Capítulo 20

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Hanna

—¿Por qué estás tan distraída? Ya no quieres salir de compras, ni siquiera de fiesta, Hanna.

—Mel, no es nada. Solo me he acostumbrado a tener mi espacio, es todo. No debemos hacer todo juntas, al fin y al cabo. —respondo peinando mi cabello frente al espejo del baño.

—Andrea también parece haber adoptado ese nuevo "espacio" y todo por los hombres. Puedo apostar que es el mismo síndrome que tienes ¿no? —rueda los ojos —dime, es el mismo de la escapada de la otra vez ¿no es así?

—Te quiero, Mel, pero hay cosas que no te competen a ti ni a nadie más.

—Ajá, como digas —suspira con dramatismo—. Y que hay de ese chico, ¿Aaron? En las fotos que han salido se ven muy cercanos, pero puedo apostar a que no es el galán que te tiene en la luna —humecta sus labios mirándome por el reflejo del espejo.

—Somos amigos, lo que has visto no es más que mera cordialidad y cariño fraternal. Eso sí, o puedo negar que mi madre ha hecho de todo para que nos encontremos por "casualidad" ¿puedes creer que en solo dos semanas ha hecho que nos topemos con él de la nada. Se nota que está aprovechando su estadía en la ciudad y me lo quiere meter por los ojos.

—Y no dudes que la familia del chico está de acuerdo, es que a veces olvidas quién eres ¿no? Eres una de las herederas de la fortuna Harrison, ¡si fuese hombre también te habría ligado hace mucho! mataría por pertenecer a tu familia, pero Andrea y la tal Jade me quitaron mi último chance. —se queja.

—Que dulce, amiga... —rio entre dientes.

—Hey, y ¿tu enamorado secreto no le molesta esa cercanía con Aaron? Porque debo admitir que tienen una química innegable en esas fotos. —hace bailar sus cejas con picardía.

—Uf, si te contara... es como calmar a una bestia llena de celos, pero en parte es algo romántico. —acomodo el collar de mi abuela sobre mi cuello.

—Si tú lo dices. —me mira extrañada mientras salimos del baño.

Caminamos por el patio principal de la escuela, observo de lejos a Derek charlando animadamente con Andrea mientras ignoro las quejas semanales de Mel. Al pasar junto a una de las canchas, veo a mi otro hermano en pleno partido de baloncesto y en el público a su novia quien pudo entrar hoy a la escuela como invitada especial a ver el juego.

Todos parecen estar entretenidos con ese asunto, incluso Melissa me deja de lado a los pocos minutos para cambiarse y entrar como porrista para los siguiente deportes del día. La semana deportiva anual es el tiempo perfecto para que ni siquiera noten mi ausencia extendida más allá de lo que acostumbro, algo perfecto considerando la insistencia de Jackson por vernos el doble entre semana.

Miro la hora en mi reloj cuando camino hacia la fuente de agua en el lado solitario del colegio y reviso mis costados para cambiarme a escondidas sin que nadie me vea en el cuarto de limpieza antes de correr y escapar de aquí por la ventana.

El sol es fuerte y me relajo caminando a mi ritmo tranquila por ser poco reconocible sin el uniforme puesto. Un mensaje llega a mi teléfono y por obviedad mi emoción se enciende esperando ver el nombre de mi novio en la pantalla diciendo lo ansioso que está por verme llegar, pero ladeo la cabeza al ver "Aaron" brillando la notificación.

Detengo la marcha para leer el mensaje que me sorprende recibir a esta hora, nunca me escribe en horario escolar.

Hanna, solo te escribo para saber cómo estás. Después de vernos tan de corrido ya siento algo de falta el charlar seguido contigo.

Sonrío y sigo caminando lento mientras respondo.

Estás de suerte, estoy en recreo. Confieso que también me agrada nuestras charlas, algo existenciales para mi gusto, pero son agradables, cerebrito.

A través del abismoWhere stories live. Discover now