Enemy [Y.M]

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Jimin soltó una carcajada al escuchar lo que su hermana había dicho, definitivamente él había heredado toda la inteligencia que a su hermana le faltaba.

—A veces dices unas estupideces que sin duda alguna se confirma que de mellizos no tenemos nada. —habló Jimin. —además, si lo que dices es cierto fue fácil hacerlo, yo lo conseguí rápidamente mientras que tu solo una cena.

—¿Entonces admites que te embarazaste a propósito? —sonrió.

—¿Acaso no lo escuchaste? —se acomodó el cabello. —y aunque fuera falso, Yoongi cree que es verdad, así que ya es mi esposo.

—Yo haré que sepa la verdad. —habló la omega. —y cuando se sienta mal por tu culpa, yo lo apoyaré y luego será mi esposo.

—¿Y qué pasará cuando se entere de que soy tu hermano? —indagó el omega. —eso puede hacerle creer que todo fue plan tuyo para acercarse a él o que tú eres igual a mí y estamos tras su dinero.

—No te atreverías a abrir la boca. —negó la rubia.

—Rose hermanita querida. —sonrió de lado Jimin. —ya hay unos bajos rumores de nuestro parecido, muy pronto pueden investigar y llegar a la conclusión de que tienes un hermano rechazado y si yo quiero puedo decir que soy hijo de una amante de nuestro padre o nuestra madre.

La omega ya no dijo nada, solo se fue de ahí dejando al omega solo y con una sonrisa en su rostro, si su familia pensaba que se casó con Yoongi por un embarazo sería muy bueno para jugar con ellos por un rato. Al entrar a la casa no vio a Yoongi por ningún lado, por lo cual se dirigió a la habitación y se acostó en la cama, cerró los ojos para dormir un rato, pero el sonido de la regadera hizo que los abriera.

Jimin se levantó y se dirigió al baño, cuando abrió la puerta vio al pálido el cual tomaba un baño, él pudo sentir el aroma del enigma en todo el baño. Su vista se dirigió a la espalda desnuda la cual era mojada por el agua de la regadera, Jimin mordió su labio inferior al ver todo el cuerpo desnudo de Yoongi.

—¿Jiminnie? —lo llamaron.

Yoongi al ver al omega ido en su mundo, apagó la regadera y salió de ahí para ponerse una bata, se acercó al omega, el cual al ver la cercanía que tenían se sonrojó.

—¿Cariño qué ocurre? —lo tomó de las mejillas.  —me estás preocupado.

—Deberías de hacerme un hijo. —balbuceo el omega.