09.- En el lago...

247 33 4
                                    

09.- En el lago…

|Kirishima POV|

     

¡Dos semanas! Han pasado dos semanas desde que vine a acampar con mis amigos y acabé malherido tras ser atacado por un licántropo del que, por extraño que suene, me salvó otro.

Ya la herida en mi pierna ha sanado casi por completo, aunque aún persiste un poco el dolor. Pero no es algo que no pueda soportar. Aunque…

-¡Maldición, estate quieto de una jodida vez, pelos de mierda!–

… Bakugo, el licántropo que me salvó, se ha vuelto algo sobreprotector al respecto. No me deja salir de casa, ¡ni siquiera cuando Mirio-san ya me dió el alta!

-Vamos, Bakugo, no seas así.– me quejo, suspirando, para volver a sentarme sobre el colchón. –No va a pasarme nada por caminar un poco. Además, ya ni me duele.–

Él se cruza de brazos, en una clara señal de que, sin importar cuanto ruegue, no va a ceder.

-No tienes que ser tan cuidadoso conmigo. No voy a quebrarme, Bakugo.–

-No vamos a discutir OTRA VEZ sobre el tema.–

Me tumbo sobre la cama, cruzándome de brazos, mirando al techo de madera sobre mí. ¡Es insoportablemente terco!

-Oye…– lo llamé, al pensar en una posibilidad. –Si el problema es que camine, podrías llevarme a tu espalda ¿no?–

-Supongo.– respondió con desinterés, sentándose sobre el suelo frente a la cama. –Pero ¿a dónde querrías ir?– preguntó.

-Pues… no sé. ¿Al lago?–

-¿Al lago?– repitió él, frunciendo el ceño. Era evidente que la idea no le agradaba.

Me encogí de hombros, soltando el "olvídalo…" que solía usar con mis padres para convencerlos de dejarme salir con mis amigos. Y, la verdad, no creí que funcionara con él. Hasta que escucho a Bakugo maldecir por lo bajo.

-¡Joder! Tú ganas, ¡maldición!¡Te llevaré al jodido lago ¿feliz?!–

-¡Mucho!– sonrío, levantándome de un brinco para abrazarlo, pegándome a su amplia espalda. –¡Te quiero, Bakubro!–

Con un empujón algo brusco, Bakugo me separó de él, dejándome caer de espaldas sobre el colchón.

-No vuelvas a hacer eso.– ordenó.

No dejaba de taladrarme con su mirada carmesí, que ahora parecía ir a juego con su mejillas sonrojadas por el enojo, supongo.

-C-Claro, bro… lo lamento.– susurré. Nota mental: a Bakugo no le gustan los abrazos.

Bakugo tomó su forma de lobo y me indicó con la cabeza que subiera a su lomo. ¡Me costó horrores hacerlo! Nunca había montado a caballo, ¡mucho menos a un lobo gigante! Y por los gruñidos de Bakugo, supongo que él no lo estaba pasando muy bien tampoco.

Lo estaba tomando del pelaje para tomar impulso y subirme, así que era normal que le doliera y se quejara.

-¡Joder, vas a dejarme calvo a este paso!– bufó Bakugo, mirándome con fastidio.

-¿Y cómo quieres que me suba? Mides como dos metros y medio ¿sabías?–

¡Sonrió! Y si antes había llegado a pensar que Bakugo se vería bien al sonreír, ¡me equivoqué!¡Era aterrador!

Me tomó de la camisa con su hocico y me levantó sin problemas, lanzándome al aire y atajandome, haciéndome quedar montado a su espalda…… con un jodido dolor en el estómago por la caída.

Good BoyWhere stories live. Discover now