Capítulo 34

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Hanna

Algo anda mal, no me siento bien.

El aire es más denso y el mareo me quiere tumbar en la cama. No tengo idea de en donde estoy y sin Jackson siento que vuelvo a la oscuridad en donde todo es confuso, donde mi mente me juega malas pasadas y habla incoherencias.

Subo las persianas de la única ventana y vislumbro las afueras, solo una gran altura y neblina entre los árboles. Algo está mal, algo no me cuadra y la cabeza se niega a responderme.

Escucho por momentos como hablan de un bebé al otro lado, mencionan y planean, pero lo más importante es un nacimiento, consiguiendo que de a poco la garganta se me cierre y la angustia fluya por mis venas.

-¿Qué está sucediendo conmigo? -agarro mi cuello con ambas manos tosiendo, evitando hacer escándalo.

Debo resistir hasta que él vuelva, debo calmarme.

<<Hanna... ya no vale la pena. Todo ha terminado, estás perdida.>>

No, no es cierto.

<<Nadie te ama, lo has perdido todo, incluso sin recordarlo, sabes que no hay más camino para ti.>>

-Déjame, déjame en paz. -miro a mi alrededor con desesperación, la habitación solo se vuelve más pequeña y el aire disminuye.

<<Sabes que solo hay una salida y ahora puedes obtenerla.>>

-¿Qué es? ¿¡Cual es!? Solo dime como aliviar esto. -las manos se me duermen y solo deseo que esta tortura acabe ya.

<<Arriba... sube... arriba>>

No, no puedo, él aún no vuelve. Debo esperarlo o va a pensar que lo he abandonado.

<<Sube, sube, sube...>>

Al notar que la voz en mi cabeza solo aumenta su volumen a la vez que mis pulmones olvidan como respirar con regularidad estrangulándose a si mismos, mi cuerpo opta por desobedecer e ir a por lo que la mente grita que es la solución para esto.

-No, espera...

Abro con cuidado la puerta, como si no tuviese que emitir un mínimo ruido o moriré.

Miro a mi alrededor y subo al elevador marcando el último número.

<<Sube, sube... en lo más alto, allí hallarás la respuesta>>

Una arcada vacía me toma mientras se eleva el ascensor, y la cabeza no deja de darme vueltas con esa maldita voz que suena igual a mí.

El pitido revela que he llegado al destino, abriéndose de par en par la estructura metálica, soy golpeada por el fuerte viento que me obliga a entrecerrar los ojos siendo ahogada por la rudeza del frio.

<<Adelante, adelante...ya casi lo logras.>>

Sin notarlo, me encuentro en el borde, a la orilla sin nada que evite que caiga con un paso en falso y vislumbro entre las nubes la neblina y la copa de los enormes árboles.

Un sollozo y lágrimas heladas llegan de inmediato sin siquiera entender el porqué, solo sé que duele, duele mucho y que aquella voz tiene razón, no hay nada por lo que no deba acabar con esto.

<<Solo un paso más, vamos... adelante. Acaba con esto, no más dolor, no más sufrimiento... solo paz.>>

-Ya no me queda nada, no tengo a nadie. Lo he perdido todo y es... mi culpa ¡es todo mi culpa! -digo desgarrada permitiendo que el viento se robe el desahogo.

A través del abismoWhere stories live. Discover now