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—Jimin. —lo llamo.

—Jimin, Jimin, Jimin. —Repitió su nombre. —siempre es eso.

—Cálmate. —le dijo.

—No pidas que me calme cuando el causante de mi enojo eres tú. —detallo molesto. —se suponía que luego de la mejor cogida que tuvimos en tu auto, todo se iba a arreglar, pero no fue así.

—Jimin, escucha. —se quiso acercar, pero el omega retrocedió. —estás siendo infantil.

—¿Infantil? —lo vio. —¿A qué viniste a París realmente? Porque a apoyarme por mi entrada para ser embajador de Dior no fue y este día me lo dejó en claro.

—Jimin en verdad lo siento. —se disculpó. —lo olvidé.

—Claro. —Asintió. —Porque te fuiste a un hotel con otro.

Yoongi guardó silencio y Jimin se sentó en el sofá para cubrirse el rostro, no porque fuera a llorar, sino por el enojo y frustración que sentía en ese momento.

—Prometiste ser honesto y contarme sobre los tratos que hacías con los omegas. —comentó Jimin. —supongo que ese era otro omega con el que hacías tratos.

—Sobre eso. —susurro. —No puedo.

—Bien. —remarcó el omega mientras se levantaba. —solo te diré que no me pidas respeto a este matrimonio que claramente no existe y como te dije en Corea tendremos a tu hijo y nos divorciamos.

—Eso tampoco te lo puedo permitir. —lo vio.

—No eres nadie para prohibirme algo. —se levantó y lo vio molesto. —te recuerdo que todo este teatro fue tu idea no mía y aunque acepte no hay nada por escrito así que se puede romper en cualquier momento.

El enigma se fue de ahí sin decir nada, Jimin suspiro mientras se volvía a sentar, si Yoongi no daba de su parte, él tampoco lo haría, Yoongi no respetaba su farsa de matrimonio, él tampoco lo haría; la noche había caído y Jimin se alistaba para ir a un bar con Jisoo y disfrutar del momento. Cuando salió vio al pálido apoyado en su puerta, el cual al ver la vestimenta del omega frunció su ceño y Jimin pasó de largo, pero la mano de Yoongi lo detuvo.

—Te dejé en claro que no vas a salir y menos con esa alfa. —le dijo.

—Tengo derecho a divertirme. —expresó el omega. —y tal vez así olvidar lo hijo de puta que es mi esposo.

—No voy a tolerar que me hables así. —lo señaló.

—¿O qué? —contraataco el omega. —¿Me vas a golpear? Hazlo sé un poco hombre como lo son los alfas que golpean a sus omegas, aunque tú ya tienes ese historial, porque no dudo que aquel omega haya sido el primero en ser golpeado por ti.

Enemy [Y.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora