Capítulo 10

18 6 1
                                    

Hanna

—Nunca te prometí nada, chiquita —el descaro le tiñe la voz a través de la llamada.

—¡Pero lo insinuaste, imbécil! —la tranquilidad con la que Carl habla solo me pone más furiosa.

—¿Cuántas veces pediste que te tratáramos como una mujer más? No te quejes ahora, solo fue un revolcón con una chica, nada más. Pero si quieres no complicar las cosas, seguirás disfrutando muchos más conmigo... —aprieto el celular sintiendo mis nudillos tensos.

—Sigue soñando, estúpido infeliz. No quiero volver a saber de ti ¿escuchaste?

—Fue suficiente para mí lo que pasamos juntos, chiquita —me niego a seguir escuchándolo y cuelgo casi rompiendo la pantalla por la fuerza con la que lo hago.

¡Perdí meses con ese tipejo para nada! Lo guapo no compensa mi maldito tiempo.

Intento calmarme, aunque la zona de la fuente esté sola lo último que deseo es llamar la atención y responder preguntas. Respiro profundo rascando mi oreja para redireccionar mi cerebro a esa sensación y no a la que me lastima mi orgullo y dignidad por dentro ahora mismo.

Una vez que consigo fingir que nada sucedió, vuelvo al patio principal encontrándome con el grupo de Mel, Andy y Derek quien se ha unido a donde quiera que Andrea va. Cuando me ven llegar, mi hermano sacude un sándwich en su mano que me arroja para que atrape.

—Lo olvidaste esta mañana, mamá lo mando traer. —asiento y le agradezco.

—¿Te pasa algo? —pregunta Andy— pensé que lo que te tenía estresada era el trabajo de filosofía, pero ya lo entregaste ¿no?

—No me pasa nada. Melissa ¿ya compraste el vestido para mis quince años? —cambio de tema dando la primera mordida a mi emparedado.

—Por supuesto, solo quedan dos semanas ¿crees que podría dejarlo para último minuto? ¡Jamás!

El comentario abre la conversación a detalles de ese día por el que parecen más emocionados los demás que yo. No porque no deseará el evento, simplemente no se me quita la sensación de vacío que habrá por la falta mi abuelita. Escucho la charla sobre los colores de la reunión, las sospechas de cómo es el vestido que escogí, como será el pastel y más hasta que volvemos a las clases en las cuales con disimulo tengo el celular entre mis piernas para poder responder los mensajes que empiezan a llegar de Jackson.

Por eso te dije que lo llamaras, así comprobarías tu misma lo que te dije.

Escribe y no siento rabia contra él, sino contra mí por haberle dado la razón.

Ya no importa, conseguiré otro que me sirva. Solo quiero alguien que me tome en serio como pareja ¿sabes?

Su "escribiendo" se pausa y reanuda varias veces hasta que por fin envía.

¿Emocionada por tu cumpleaños?

En el breve tiempo que he estado hablando de esta forma casi a diario con él, ha aprendido a conocerme y estoy segura de que cambió de tema para no seguir torturándome.

Algo, solo es un cumpleaños más. No debo exagerarlo.

Pensándolo así duele menos.

Tienes derecho a exagerarlo todo lo que puedas. A tu abuela le hubiese gustado mucho verte dándole la misma importancia que le diste cuando estaba viva ¿no lo crees?

Si, una noche que estuve sensible me abrí demás y le conté sobre ella. Debo admitir que se ha convertido en un muy buen amigo.

No es tan sencillo...

A través del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora