico tiene valor.– agregó, mirándome.

El tal Compress chasquea la lengua con enfado, guardando su arma casi a regañadientes. Y ambos comienzan a caminar fuera del callejón, pero no dejo de apuntarle a Stain por si intenta algo. En cuanto pasa junto a mí, se detiene.

-Un consejo: la próxima quita el seguro del arma y consideraré creerme tu amenaza.– dice, para luego reanudar su camino.

Miro la pistola en mis manos y, efectivamente, tiene el seguro puesto. ¡Joder! Me giro, pero no veo a Stain por ningún lado. Casi siento mi corazón detenerse al pensar que, de haberlo querido, podría haberme matado en este callejón por semejante descuido de mi parte.

Guardo el arma y me acerco a mi amigo que ahora yace sobre el suelo, con la mirada perdida. Su ropa está desarreglada y el intenso hedor a alcohol que desprende su cuerpo me sorprende, ¡él no soportaba el alcohol! Suspiro.

-Todoroki-kun, vamos, te llevaré a casa.– le digo, tratando de cargarlo. Pero él me aparta de un manotazo.

-No quiero ir allí.– replica, molesto.

-Bien, entonces vienes a mi casa ¿te parece?–

Él sonríe y pasa sus brazos alrededor de mi cuello, dejando su rostro muy pegado al mío. ¡Dios, realmente está ebrio!

-Me parece una buena idea, I-zu-ku.– deletrea mi nombre, rozando sus labios con los míos sin llegar a besarme.

Lo ayudo a levantarse, sujetándolo por los hombros mientras caminamos poco a poco entre las bulliciosas calles de este lugar. En cuanto nos alejamos lo suficiente, consigo un taxi y nos subimos; aunque las caricias descaradas de Todoroki-kun por mi pecho no me hacían sentir muy cómodo. ¡Solo podía rezar por llegar rápido a casa y ponerlo a dormir para que se le pasara la borrachera!

Good BoyWhere stories live. Discover now