Capítulo 15

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Hanna

—¡Basta! ¡Vámonos ya! —lo jalo por sexta vez del brazo y con ayuda de dos chicos más logro por fin separarlo de Carl, quien quedó inconsciente junto a la piscina.

Su pecho sube y baja y la sangre le escurre por la nariz. Las venas se le marcan por los brazos y cuello, parece otra persona fuera de sí. Lanza una patada al cuerpo adormecido del estúpido que se buscó esto.

—¡No! Fue suficiente, no lo empeores—pide Adam empujando a Jackson.

Su chica me alcanza la mochila con nuestras cosas y le agradezco.

—Disculpa todo esto. Gracias por la invitación —me despido y saco de la propiedad al fúrico chico a jalonazos.

Lo poso junto a la moto y saco nuestra ropa la cual viste rápido y yo solo me pongo por encima el uniforme para no tener retrasos al llegar a la escuela. Busco en los bolsillos de mi falda y encuentro un pedazo de servilleta que uso para limpiarle el rostro.

—Dame eso —me lo arrebata y sin delicadeza se quita los rastros carmesíes.

No digo nada, no parece conveniente en su estado y solo subo a la moto cuando me lo ordena. Todo el camino es silencioso y me siento muy agotada luego de ese subidón de emociones y adrenalina, solo anhelo mi cama lo más pronto posible.

Llegamos y el reloj comienza a atormentarme para llegar a tiempo a la clase.

Me bajo frente al callejón, Jackson deja el vehículo y se adentra conmigo. Me reviso para ver que no hay nada anormal en mi atuendo. Cuando es hora de irme, no sé exactamente que decir.

—No debiste hacer eso.

—Tienes razón, no debí —responde moviendo la boca incomodo —. Esto te lo buscaste tu sola, te advertí de las consecuencias que podría tener el enrollarte con ese cabrón y tenía razón.

—¿Ahora es mi culpa? ¡Si hubiese sabido de su presencia en ese lugar, jamás me habría aparecido allí! Así que, siguiendo tu lógica, es culpa tuya —respondo indignada —. Además, ¿para qué hiciste ese espectáculo si piensas que me lo busqué? No te pedí que hicieras nada, solo que me siguieras la corriente.

Pasa ambas manos por su rostro con hartazgo.

—No lo sé.

—Ah ¿no lo sabes?

—No, no tengo idea ¿está bien? Solo... no pude contenerme al escucharlo. —me acerco eliminando el espacio entre ambos y su respiración se mezcla con la mía.

—Gracias, de igual manera —susurro rozando su nariz.

—No hay de que —rompe la tensión y el beso que pedía a gritos llega.

Su lengua se aventura por mi boca con suavidad, pero sus manos me aprietan hacia él con necesidad. Poso mi mano sobre su pecho separándolo, lamo mis labios mirando al suelo.

—Debo irme.

—¿Qué fue eso? —susurra— aquí no está Carl ni nadie a quien restregarle eso en la cara.

—En verdad debo volver. Hablaremos luego. —sin mirar atrás, me marcho.

Corro y subo la ventana logrando ingresar a la escuela sin ser vista. Ingreso con los últimos estudiantes a la clase de inglés justo a tiempo antes de que cerraran el salón y Thom me acribilla desde el otro extremo del salón. Suelto el aire ya en mi asiento y recuesto la cabeza sobre mi mano asimilando todo lo que acaba de ocurrir en poco tiempo.

Jackson

—¿¡Como fuiste a llamar la atención de esa forma!? —me golpea en el brazo y mamá cierra los ojos en la esquina de la habitación.

A través del abismoWhere stories live. Discover now