16.- El final que esperaba

139 18 3
                                    

16.- El final que esperaba

|Bakugo POV|

     

Me voy refunfuñando en cuanto Aizawa se marcha junto al jodido extra de la otra manada. ¡¿Quién diablos se cree para sermonearme y luego irse, dejándome con la palabra en la boca?! Y encima, deja al maldito de Mirio a cargo de la manada. ¡Se supone que yo soy el próximo alfa!

Continuo maldiciendo por lo bajo a Aizawa, ignorando a los miembros de la manada que pasan junto a mí, saludándome, tan ruidosos como de costumbre. ¡Que se jodan también! No estoy de humor.

En cuando llego a casa y entro, todo mi mal humor se esfuma de golpe cuando veo a Kirishima sentado en el suelo, junto a la cama, con el rostro oculto entre las rodillas. Corro hacia él y me agacho, tomándolo por los hombros con suavidad para examinarlo.

-¡Kirishima ¿estás bien?!–

Mi corazón se encoge de dolor cuando Kirishima alza la cabeza y sus ojos se ven algo rojos e hinchados, como si hubiera llorado, y eso lo confirman los surcos secos en sus sonrojadas mejillas.

-¿Te encuentres mal?, ¿te duele algo?– pregunté, acariciando sus mejillas con mis dedos. ¡Me preocupaba!

-No, e-estoy bien.– me dice, con una sonrisa que, en lugar de tranquilizarme, me preocupó más. –¿Y tu?– pregunta.

-¿Yo?– lo miro sin entender a lo que se refiere.

-Parecías enojado cuando…. atacaste… a Mirio-san.–

-Ah, eso…– rodé los ojos, sentándome a su lado. –Sí, ya… estoy bien. Perdí el control por un momento.–

-Oh, ya veo.–

Un denso silencio se hizo presente. Kirishima abría la boca y, al segundo, volvía a cerrarla… como si, lo que sea que fuese a decir, le preocupara. Me dolía verlo así. Lo tomé con cuidado entre mis brazos y lo abracé, pegando su rostro a mi pecho desnudo, aunque él comenzó a temblar ligeramente ante mi tacto.

-Bakug…–

-No voy a hacerte nada.– aseguré en voz baja.

Aún podía sentir el calor de mi celo por mi cuerpo y tener a Kirishima tan jodidamente cerca no me ayudaba a calmarlo, por lo que estaba luchando conmigo mismo para no desnudarlo y follarlo salvajemente sobre el suelo. Ya bastante lo había cagado con él anoche.

-Yo… te agradezco el que me ayudarás cuando Dabi me atacó, pero…– lo escuché tragar saliva con difícultad. –…no puedo quedarme más tiempo aquí.– dijo.

Aún cuando sabía que, tarde o temprano tendríamos está conversación, hubiera deseado posponerla lo más posible. Y solo puedo apretar más a Kirishima contra mí. ¡No quiero dejarlo ir! Deseo que este momento se alargue lo más posible.

-Sí puedes.– susurré.

-Bakugo, por favor… entiéndeme. Mis padres deben estar angustiados al no tener noticias mías.– me dice, separándose de mí, cabizbajo.

-Entonces te llevaré con ellos y luego podremos volver.– Kirishima me mira con severidad en cuanto digo eso.

-Yo tengo una vida fuera de este bosque…– dice, serio. –Mis padres, mis amigos, mi novio… ¡Todos están allá afuera, Bakugo!–

Gruño de rabia en cuanto menciona a ese maldito mitad y mitad.

-Así que todo se resume a eso ¿no? A tu noviecito.– aprieto los dientes con tanta fuerza que siento que crujen. –Ese que te dió por muerto.– siseé con rabia.

Veo la expresión de asombro y dolor en el rostro de Kirishima tras mi comentario, y me muerdo la lengua al ver como las lágrimas se acumulan en sus preciosos ojos carmesí.

-¿D-De qué hablas…?– su voz quebrada hace gruñir de dolor a mi lobo interno.

-Tal y como escuchaste, Kirishima. Tu novio te dió por muerto el mismo día que Dabi te atacó, ¡ya ni siquiera ha de estar esperándote!–

Aprieto los dientes por el dolor en cuanto Kirishima me cruza la cara con una rotunda bofetada, mirándome con los ojos crispados de rabia tras las lágrimas que bañan sus mejillas.

-No quiero… volver a verte. ¡No voy a perdonarte nunca!– gruñe, molesto, poniéndose de pie y saliendo de la cabaña, dando un portazo.

"Ve tras él"

La voz de mi lobo interior gruñe con tal fuerza que me estremezco de pies a cabeza ante su orden. Pero no me muevo de mi lugar.

"¡¡¡QUE VAYAS TRAS ÉL, MALDITA SEA!!!"

-No puedo…– mi voz se quiebra sin remedio. Le prometí a Aizawa que no me pondría en medio si alguien lo buscaba o si alguna vez él quería marcharse…

… y, aunque me duela hasta las entrañas, pienso cumplir mi palabra.

Me acurruco sobre la cama, impregnada con el dulce aroma de Kirishima…

Y como si se tratara de una maldita broma de mi cerebro, veo la imagen de una hermosa chica de cabellera negra, sonriendo maravillada al verme. Joder, ¡mi suerte no podría ser peor! Odio acordarme de esa mujer de la que creía estar profundamente enamorado y que me traicionó hace tantos años. Esa maldita humana… Momo Yaoyorozu.

El haberla conocido fue, sin dudas, el peor error que pude cometer. Y ahora volvía a cometerlo con Kirishima…

¡Carajo!, ¿por qué no podía simplemente enamorarme de otro maldito licántropo?

Good BoyKde žijí příběhy. Začni objevovat