Capítulo 12

15 5 11
                                    

Jackson

¿Qué pasa por la cabeza de esa niña? Le gusta jugar con los hombres, eso está claro. La silueta de su cuerpo casi desnudo no sale de mi mente ¡pasaron dos días y no lo supero! Por favor, no es como si tuviese dieciséis las hormonas a tope. No he estado con cientos de mujeres, pero no soy para nada inocente en el tema como para que esta... chica se la pase dando un recorrido por mi cabeza de la forma tan intrusiva en que lo ha hecho desde esa videollamada.

—¡Jackson! —un golpe en la mesa levanta polvo y me arroja a la realidad.

—¿¡Qué!?

—Cuida tu tono, muchacho —mi madre se sienta en el comedor junto a papá—. Tu padre te hizo una pregunta.

Lo miro y parece molesto, nada nuevo.

—No escuché.

—Pregunté sobre la niña Harrison ¿necesitas algo para acelerar el proceso?

Su mención me pone alerta.

—Ya que lo mencionas, creo que necesito que subas unos seiscientos dólares al presupuesto.

—¿Y eso por qué? —pregunta mamá con evidente fastidio en su ceño.

—La chica es costosa, no es para menos con la familia que le precede. —eso y que debo hacerle un obsequio por su cumpleaños.

—¿La verás esta semana? —le hace señas a uno de sus hombres armados en la entrada de la casa.

—No estoy seguro, tengo que estar por aquí y... —en realidad me prometí contactarla y verla de nuevo cuando superara su ultimo jueguito, pero el tiempo pasó más rápido de lo que pensé y no lo hice.

—Perfecto, si quieres ese aumento tendrás que hacer algo extra. Necesito que dirijas las apuestas y la venta esta semana, estaré en otra ciudad y sabes que no es fácil moverme con la policía respirándome la nuca en medio país.

¡No! Necesitaba tiempo para pensar y planear, para llamarla, no para lidiar con borrachos y drogadictos que se terminarán golpeando a mitad de la carrera.

—¿No puedo hacerlo el mes que viene? Planeaba... —se levanta de golpe.

—¿Estás contradiciéndome, Jackson?

—No, no —sacude negando con ambas manos en el aire—. Él hará lo que le pediste —mamá se pone frente a él cuando las venas de la frente le saltan— ¿no es así, hijo? —me mira suplicando con los ojos.

—Si señor. —agacho la mirada.

—Volveré en quince días. Espero progresos. —se coloca la chaqueta y sale con tres hombres más.

Ya solos, mamá suelta el aire y relaja los hombros. Se hace recoge en un moño alto su cabello rubio manteniendo los crespos rebeldes mientras se acerca a mí y me toca el rostro.

—No vuelvas a hacer eso ¿me entendiste? Trátalo más como tu jefe que como padre —asiento ante su preocupación —Sabes que no se encuentra bien desde hace años, hijo. Síguele la idea y aguantemos todo lo que sea posible, por que como veo la situación, esto caerá pronto si no se centra en el negocio.

Dejo caer mi cabeza hacia atrás.

—Todo por esa maldita obsesión ¡han pasado años! Debería seguir con su vida y dejarnos vivir la nuestra, pero ahora hasta yo estoy metido en esta venganza.

—Tiene fuertes motivos, pero es cierto, está arrastrando demasiado en el proceso.

—¿Lo apoyas en esto? ¿a estas alturas?

A través del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora